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Del blanco y negro al color: Un barrio que ha sabido crecer
El Palmar de la Victoria en El Puerto ha sabido reponerse y pasar, con los años, de ser un barrio marginal a un barrio humilde y trabajador
Es muy sencillo pasar del blanco al negro y del negro al blanco, pero… ¿y del negro y blanco al color? ¿Cómo se pasa de los colores grisáceos y tenebrosos al colorido que marca la alegría?
Allá por los años 80, cuando en la televisión solo se podían ver dos canales, nacía la televisión en color, dotando de alegría a todas las series o dibujos animados que en ella podíamos ver. Al mismo tiempo empezaba el cambio de un barrio en El Puerto, un barrio que hace años llegó a catalogarse como uno de los barrios más marginales y conflictivos de Andalucía según la Dirección General de Barriadas Marginales de Actuación Preferente de la Junta, ya que en 5 años murieron 22 jóvenes debido a temas de drogas.
El Palmar de la Victoria, y en concreto su Asociación de Vecinos, ha sabido superar las adversidades y dejar atrás los puntos de venta de droga que antiguamente existían, algo que según nos cuentan «tienen muy claro que no debe volver».
El Palmar de la Victoria comenzó como una barriada de emergencia que de extendió por cerca de 30 años y en la que conforme los vecinos pudientes adquirían mayor poder adquisitivo se compraban otras casas en mejores zonas. Así, el Palmar se echaba a perder y, unido al boom de la droga, provocó, que el barrio comenzara a llamarse como «El supermercado provincial de la droga».
La lucha de Ramón Ruiz por mejorar el barrio comenzó en el año 91, cuando se hizo presidente de la asociación de vecinos y buscó el apoyo del resto de los colectivos sociales para lograr un apoyo común que mejorase y luchase contra los guetos como el de Vietnam, que también existía en la localidad.
El paso de una barriada marginal a una normal debía empezar cuanto antes y Ramón se decidió por coger una pala e ir derrumbando chabola a chabola para conseguir que los malos se fueran.
«Teníamos que luchar contra gente de ambas barriadas. El absentismo escolar rondaba el 80% porque tenían la convicción de que mandar a los niños al colegio no servía de nada y los usaban como aguadores que avisaban a la policía», explica Ramón.
«Tenían la convicción de que mandar a los niños al colegio no servía de nada y los usaban como aguadores que avisaban a la policía»
Ramón Ruiz nos cuenta que hace 30 o 40 años los regentes de los establecimientos del barrio tenían que irse fuera a por productos porque los repartidores no llegaban hasta el local por miedo. A los médicos les pasaba igual, «una vez tuve que acompañar a uno para que viniese a atender a una persona porque tenía miedo de que le destrozaran el coche».
Esto es lo malo, pero por el contrario también hay anécdotas buenas que merecen la pena escuchar: «Había un chaval que me decía por la venta que antes siempre veía como la policía corría por los techos de las casas persiguiendo a los traficantes y ahora ve a los niños jugar al fútbol». Porque donde hay maldad también hay bondad, y esto podemos verlo reflejado en muchos barrios marginales que han visto como gente que se ha criado ahí ha llegado lejos en la vida, y así es el caso de José Manuel Pinto, exportero del F.C. Barcelona.
«Antes veía como la policía corría por los techos de las casas persiguiendo a los traficantes y ahora veo a los niños jugar al fútbol»
Actualmente las casas del barrio las ocupan personas humildes, trabajadoras y que se ganan el pan cada día. Todo lo contrario que hace años, e igual la solución del problema reside en que los mal vecinos el Palmar de la Victoria se han trasladado a otras zonas del municipio como al barrio de Los Milagros y así lo comenta Ramón Ruiz, autor del libro 'La lucha por la dignidad de un Barrio': «Cuando aquí en nuestra zona había problemas, Los Milagros era un barrio normal. Ahora las cosas malas se han ido hasta allí. Es increíble como han permitido que en un barrio tranquilo y trabajador los vecinos de toda la vida se hayan tenido que ir».
«Se ha pasado de ser uno de los barrios más marginales y conflictivos de El Puerto a la normalización», aunque Ramón reconoce que aún queda por mejorar, ya que «hace falta el mantenimiento de todo lo que hemos logrado».
Ahora el barrio de Los Milagros es de los más conflictivos de la ciudad, e incluso se comenta que debido a la cercanía con la estación de Renfe la gente se acerca a 'pillar' al barrio de Los Milagros y, precisamente, este es uno de los actuales problemas de el Palmar de la Victoria, ya que los robos que se producen hoy día producen vienen realizados por personas de otros barrios cercanos, o incluso de otros municipios, que necesitan dinero para conseguir su dosis diaria.
De los errores se debe aprender, y para aprender debemos fijarnos en quién lo ha hecho bien, como es el caso de Ramón Ruiz, expresidente de la asociación de vecinos, y Juan Carlos Bermúdez, actual presidente, quién reconoce que el futuro del barrio pasa por que «las nuevas generaciones dejen atrás la dejadez y el pasotismo por el lugar en el que se han criado y sobre todo por el mantenimiento de El Puerto de Santa María».
El Palmar de la Victoria recorre desde la Avenida de la Guardia Civil hasta la rotonda de los Frailes y Granja San Javier, pero además ostenta el privilegio de ser declarado el mejor barrio de El Puerto según el Pleno Municipal y, además, ser la primera asociación de vecinos declarada de utilidad pública.
Muchos vecinos coinciden en que «El Puerto está de pena» y otros muchos dicen «haber llorado al leer el libro ''La lucha por la dignidad de un Barrio'», pero en lo que desde la Asociación también coinciden es en que si el barrio quiere seguir en pie y mirar de cara al futuro necesitan la implicación de jóvenes y lograr un relevo generacional sin pasotismo.
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