PROVINCIA
Surco, el perro especialista en explosivos que salió del centro de protección de El Puerto
adopción animal
El animal fue adoptado cuando tenía un año y desempeña labores en la Guardia Civil
Surco, en posición de descanso tras prestar un servicio a la Guardia Civil
El 24 de junio, la Subdelegación del Gobierno en Cádiz celebraba un acto sobre tenencia responsable de animales de compañía en el que participaba la Policía Nacional y la Guardia Civil con perros adiestrados para detección de drogas y explosivos, al igual que varias organización que velan por la protección animal.
De inmediato, uno de los perros de la Benemérita llamó la atención de los representantes de Ceprumoan, el Centro Municipal de Protección Animal de El Puerto de Santa María. Les resultaba enormemente familiar, hasta que se percataron de que se trataba de Surco, un mestizo que estuvo en el refugio portuense durante un año tras ser rescatado en septiembre de 2016.
Surco fue seleccionado por la Guardia Civil para unirse al cuerpo de canes con la labor de detectar explosivos. «Era un perro alegre y sociable desde el primer momento en que llegó al centro», indican fuentes cercanas a la organización.
Surco, a la izquierda en la jornada organizada por la Subdelegación del Gobierno.
El periplo de este perro dentro del cuerpo armado arrancó con una llamada de un agente y guía de perros del cuerpo, Daniel, al centro municipal, afirmando que estaba en proceso de selección de un animal y quiso dar una oportunidad a uno de los que se encontraban bajo la tutela de Ceprumoan.
«Desde el principio me di cuenta de que iba a ser un buen perro detector. Así que, después de una fase de adaptación a la vida en familia y creación de un buen vínculo y otra fase de adiestramiento básico, lo propuse para su alta en el servicio superando las pruebas de aptitud sin ningún problema», cuenta Daniel.
Al principio era reticente a la adopción, y más aún de cara a la posibilidad de incorporarlo en tareas de servicios, «pero gracias a los buenos consejos de dos compañeros, que ya tenían una buena experiencia con perros adoptados, me lancé a la aventura y pregunté en las asociaciones protectoras de animales de la zona».
De Surco destaca sus buenas dotes: «Era un adulto de más de año y medio con unos instintos muy deseables para el trabajo de detección. Equilibrado y bien sociabilizado con perros y personas. No mostraba sensibilidad ante estímulos fuertes, ni parecía extrañar ningún tipo de ambiente en general, lo podría encontrar habitualmente durante el desarrollo de su trabajo».
Surco en pleno desarrollo de sus labores en el Puerto de Cádiz
Desde enero de 2018, su perro desempeña diferentes tipos de cometidos relacionados con la prevención del terrorismo en distintos escenarios y está especializado en la detección de diversas sustancias explosivas tanto comerciales y militares como de fabricación casera.
Su altísimo instinto de caza le jugó alguna mala pasada con gatos y conejos: «Es una gran ventaja para el trabajo. La anécdota de perseguir a otros animales se solucionó rápidamente con unas sesiones de adiestramiento en obediencia básica».
Las organizaciones como esta de El Puerto trabajan por el bienestar de distintos animales. De esta forma, muchos pasan de estar en la calle a tener unas condiciones dignas viviendo en compañía y recibiendo todos los cuidados debido. Por eso les dio tanta alegría ver en aquella jornada a Surco: «Nos llenó de orgullo y alegría verlo allí como parte de las Fuerzas de Seguridad del Estado».
El animal estuvo un año en el centro de protección de El Puerto antes de ser adoptado.
En sus instalaciones de la calle Francisco Cossi Ochoa atienden a todas las personas que acuden a ver a los animales con intención de afrontar una futura adopción, un servicio que también disponen de forma online en la web del centro, donde se pueden ver fotos e información de perros y gatos a fin de que encuentren una vida mejor junto a una familia.
Daniel volvería a repetir sin dudarlo: «Para mí es una gran satisfacción trabajar con él. Gracias a esta experiencia y a que la Guardia Civil nos permite proponer canes particulares para el servicio, no dudaré en recurrir de nuevo a la adopción cuando vuelva a necesitar a un nuevo compañero de trabajo».
El agente no escatima en elogios a la hora de valorar el trabajo de la entidad protectora: «Desde que les propuse la idea, se implicaron en ello y pusieron a mi disposición cualquier cosa que necesitase. Me dejé aconsejar por las personas que tratan directamente con los perros, que son quienes realmente los conocen bien, y acertaron de pleno».
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