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El Puerto, del plano al ladrillo
Tras la avalancha de anuncios y licitaciones de construcciones estos pasados meses, sumadas a las pospuestas, se avecina un otoño e invierno donde el ladrillo, la cementera, la paleta y el taladro van a ser protagonistas de las calles de El Puerto
Para referirse a la materialización de los proyectos es recurrente utilizar aquella máxima de Lope de Vega que dice 'ir de las musas al teatro', que se podría adaptar al mundo de la obra como 'ir del plano al ladrillo'. Y en el refranero castellano está recogido aquello de que las 'obras' de palacio van despacio, pues figúrense si son cien los mismos.
Los ciudadanos de El Puerto se han tirado años sin ver una excavadora, una grúa o una cementera a pleno rendimiento, ya que entre la caída del PGOU, la paralización de obras públicas e infraestructuras como los aparcamientos de Pozos Dulces y plaza de toros, sumado a la pandemia, han hecho que el portuense llegue a añorar el ruido de un martillo neumático como una arboleda perdida.
Tras la avalancha de anuncios y licitaciones de construcciones estos pasados meses, sumadas a las pospuestas, se avecina un otoño e invierno donde el ladrillo, la cementera, la paleta, el taladro y demás elementos de obra van a ser ‒de hecho, ya lo son‒ protagonistas de las calles de El Puerto, especialmente de Pozos Dulces y su entorno.
A las obras de adecentamiento de la superficie del abortado parking de Pozos Dulces que empezaron hace unas semanas, se le suma el inicio de la construcción de la estación de autobuses, que está prevista que se ponga la primera piedra en otoño y el traslado de los juzgados al edificio de la Bodega El Cortijo, que también se espera que pueda comenzarse con su mudanza y adaptación antes de que acabe el año.
A esto hay que sumarle las dos márgenes del río Guadalete, con sendos proyectos: el zocato, dependiente de la APBC y más tangible, concretado ‒el expediente ha superado ya el trámite de competencia de proyectos sin que se hayan presentado alegaciones y con la publicación en el BOE próximamente se iniciará la exposición pública del proyecto‒, y el paseo fluvial diestro, cuyas obras ya han sido licitadas y asignadas su correspondiente cuantía en los flamantes presupuestos municipales.
No hay que olvidar el aparcamiento subterráneo promovido por la Autoridad Portuaria en la avenida de la Bajamar, un proyecto para el que el Ayuntamiento portuense concedió licencia en julio de 2021 y cuya fecha de finalización estaba prevista para finales de 2022, la adjudicataria Obras Generales del Norte S.A., solicitó en junio una prórroga de seis meses que comenzará a contar en octubre.
Y aunque por iniciativa privada, al estar facilitado por el PEPRICHyE y ser un edificio emblemático, el alcalde de la ciudad, Germán Beardo, puso el pasado día la primera piedra de la construcción de Los Jardines de Albareda, que recupera el Palacio de Winthuyssen, cuya ejecución está prevista entre 20 y 24 meses.
De obra pública es el proyecto del Centro de Interpretación de Cargadores a Indias en el Palacio de Araníbar, junto al Castillo de San Marcos, que ha sufrido ciertos retrasos en su adaptación y se espera retomar inminentemente el último tramo de las reformas para finalizarlo lo antes posible.
También el presupuesto, trae consigo el avance del PGOM, que tal como afirma el primer edil portuense, estará antes de que termine este mandato (mayo 2023) y con él ya se podrán calificar los suelos, lo que es urbano y lo que no. Y sobre lo urbano ya será posible otorgar licencias.