VERANO
Las plagas de insectos, las protagonistas no deseadas de los veranos
Las empresas de control de plagas y fumigaciones aumentan hasta en un 50% su carga de trabajo en temporada estival
La llegada del verano no solo supone el aumento de temperaturas, días más largos o clima más seco, también supone la llegada en masa de insectos. Asquerosos para unos, interesantes para otros, no dejan de ser un complemento adherido al verano.
Principalmente los notamos en la piel en forma de molestas ronchas, las de los mosquitos chupasangre que interrumpen el sueño de los mortales. También por las calles, en las que alguna cucaracha se pasea como si nada ocurriera a su alrededor. En formas coloreadas de amarillo y negro, colores de las avispas que pululan queriendo probar tu tapa de ensaladilla. O en forma de banda sonora de las tardes y noches, como las cigarras.
Los insectos, y más concretamente, los artrópodos, son animales de sangre fría, eso significa que carecen de capacidad para regular su calor corporal, por lo que son completamente dependientes del clima y la temperatura para sobrevivir de manera óptima. Por eso vivimos con mayor afluencia las plagas en verano que en invierno. Es decir, el verano es la mejor época para los insectos.
Todo eso crea un contexto favorable para criar, de ahí que sean capaces de poner miles huevos de una sola sentada. Las altas temperaturas aceleran los procesos reproductivos de todos los insectos, provocando no solo que aumente el número de los que ya había en grandes cantidades, sino que además lleguen especies de otras partes del mundo. Además, las altas temperaturas del verano andaluz aceleran el metabolismo de muchos animales, y en este caso concreto el de los insectos, por lo que su organismo se ve obligado a buscar más alimento para paliar la energía perdida, y eso provoca las grandes invasiones en las casas de los particulares en busca de comida para su supervivencia.
«Los meses desde abril a junio son claves» destacan los especialistas. Las empresas fumigadoras siempre viven una carga de trabajo extra en la primavera tardía. «En esa época es cuando empiezan a proliferar más las plagas de cara al verano y es cuando hay que atacarlas», cuentan.
Todo el aumento en número de artrópodos por las calles hace que lleguen a las casas y como consecuencias, tienen que tomar medidas. En esta época es cuando aumenta la demanda de fumigaciones, llegando a un incremento del 50% de trabajo en la etapa veraniega para las empresas de control de plagas. «En las casas de particulares toma principal protagonismo la cucaracha roja, que algunos la llaman 'americana', es la que accede a través de desagües y copan la principal atención de las personas, le siguen las hormigas, que en esta época son capaces de proliferar de una manera que asusta», comentan desde una empresa de control de plagas.
Por otro lado, aumenta la presencia de la cucaracha alemana, o cucaracha del café, en la hostelería. «Al ser de actividad nocturna, los bares y restaurantes son lugares ideales para su desarrollo, ya que en ellos encuentran una gran abundancia de alimento y agua cuando no hay nadie» comentan desde una empresa. Por ello los bares también ponen extrema preocupación en el asunto.
¿Qué insectos abundan en verano?
Por encima de las cucarachas, el más habitual en la Península Ibérica es el mosquito común, viejo conocido de sueños fastidiados y de irritantes picaduras. «Las mosquiteras en verano se venden como helados», comentan desde un negocio de persianas.
Las moscas y las avispas también pueblan en gran cantidad el aire en verano. Unas buscan deshechos de los que alimentarse, las otras depredar a otros artrópodos. Especial atención a la obsesión de las últimas en formar sus avisperos en los sitios recónditos de los hogares.
Las mejores maneras de evitar las plagas están en la higiene. Ventilación constante de los ambientes para evitar la humedad, sacar la basura todos los días, la siempre presencia de repelentes, evitar las aguas estancadas y sellar todas las grietas en baños y cocinas.