el puerto
La ciudad de las cien reformas palaciegas
La aprobación del PEPRICHyE, con su agilización burocrática y su flexibilidad, en abril de 2021 ha abierto la veda a múltiples reformas de las numerosas casas palacios que alberga el casco histórico portuense
La conversión del Palacio de Araníbar en el Centro de Interpretación de Cargadores de Indias, promovida por el Ayuntamiento, está paralizada al encontrarse múltiples obstáculos
A El Puerto de Santa María, como saben, se le conoce con el epíteto de ‘La ciudad de los cien palacios’. Consta que fue el escritor José de las Cuevas quien acuñó o popularizó esta suerte de eslogan para el municipio hace casi 70 años con la redacción de un memorable artículo para ABC.
En dicha publicación el autor madrileño ‒concejal en Arcos y pregonero del Carnaval de Cádiz‒ refiere en torno a cincuenta casas-palacios, por lo que no se sabe bien de dónde se saca la suma de la centena ‒probablemente de tiempos harto pretéritos, palacio arriba, palacio abajo‒:
«De las 1.862 casas que tiene El Puerto ‒escribe De las Cuevas en 1953‒, podemos separar medio centenar magníficas. Todas con un mismo patrón: el de las casas de cargadores a indias. Portada de columnas, balcón voladizo, cuatro pisos: el bajo para los almacenes, el entresuelo, el patio de arcadas y columnas italianizantes, la escalera en el patio, y luego las salas del primer piso con artesonado de cuatro aguas y piñas estalagmitas en el centro...»
Y es que, desde que el colectivo de los Cargadores a Indias se asentara en la ciudad portuense a comienzos del siglo XVII, esta comenzó a vivir no solamente una revolución industrial, sino también arquitectónica como puede comprobarse a día de hoy.
Dadas las necesidades que esta actividad comercial precisaba, comenzaron a construirse por todo el casco histórico porteño las casas de Cargadores a Indias o, como se conocieron popularmente, casas-palacio.
Sin embargo, la desidia sufrida en las últimas décadas ha ocasionado que el centro de El Puerto se deteriorase y, por tanto, comenzara un éxodo hacia otras zonas de la ciudad. Sin embargo, la aprobación del PEPRICHyE el 28 de abril de 2021, así como la inversión pública y privada, están siendo claves para que vuelva a recuperar el esplendor del pasado.
¿Qué es el PEPRICHyE y qué conlleva?
Estas siglas como de apellido de ciclista esloveno no significan otra cosa que el Plan Especial de Protección y Reforma Interior del Casco Histórico y su Entorno (PEPRICHyE), aprobado hace año y medio unánimemente por el Ayuntamiento de El Puerto.
Así, la concejala de Ordenación y Planificación Urbana, Danuxia Enciso, explica que «Lo principal de la puesta en marcha del PEPRICHyE es dotar al casco histórico de un marco normativo del que carecía».
Añadiendo que «permite concretar los niveles de intervención en cada parcela, en cada edificio, incluso incrementos de edificabilidad, mejores condiciones de ocupación. Lo que hace es más viable los proyectos, hay más abanicos de uso».
De esta manera, aunque ya había algunos proyectos que se encontraban en marcha, desde su vigencia otros se han ido sumando debido a las múltiples ventajas que trae consigo dicho plan, como la tramitación por parte del Ayuntamiento de El Puerto de las diligencias necesarias en lugar de otras instancias.
Centro de Interpretación ‘El Puerto de los cargadores de Indias’
Quizás, los dos principales proyectos de reformas palaciegas por parte del gobierno municipal sean la transformación del Palacio de Araníbar ‒antigua sede judicial‒ en el Centro de Interpretación de cargadores a Indias y la conversión de El Hospitalito en un museo municipal centralizado ‒lo que hoy es una realidad‒.
El 11 de mayo de 2021 Multiservicios y Construcciones Mulconsa S.L. comenzaba las obras de adecuación del Centro de Interpretación ‘El Puerto de los cargadores de Indias’ en el Palacio de Araníbar, edificio que data de 1660. A fecha presente, dados diversos contratiempos, están paralizadas, y eso que se prometía una ejecución en seis meses.
Desde el consistorio se excusan aludiendo que «ha sufrido un retraso porque ha habido que hacer un ajusto debido a la subida de precios y a la escasez de materiales. Además, que otra causa de la tardanza fue el hallazgo de un pozo subterráneo».
Iniciativa particular
Son muchos las casas-palacios de El Puerto que en este último año han sido reformadas, están en proceso de transformación o pesa sobre ellos un proyecto de reforma. Estamos hablando de iniciativa particular, o sea, de capital privado. Tantos, que nos daría para otro par de artículos, con lo que mencionaremos los principales.
Así, encontramos El Banano Home, en la calle ‒qué nombre más oportuno‒ Palacios, que es una realidad ‒por obra de Sergio López y Peter Norman‒. Se trata de un establecimiento que, además de residir, se convierten en anfitriones de sus huéspedes. Una suerte de Airbnb de lujo.
A pesar de que su idea desde un principio era mantener todos los elementos que fueran posible, lo cierto es que muchos de ellos se encontraban en mal estado y no se han podido restaurar; aun así, muchos de ellos sí que son los de la época, como el suelo o las puertas.
Otro caso reseñable es el del Centro de Arte Contemporáneo ‘Casa de Indias’, sito en el número 48 de la calle Pedro Muñoz Seca, antigua sede de la fundación homónima. Lola Martínez y César Jiménez, matrimonio madrileño, son los precursores de este centro de arte contemporáneo y de Art suites by Casa de Indias, establecimiento hotelero donde quien lo desee y cuyo bolsillo se lo permita, puede hospedarse para disfrutar de una noche rodeada de arte contemporáneo.
Estos, a diferencia del anterior, han mantenido toda la estructura original de la edificación, así como sus diferentes elementos como suelos y techos.
Otros casos de reformas palaciegas particulares los encontramos en la calle Durango, donde Reyes Aritio ha renovado completamente el edificio del siglo XVIII de 480 m² que adquirió hace unos años. Compuesto por un patio claustral y dos plantas, y decorado por el interiorista Jaime Parladé.
También está, más discreta, la casa de Nati de Mora y José Ignacio Merello, de 180m², sito en la calle San Bartolomé. Este palacete ha sido rediseñado por el arquitecto José Galán con el afán de conservar su estructura original de la casa de labranza de 1732.
En fin, podríamos seguir un rato más exponiendo casos de casas particulares, y eso es algo digno de celebración. Lo que esperemos es que no llegue el día en que una de las antiguas casas de cargadores a Indias albergue un restaurante de la cadena 100 Montaditos. Ya que entonces pasaríamos de la Ciudad de los Cien Palacios ‒palacio arriba, palacio abajo‒ a la de los 100 Montaditos, los miércoles todo a un euro.