Tiempo en Cádiz
«Estar más tristes y más irritables por estas lluvias es completamente normal»
Cuatro borrascas en apenas veinte días han dejado en Cádiz un marzo insólito, que han afectado al estado de ánimo de los gaditanos, acostumbrados a vivir bajo un imponente sol
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Las lluvias extraordinarias del mes de marzo en Cádiz están siendo históricas. Cuatro borrascas en apenas veinte días, con un impacto directo en los embalses y pantanos de la provincia que superan el 50% de su capacidad, cuando hace poco más de un año estaban solo al 15%. Las fuertes precipitaciones fueron las grandes protagonistas en carnaval, junto a las coplas. Ahora, los cofrades miran al cielo y buscan en internet algún parte meteorológico que anuncie el tiempo para la Semana Santa.
La realidad es que el vecino de la provincia de Cádiz no está acostumbrado a tener veinte días de lluvias constantes. Planes cancelados, posponer quedadas con amigos, viajes pasados por agua, la frustración al no poder tender la ropa, el tendedero en el salón, etc. Históricamente, en el mes de marzo ya se podían ver los primeros chapuzones en la playa, y en 2025 han estado desiertas. A Joaquín Sabina le robaron el mes de abril, y al gaditano le han robado el mes de marzo.
Es probable que durante las últimas semanas usted haya sentido cansancio, aburrimiento, se haya enfadado, haya maldecido al tiempo y le haya mandado un mensaje a aquel amigo que prefiere el invierno y el frío antes que el verano. Sepa usted que ese sentimiento suyo «es completamente normal».
Antonia Fernández Riverola, psicóloga sanitaria y psicoterapeuta en el centro terapéutico Familia y Vida de Jerez, afirma que «la falta de sol y vitamina D provocan que haya menos disponibilidad de serotonina, y eso afecta al estado anímico». Esa sensación de tristeza y apatía «se acrecienta en lugares en los que estamos habituados a tener mucho sol y hacer mucha vida en la calle».
«Estar más tristes y más irritables por estas lluvias es completamente normal», sostiene.
Están siendo días de mirar constantemente la aplicación del móvil para conocer la previsión de lluvia, de salir de casa con el cielo despejado y volver con la ropa empapada, de coger el paraguas y no usarlo, y cuando lo dejas en casa es cuando más te hace falta. «Podemos tener menos energía», apunta Antonia Fernández, quien agrega que «también estamos teniendo unas lluvias tan fuertes, tan torrenciales que no están permitiendo hacer vida normal». Además, «desde que pasó lo de Valencia podemos sentir incluso ese miedo a esas inundaciones que están pasando».
Como consejos para sobrellevar esta racha de temporales que parece no tener fin, recomienda «tener planes en casa, no quedarnos aislados, seguir teniendo contacto con nuestros familiares, pero en casa, y tener nuestra rutina dentro de las cosas que podamos hacer».
«Lo que nos afecta es lo que dejamos de hacer a causa del tiempo»
En la misma línea se pronuncia Nazaret Martínez, psicóloga clínica de la delegación gaditana del Colegio Oficial de Psicología de Andalucía Occidental. Defiende que «lo que nos afecta es lo que dejamos de hacer a causa del mal tiempo». Por ejemplo, un niño que va todos los días al parque un rato y que no puede salir, por lo tanto, «está en casa, está más inquieto y más nervioso».
«No es el mal tiempo en sí, sino lo que dejamos de hacer por causa del mal tiempo», reitera, y subraya la importancia de la vitamina D. «Estar todos los días, tomar un poquito el sol o cogerle ese sol que tanto necesita nuestro organismo, como la vitamina D. Pues bueno, lógicamente, si estamos más resguardados y no salimos de casa, pues será más difícil que cojamos esa vitamina D que necesita nuestro cuerpo».
En la provincia de Cádiz, el paso de cuatro borrascas en veinte días es un hecho extraordinario y atípico. «Nosotros no somos ingleses que estamos acostumbrados a que con lluvia, nieve o granizo hacen su vida natural», en el caso del gaditano «a la que nos quitan un poco el sol y nos caen tres gotas, y estos no son tres gotas, son mucho más de tres gotas, pues hay muchas cosas de nuestra vida propia que las hacemos con incomodidad. Por ejemplo, ¿hay que bajar la basura? Sí, pues la bajamos corriendo», y el cansancio que podemos llegar a sentir «lo genera la repetición de sucesos que no controlas».
«No vivimos en una zona en la que estamos acostumbrados a estar tanto tiempo metidos en casa o tanto tiempo limitado en las actividades que hacemos fuera de casa, con lo cual hay una cierta incomodidad», afirma.
No obstante, afirma que «la gente que lo lleva muy mal o le afecta tanto es porque a lo mejor tiene alguna patología de base», es decir, «si tú estás pasando por un mal momento, tienes afectación emocional, estás deprimido o tienes ansiedad, y le añades otro efecto que limita tu comportamiento, como puede ser el mal tiempo, pues lógicamente pueden alterarse algo más». Aun así, «para las personas que tenemos una eutimia, es decir, una salud mental más o menos ajustada y una vida emocional más o menos normalizada, pues bueno, deja de ser la típica conversación de ascensor de otro día más con lluvia y tres chascarrillos más», pero «para las personas que a lo mejor tienen una afectación de salud mental, que a lo mejor lo único que hacen al día es un paseo por la mañana y otro por la tarde y que lo único que tienen el día de felicidad es pararse un ratito con alguien que se encuentre y tener una pequeña conversación, pues la lluvia les limita».