Cabaret Festival 2023
El mejor tributo de un gran impostor
God Save The Queen, la banda argentina de tributo a Queen, ofreció este domingo un concierto en la Plaza de Toros de El Puerto de Santa María dentro del Cabaret Festival
Decir que hace calor un 20 de agosto no aporta mucho, pero es la realidad. Hace calor. En El Puerto las noches suelen ser frescas, en mayor o menor medida dependiendo de la voluntad de los vientos, pero suelen ser frescas. Decir que la Plaza de Toros de El Puerto de Santa María está casi llena un domingo —uno de los mas calurosos del verano— y que no es por una corrida, sino por un concierto de un grupo tributo, también es la realidad.
Esto nos da una perspectiva —una pincelada— no solo de lo que es God Save The Queen, sino del poder que tiene la música a la que rinden homenaje. Hay quienes creen que este es el mejor tributo a la mítica banda británica (y, por tanto, el mejor homenaje) que existe. Aunque, ¿cómo se puede saber si son un gran tributo, si no el mejor? «Yo elegí verlos porque se estudian los directos, no ponen nada propio, intentan llevar a escena lo que era Queen: gestos, comentarios hacia el público, el vestuario, las coreografías…», argumenta The Great Pretender, una chica en la veintena que acude al evento junto a sus padres y que ha preferido no revelar su nombre para la ocasión.
El pseudónimo que escoge —una canción de Freddy Mercury de su etapa en solitario— también aporta algunas pistas sobre el concierto que estamos a punto de presenciar. «Intentan que te sientas en un show de Queen de verdad. Casi lo consiguen, aunque Freddy solo hay uno», apostilla. «Si estás lejos y no los ves bien, puedes llegar a creértelo», asegura, «aunque el vocalista es muy bajito y no tiene tanta espalda… ¡No pongas eso, que te va a odiar!», ríe, bromeando. Cierto es que Pablo Padin tampoco necesita ser un calco: más que poner cara de Freddy, lo importante es que posee los gestos y las hechuras (incluso sabe poner el culo) de Mercury.
Para The Great Pretender esta es la novena vez con God Save The Queen. Desde 2013 solo ha fallado durante los dos años de pandemia. En 2022 también estuvo en el concierto que dieron en Chiclana y con esta es la tercera vez que va con sus padres. Cuenta que se aficionó a Queen porque lo escuchaba en casa desde pequeña, «aunque la verdadera afición solo la comparto con mi padre». Es, sin duda, uno de los grupos de su vida. «Musicalmente me dicen mucho y me siento identificada con las letras, me ayudan a venirme arriba en los días malos».
Esta fan de Queen sentencia con rotundidad que prefiere los conciertos del tributo a los que sigue ofreciendo la banda con el nuevo vocalista, Adam Lambert. «Es, sobre todo, por Freddy Mercury. El grupo tributo le imita, le rinde homenaje, pero Adam canta aportando su estilo, que no está mal, pero no es Queen. Además, tampoco está John Deacon». Una de las cosas que más le gusta de este tributo es que «cada gira es diferente». «Me gusta cuando cantan canciones que no me espero. Por ejemplo, la primera vez que cantaron Killer Queen. No me lo esperaba, nunca pensé que escucharía esa canción en directo».
Una especie de magia
Bien es cierto que esta banda no es Queen, pero para este público son más Queen que Queen y es que rendir tributo requiere algo más que crear una simple fantasía. Es prácticamente como un truco de magia en el que las apariencias consiguen esconder lo evidente para que la sorpresa pueda llegar a emocionarnos.
La plaza se ha estado llenando desde las ocho de la tarde y para las diez de la noche, por supuesto, hay más de uno y de dos que se impacienta. Las luces se apagan y el grupo lanza 'One Vision' para dar comienzo a un show que pasará en sus primeros compases por 'Tie Your Mother Down', 'Under Pressure', 'Kind of Magic' e incluso 'Now I'm Here'. El público, todavía blandito, escucha agazapado en las sombras y tímidamente se asoma con temas como 'Killer Queen' o 'Who Wants to Live Forever'.
Antes de llegar al interludio con Dani Marcos a la guitarra duplicando nota a nota, gesto a gesto, a Brian May, suenan 'Love of my life', 'Somebody to love' y 'I want it all', con el respetable en el punto de cocción óptimo para que el grupo pueda servir una noche de rock clásico fácilmente y sin problemas. Tras el interludio, Pablo aparece con una nueva vestimenta (chaqueta roja) para 'Crazy Little Thing Called Love' y 'Living On My Own', un tema de la etapa en solitario de Freddy Mercury.
Para llegar al final, y antes de los dos bises, la banda ejecuta 'Radio GaGa' y 'Bohemiam Rapsody', temas con los que consiguen levantar al público, no ya a través la ilusión y los disfraces, sino con la fuerza y la emoción de las canciones. El truco de magia sale bien ejecutado porque, además, a Padin y compañía no se les escapa un gesto propio ni queriendo, como si lo natural fuera ser otra persona: cualquier movimiento, mueca o paso que hayan dado durante el concierto se lo has visto antes a algún componente de Queen.
La noche la cierran dos bises con los que por fin consigue animarse el público: el primero, con 'I Want To Break Free', 'We Are The Champions' y 'We Will Rock You'. El último, tras cambiarse varias veces de atuendo (en uno vestido como en el famoso videoclip y en el otro con la capa y la corona reales), termina con 'God Save The Queen', 'The Show Must Go On' y 'Don't Stop Me Now'. «Este concierto ha estado mejor que el del año pasado», apunta The Great Pretender. «No sabría decirte por qué, pero ha estado mejor», afirma el padre. Toca repetir la pregunta, ¿son un gran tributo, si no el mejor? Sin duda este espectáculo logra funcionar como un truco de magia: la evidencia no impide que nos emocionemos. Es, por así decirlo, algo mágico.
¿No es acaso eso lo mejor que se puede decir de una banda tributo?
