Feria dEL Puerto 2023
Domingo de Feria pasado por agua
La lluvia llegó a Las Banderas y deslució el final de una feria marcada por el buen ambiente y los escasos incidentes
Se acerca el fin de la Feria de Primavera y Fiesta del Vino Fino de El Puerto de Santa María y, como ya presagiaban los pronósticos, las fiestas están terminando pasadas por agua. A lo largo de toda la semana se esperaba que los visitantes que se han acercado al recinto ferial de Las Banderas estuviesen acompañados por la lluvia y, aunque el resto de los días el tiempo ha sido benévolo, finalmente ha sucedido lo que se venía esperando.
Este año el fin de semana de la Feria de El Puerto iba a ser más largo, finalizando el lunes que, como anunció la delegada de Educación del Ayuntamiento de El Puerto de Santa María, Lola Campos, es festivo en la localidad. Todo hacía pensar que esto daría un gran empujón a las jornadas del fin de semana, permitiendo a los más feriantes disfrutar también del domingo al no tener que trabajar el lunes, aunque lo sueños se han terminado truncando.
En las primeras horas de la mañana la lluvia comenzaba a entrar por la Bahía de Cádiz, haciendo primero acto de presencia en la capital y Rota, para más tarde extenderse a El Puerto. Algunos lo primero que han oído al levantarse ha sido incluso el ruido de los truenos, algo no muy recomendable para la cabeza cuando tienes resaca. Los iban hacia el Real para seguir disfrutando de la Feria se entristecían, mientras, otros, celebraban cada gota que caía del cielo, por la necesidad y sequía que ha habido en los últimos meses, y así en la radio de camino a Las Banderas sonaba «nos levantamos con lluvia en gran parte del país, nos alegramos mucho porque ya era hora de que los deseos se cumplieran», en definitiva, sentimientos encontrados.
Miedo al agua
La Feria en la jornada del domingo no estuvo tan llena de gente como el resto de los días, y eso se veía venir conforme te acercabas a las inmediaciones del Real. Mientras el jueves, viernes o sábado había que esperar más de media hora de caravana en coche, el domingo era al revés. Prácticamente podría decirse que hasta los aparcacoches se alegraban ver como llegabas. Lo mismo sucedía con el aparcamiento de motos, que pasaba de estar repleto a poder contarlas con los dedos de una mano.
Las primeras gotas de agua hacían que las personas que estaban en la zona de atracciones se refugiasen bajo el techo de los coches de choques y el resto entrasen en una caseta para disfrutar de la música, el baile y el rebujito. Pasaba la tarde y la lluvia continuaba, pero esta vez era un breve chirimiri el que hacía acto de presencia, aunque igualmente provocaba el miedo en el público asistente.
Los feriantes animaban a la gente a montarse en sus atracciones, pero público no cedía. Era fácil ver turnos en los que apenas se montaban dos personas por cacharrito y tenían que esperar por si alguien más se les unía y así no se mostraba la carencia de público con la atracción en movimiento.
Las quejas por el calor que sufren los coches de caballos esta vez quedaron anuladas. Las quejas de calor pasaron a quejas por el tiempo, que no acompañaba precisamente para dar un paseo a caballo ya que en cualquier momento podía comenzar a llover.
Si dicen que llevar los zapatos limpios dice mucho de la persona que los lleva puestos, el domingo no era el día de fijarse en ellos. Era prácticamente imposible ver alguien sin los zapatos llenos de albero, y eso que la Feria de El Puerto no tiene tierra en el centro de las calles principales, algo muy positivo en días de lluvia.
Comparando días, mientras que el sábado fue una jornada alegre, con mucha gente en las calles del Real, el domingo, a la misma hora, la cosa era completamente diferente. Casetas vacías en las que las únicas personas sentadas eran los propios camareros charlando y esperando algún cliente. Los jóvenes tampoco parecían querer jugársela mucho con la lluvia, no querían resfriados y la zona más dedicada al botellón también mostraba una imagen muy diferente a la del día anterior.
Queda claro que el tiempo empañó la jornada del domingo de Feria en El Puerto. Los charcos y el fango intimidaron a más de uno que prefirió no ir al Real, pero hay otros, los jartibles, que siempre van y por su puesto no iban a faltar a sus fiestas.
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