Cuando atacan a un agente atacan a toda la sociedad
El episodio de Puerto Serrano recuerda otros, en la misma localidad o en la provincia, que suponen un síntoma y debe ser atajado
Cada episodio, al margen de su gravedad y de sus consecuencias, despierta el temor en la sociedad. Es uno de sus objetivos, extender el miedo, repetir el mensaje perverso que encierra: «Si han actuado así con un guardia civil o un policía, qué no serán ... capaces de hacer con una humilde ciudadana, con un vecino común». Pero a nosotros, miembros de la comunidad, de una sociedad, quizás nos convendría darle la vuelta a ese significado. Cuando atacan a un guardia civil o a un policía, nos atacan a todos, porque nos representan, porque dan la cara por todos nosotros para velar por el respeto a las normas que nos hemos dado, llamadas leyes, para auxiliar en los peores momentos.
El episodio de Puerto Serrano, aún bajo investigación, parece mostrar a un agente al que le han quemado el coche por plantar cara a los vendedores de droga de la localidad, a los delincuentes más cercanos. Hace pocas semanas sucedió, en el mismo municipio, con un policía local. El lugar y los detalles cambian, pero el fondo es el mismo. Es el atentado a la autoridad, el pulso a toda la sociedad que proponen los que quieren vivir o actuar fuera de la ley. A diferentes escalas, ya ha sucedido en otros puntos de la provincia, no hace tanto. La presión sobre los clanes y las organizaciones tiene en este tipo de ataques su consecuencia más trágica. Toda la provincia debiera guardar memoria de Fermín Cabezas, un agente de la Guardia Civil de 45 años que dejó viuda e hija al sufrir un accidente cuando perseguía a un vehículo que se había dado a la fuga en un control antidroga. No es un problema de Puerto Serrano, de La Línea, Algeciras, Sanlúcar o Chiclana. Es de todos. El accidente mortal citado, el salvaje asalto a la sede de la Policía Local también también en la localidad serrana, el que le costó la vida a un niño en Getares tras un choque de lanchas, el violento asalto al hospital público de La Línea para 'rescatar' a narcos detenidos.. Todos son episodios de un mismo fenómeno. En Puerto Serrano, los daños son materiales por ahora pero los precedentes dicen que cuando se falta al respeto a la comunidad y a los encargados de su seguridad, las desgracias aparecen. Esos golpes anteriores, como los actuales en la Sierra, nos dicen lo mismo: el fenómeno del narcotráfico está lejos de ser una fórmula de supervivencia sin alternativa decente. Y defender lo contrario se puede pagar con la vida.