el puerto
El Puerto y sus carteles de esperanza
Los proyectos urbanísticos del casco urbano de El Puerto basculan hacia la zona contigua a la estación de tren, haciendo de un distrito deprimido uno de los más cotizados de la ciudad
![Una de las numerosas parcelas en venta de la zona entre calle Albareda y calle Larga](https://s2.abcstatics.com/lavozdigital/www/multimedia/provincia/2022/09/02/IMG_20220901_122437-RJYVviI9nXEBACXpaRJiLSK-1240x768@abc.jpg)
A día presente, pasear por la calle Albareda, por el tramo paralelo de la calle Larga y por sus rúas tangentes es como hacerlo por una inmobiliaria al aire libre. Apenas cada cinco metros es visible un cártel anunciando un nuevo proyecto de viviendas, un 'se vende', un 'vendido' o un solar dispuesto para ser edificado.
Esta zona céntrica, sito en el extremo noreste del casco urbano de El Puerto de Santa María y colindante con la estación de tren, hasta ahora deprimida, desocupada, dejada de la mano de Dios, está viviendo una revitalización/rehabilitación/gentrificación ‒llámenle como prefieran‒ a marchas forzadas.
Hay dos motivaciones claves para que se dé esta circunstancia. El primero, por orden cronológico, es la aprobación del Plan Especial del Casco Histórico (Peprichye), que permite concentrar el área de acción urbanística en el centro al estar todo el resto de la ciudad paralizada con la anulación del PGOU.
Luego, más reciente, están los proyectos de servicios públicos anunciados en torno al lugar: la finalización del adecentamiento de Pozos Dulces, el traslado de los juzgados al edificio de la bodega 'El Cortijo' y la edificación de la estación de autobuses frente al monasterio de La Victoria.
Por fin, este barrio deprimido, de palacetes desahuciados y bodegas abandonadas, volverá a recuperar el esplendor de antaño.
Lujo, segundas residencias y forasteros
La inmobiliaria Retamar se ubica en la esquina entre la calle Virgen de los Milagros (Larga) y la calle Chanca. Esta lleva muchas de las promociones residenciales de la zona.
Pedro, el responsable de la misma, nos confiesa que este distrito «ha cambiado mucho desde que yo llegué aquí en 2012», y que «antes daba cierto miedo salir a la calle de noche: a esas horas sólo te cruzabas borrachos». Nos apunta que hasta hace un par de años justo enfrente de este comercio había un edificio okupado.
Y este es un barrio con mucha querencia por la autoridad. Así lo demuestra una vecina sesentañera, que al doblar un coche de Policía Nacional Albareda con Caldevilla piropea al copiloto del mismo ‒¡qué guapo es el guardia, hijo!‒ que le da las gracias ruborizándose.
Muchas de estas viviendas, según nos informa este trabajador de la inmobiliaria, «quedaron vacías, deshabitadas, porque los herederos no se pudieron hacer cargo de las mismas». En este punto cabe recordar que hasta hace apenas un lustro el impuesto de sucesiones en Andalucía, hoy prácticamente simbólico, estaba disparado.
Nos desvela Pedro que tras los carteles de 'Se vende' «hay muchos interesados». Y que en su mayoría «se tratan de compradores forasteros que quieren hacerse con una segunda residencia».
No hace falta que jure que muchos portuenses de clase media no se pueden permitir participar de estas promociones inmobiliarias de lujo. Sólo con ver el tipo de vivienda proyectada y sus precios, uno comprende que sólo están al alcance de gente bien adinerada.
Por ejemplo, donde el palacio de Winthuyssen va una promoción residencial, Jardines de Albareda, que se anuncia como «Amplias viviendas de diseño en un residencial exclusivo».
O, por poner otro ejemplo, en la bisagra que forman Albareda con Urzaiz, en esa finca, se publicitan con el lema «Date un nuevo aire» 'Los patios de Doña Blanca': viviendas que contarán con terraza y piscina privada. Y en la misma calle Albareda, Aviusum y Punto Hogar venden un edificio «con anteproyecto para restaurante con jardín y cuatro apartamentos turísticos con piscina».
El hotel Bodega Real como avanzadilla
El pasado 8 de julio, la cadena hotelera catalana 'Grupo Alegría' abrió las puertas del hotel Bodega Real, ubicado en el antiguo edificio homónimo. Esta apertura del alojamiento de cuatro estrellas en el corazón del distrito, a dos minutos a pie de la estación, es la avanzadilla, la primera piedra, de todo lo que vendrá detrás.
Anna, la recepcionista del hotel, comenta que no eligieron la ubicación por la zona, que también, sino por la propia estructura del edificio «que cumplía a la perfección nuestros deseos».
Se muestra satisfecha por la acogida que ha tenido el alojamiento hotelero en la ciudad: «ha sido un verano muy bueno, no hemos parado», y asegura que reciben «tanto turismo nacional como internacional».
Confiesa que «más de una noche, cuando no pasa nadie por estas calles, se nos ha colado algún personaje indeseable por aquí, por lo que hemos tenido que reforzar el sistema de video vigilancia». Mas lo deja en una anécdota: «durante el día hay mucho trajín pasando por la puerta de gente que va y viene de la estación».
Dice sentirse «esperanzada» con los proyectos urbanísticos que rodearán al hotel Bodega Real: «A ver, a ver, esperemos…».