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Borja Domecq: «Cuando criamos a un toro, criamos un deportista de élite que tiene que dar todo en 20 minutos»
El ganadero y el torero Miguel Ángel Perera han sido partes de la sesión de cultura del club de playa El Buzo de este 7 de agosto
El club de playa El Buzo sigue en agosto siendo punto de referencia de las letras, el diálogo y la cultura en El Puerto de Santa María. El Aula de Cultura Del Real Club de Golf inaugura un mes de agosto en el que culminará el verano con más invitados de renombre.
Este miércoles 7 ha sido tiempo de clarines y timbales en la tertulia taurina que ha protagonizado Borja Domecq. El ganadero del emblemático hierro Jandilla ha estado acompañado del periodista de ABCJesús Bayort para deleitar las respetable con una tarde digna de Puerta Grande. Además del acompañamiento inesperado con el torero Miguel Ángel Perera, que hizo un hueco en su apretada agenda para formar parte de ella.
'De la dehesa a la puerta grande' se tituló el coloquio que quería realzar la crianza del toro. «En los últimos 15 años ha evolucionado más el toro que en los 50 anteriores», cuenta el ganadero Borja Domecq. «La mejora en la salud, la nutrición y lo que llamamos el 'manejo', que es el entrenamiento, han sido claves para esta evolución.
«Desde los saneamiento oficiales de los ganaderos, los veterinarios, las supervisiones… todo sumado a la alimentación que nos hemos dado cuenta de que es clave», cuenta Borja. «Criamos un deportista de élite que tiene que dar todo en 20 minutos», añade el ganadero.
«Yo pensaba que no era así, pero compaginar ser torero y ganadero es muy difícil, no puedo dedicarme de pleno porque se pasa mal, acabas preocupándote por tantas cosas que no eres capaz de abarcar», cuenta Miguel Ángel Perera. «Requiere mucho trabajo llevar a un toro a la élite», realza.
«Yo el día de la corrida intento no molestar a los toreros, pero aquellos que tienen más confianza me cuentan cuáles les gustan más o menos», cuenta Domecq. «Yo como torero también trato de preguntar lo menos posible», cuenta Miguel Ángel.
«Lidiar de San Isidro en adelante es mucho mejor para el toro, cuando se recupera del invierno y le ayudamos para que pueda embestir mejor», cuenta el ganadero. «Después está el misterio de que hay plazas en las que los toros embisten, como en Madrid o Arlés, y otras en las que cuesta mucho que embistan los toros, como Sevilla o Ronda».
La ganadería tiene muchas particularidades, muchas manías y virtudes imperceptibles que hay que buscar, como cuenta Borja Domecq: «Hay muchas cosas que están muy manidas, para mí un toro tiene que tener ritmo, con ritmo el torero hace lo que quiere, sin él apenas hay que hacer». «Tratamos de que saque su bravura que lleva dentro», añade el ganadero. «Todo ha evolucionado a un toro con más fondo, aguanta más el toreo tan exigente de a día de hoy», respondió por su parte el maestro.
Los toros, como cualquier animal, tiene la capacidad de dar lo mejor y peor de sí mismo, como cuenta Borja Domecq: «En la ganadería tiene a la virtud y el defecto separados por una línea muy fina». «Lo que pido a día de hoy es que el toro tenga fijeza — que te preste atención — y obediencia, me da mucha confianza, a partir de ahí puedo hacer una gran faena», añade por su parte Perera. «Las dos juntas son necesarias, cuando tiene fijeza y no tiene obediencia desconcierta mucho, es como si te montas en un cochazo y no le hace caso al volante», añade el torero.
El tramo final de la temporada pasada contó con un mosquito que transmitía la enfermedad EHE. «La mortalidad en los toros está en el 1%, cojean o se les hincha la lengua, se tratan con antibiótico y se le consigue mantener bien», cuenta Borja Domecq. «Esta dentro de una lista de enfermedades de la Unión Europea que te exigen una gran cantidad de control, te establecen que zonas están más afectadas y por cuáles podías mover al animal, y afectó mucho a las corridas cerradas para el Sur de Francia», añade el ganadero. Además contó las restricciones con los controles sanitarios a los animales como si fuera el COVID-19.
Este sábado, por lo pronto, es momento de toros en El Puerto de Santa María: «Me llamaron de El Puerto, querían una corrida en condiciones y hemos traído a nuestros mejores 3 toros para la altura que merece la ciudad, así que lo que esperemos sea una gran tarde de toros», cuenta Domecq. «Está siendo una buena temporada, salvo Sevilla, todo muy bien, en Pamplona, Arlés, una tarde muy bonita en Roquetas… con ganas de afrontar lo que queda»
Por su parte, Miguel Ángel habló del resto de su temporada: «Socuéllamos, San Sebastián, Bilbao, Palencia, todas las ferias importante de septiembre y esperando un gran colofón el 12 de octubre en Madrid». El de Badajoz logró su primera Puerta del Príncipe cuando cumplía 20 años de tomar la alternativa, algo que a él le llenó de orgullo. «Yo seguí con mi estilo, con la seda y el hierro, frente a un buen toro, con su temple y delicadeza, había torear mucho para él».
Los 20 años de carrera de Miguel Ángel lo alejan ya de la juventud y lo acerca al lado de la experiencia del albero: «No es fácil competir con los jóvenes por ley de vida, te anima a llegar a más y como artista te anima a cuajar las faenas que sueñas con hacer», cuenta el torero. «A veces me he puesto delante, torear nunca, a mi me da miedo», respondió entre risas Domecq.
Para terminar el coloquio, el maestro y el ganadero respondieron preguntas de los asistentes del club, donde algunos pudieron preguntar sus inquietudes. Tras un aplauso arrancado en valor de los ganaderos y su trabajo, se procedió a una copa para los invitados cortesía de las Bodegas Domecq.