IX CONGRESO DE LA LENGUA
Los estudios hispánicos en el mundo abren el programa académico del Congreso de la Lengua
El ministro Albares modera una mesa en la que se destaca el carácter multicultural de los estudios del español
Llegó el momento. La primera ponencia del IX Congreso Internacional de la Lengua Española (CILE) dio comienzo a las 17 horas de este lunes 27 de marzo, dando por iniciada, de manera práctica, la cita académica más importante en lengua española. El encuentro tenía por título 'La fuerza del español en Europa y en la escena internacional' y estuvo moderado y presentado por el ministro de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación, José Manuel Albares. El encuentro contó con la participación de las hispanistas Ruth Fine (presidenta de la Asociación Internacional de Hispanistas), Inke Gunia (Asociación alemana de hispanistas), Alexandra Oddo (Asociación francesa de hispanistas) y Genoveva Ruiz Calavera (directora general de la Dirección General de Interpretación de la Comisión Europea).
En su presentación, el ministro Albares destacó la pujanza del español en el mundo. Subrayó especialmente el hecho de que es, junto con el inglés y el francés, una de las tres únicas lenguas oficiales en la ONU y en la Unión Europea. «E incluso en África, donde se han hecho grandes esfuerzos desde Guinea Ecuatorial por su difusión». El ministro, antes de dar paso a las participantes en una mesa que parecía ir con prisas, también incidió en que el español está cobrando una especial interés entre los jóvenes, «como demuestra que un alto porcentaje de canciones que se reproducen en Spotify corresponden a nuestro idioma». Y es que además de ser una de las lenguas de la cultura, Albares puso en valor que es una de las grandes lenguas de la tecnología. Como dato, aportó que el número de estudiantes de español en el mundo ha aumentado en la última década un 60%, hasta alcanzar en la actualidad los 24 millones de alumnos.
Dado el carácter de las integrantes de la mesa que estaba moderando, el titular de Exteriores enfatizó el papel de los hispanistas en el mundo, de la pequeña legión de 25.000 defensores de la lengua de Cervantes que hay repartidos por todos los continentes. En este aspecto, también alabó la labor de los traductores, en especial, de la nueva hornada de jóvenes «que han dado el relevo necesario a nuestra lengua».
La voz de los hispanistas
Abrió el debate, entre las invitadas, la directora general de la Dirección General de Interpretación de la Comisión Europea, Genoveva Ruiz, que rompió una lanza en favor del papel que juegan las nuevas tecnologías en el papel de los traductores e intérpretes de textos. Como dato, aportó que la traducción de documentos al español se había incrementado de una manera notable en los últimos años «y muy especialmente después de la pandemia».
«La tecnología contribuye a apoyar el trabajo de nuestros profesionales. Además, las tecnologías del lenguaje nos van a ayudar para mejor servicio para mantener el multilingüísmo dentro de la Unión Europa y a facilitar que los ciudadanos de la Unión Europea puedan hablar con sus administraciones en su idioma».
En este sentido, respecto a los servicios de traducción que se hacen en español, Ruiz explicó que ahora la labor de los especialistas va más encaminada tanto a la interpretación como a las nuevas demandas de mayor y mejor accesibilidad. Y sobre todo, destacó: «nuestra lengua capaz de dar trabajo a otras profesiones, en el ámbito lingüístico. Es una fuente de desarrollo económico. Es una gran oportunidad»
Algo más técnicas fueron las ponencias de las representantes de los hispanistas franceses y alemanes. Por la parte francesa, Alexandra Oddo habló de la fuerza del español en Francia, en especial en las carreras vinculadas al estudio de lenguas extranjeras y a Iberoamérica. Eso sí, pese que apuntó a la vitalidad del español, con casi 1.000 docentes y 21.000 estudiantes de grado y posgrado en el país, reconoció que es difícil cuantificar el nivel de penetración del idioma en el país. Indicó que los ámbitos en los que más se estudia español es en las áreas de lenguas aplicadas, como especialidades como el comercio o el turismo.
Inke Gunia (que no solo representaba a los hispanistas alemanes, sino a los países del área germanófona) relató el creciente interés por los estudios de español, desde la fase de preescolar. Sí reconoció el gran problema de que muchos alumnos quieren estudiar español en la universidad pero no pueden porque no suficiente nivel. Alabó los esfuerzos que se están haciendo desde diferentes entidades por estrechar lazos entre las comunidades culturales alemanas y españolas.
Un idioma para la libertad
Cerró la mesa Ruth Fine, de la Universidad Hebrea de Jerusalén y presidenta de la Asociación Internacional de Hispanistas. En lo que fue una suerte de entrañable declaración de amor al idioma. Para Fine, la difusión del español es «indiscutible» fuera también de la UE. Explicó que desde los años 60 el español comienza a poner de manifiesto «que no conoce fronteras» y exhibe como una de sus fortalezas sus posibilidades «para comunicarse con libertad, lo que atrae a millones de hispanohablantes no nativos».
«Los hispanistas extranjeros se reconocen en el español porque ha sido un idioma muy generoso con quienes lo han aprendido: incorpora una apertura e intensidad de voces y de mundos para el hablante». Fine hico hincapié en el carácter multiétnico e incluso multirreligioso que hacen tan atractivo al español. Y, dentro de su ámbito, se quedó con las posibilidades del español para conocer mejor el ladino hebreo.