Mi Rincón Favorito
Beatriz de la Cámara, la diseñadora autodidacta que viste a las 'celebrities'
La madrileña presentará su última creación Colección#1 en El Puerto
Beatriz de la Cámara es abogada y fiscalista, nacida en Madrid, pero con corazón extremeño, ya que creció y vivió toda su infancia en Don Benito (Badajoz). «Me crie en el campo rodeada de mucho amor, naturaleza y muchos animales, lo que forjó en gran manera mi personalidad y potenció mi creatividad. Tanto es así que cuando me mandaron al colegio, las monjas llamaban a mi madre porque me subía a los árboles durante los recreos». Es una persona extrovertida y tímida al mismo tiempo, soñadora y muy perfeccionista.
A nivel profesional, la abogada cambió la toga por la moda y apostó alto por cumplir su sueño creando su marca con la que comparte nombre. «Soy una diseñadora de perfil autodidacta. Siempre me ha gustado dibujar, hacer recortables, vestir a las muñecas y por eso, aprendí a coser desde pequeña. He absorbido mucho de la gente con la que he ido trabajando desde que empecé, tanto costureras, patronistas, como representantes de tejidos, etc. mi principal formación viene de ellos y de lo que he ido estudiando e investigando desde muy pequeña», explica. «Toda mi etapa académica la desarrollé en Madrid, donde me licencié en Derecho, tras lo cual estudié dos masters: Asesoría Jurídica en el Instituto de Empresa y un MBA en el ISEM, más enfocado a gestión de empresas de moda. Tras esta etapa, decidí hacer una incursión en el mundo de la moda, comenzando a hacer trabajos como becaria para Vogue y alguna otra publicación. He realizado varios cursos y masters para completar mi formación, y el último que cursé fue en el Museo Balenciaga. Pero siempre, cada vez que puedo invierto tiempo en ir ampliando mi formación», añade. A día de hoy ya ha vestido a numerosos rostros conocidos del panorama nacional como Ana Boyer, Isabel Jiménez, Paz Vega, Nieves Álvarez o Lourdes Montes, entre otras muchas.
Fue en 2010 cuando Beatriz creó su propia firma, lanzando su primera colección a la vez que empezó a hacer vestidos de novia e invitada a medida. En 2013 cuando se mudó a Estados Unidos para vivir allí durante casi una década compartía su tiempo entre el funcionamiento del atelier de Madrid y los encargos de clientela privada que le iban surgiendo en Nueva York. «Durante esta época aproveché la ocasión para completar mi formación en el sector de la moda. Hace un par de años volví a Madrid para hacer un 'rebranding' de la firma y comenzar con un nuevo modelo de negocio para adaptar la firma al mercado global», matiza la empresaria quien añade que la idea de lanzar su propia firma siempre había rondado por su cabeza, pero no fue hasta terminar el MBA en moda que decidió iniciarlo.
A pesar de que la vida de nuest
ra protagonista ha transcurrido por grandes ciudades del mundo, nos ha contado que tiene una gran vinculación con esta provincia. «Tengo una especial conexión y un especial cariño a Cádiz porque desde muy pequeña iba a veranear con mi familia, primero estuvimos en Cádiz capital. Mis abuelos tenían un piso frente a la Playa La Victoria, y después, con unos 9 años, nos fuimos a Chiclana donde cualquiera que haya tenido la oportunidad de pasear durante un atardecer en La Barrosa estará de acuerdo conmigo que es imposible no enamorarse de esta tierra. Con los años hemos aterrizado también en El Puerto, ciudad a la que me gusta ir cada vez más. La provincia de Cádiz en general y El Puerto en particular, tienen y conservan una historia espectacular, solamente hay que pasear por su casco antiguo que a pesar de que muestre esa decadencia por ese gran número de palacios abandonados y de edificaciones impresionantes, te recuerda a cada paso que fue en su momento un centro económico-social importantísimo y realmente creo que aún mantiene esa aura especial que produce esa conexión entre la gente».
En está época, Beatriz echa la vista atrás y recuerda cómo eran aquellos veranos de su niñez, que los solía pasar con sus padres y sus abuelos. «Compartíamos el tiempo entre la finca familiar en Extremadura y Cádiz. Solíamos bajar a la playa, salir a cenar, visitar el casco antiguo de la ciudad e incluso recorrer los pueblos de la costa (Vejer, Zahara...). Quizás el mayor cambio con los niños de ahora es el tema de la tecnología, que es un gran pasatiempo en la actualidad. Cuando yo era una niña, al no existir, se solía tirar más de la creatividad», cuenta con nostalgia.
Nuestra protagonista que demuestra ser una todoterreno en todo lo que se propone cuenta con numerosas aficiones. Cuenta que le apasiona la música electrónica, tanto es así que hace algún tiempo aprendió en una escuela de dj y producción musical en Madrid. «Aconsejada por ellos me atreví a comprarme una mesa de mezclas que me permitiera seguir avanzando y desconectar en mis pocos ratos evadirme un poco del día a día laboral. En cuanto a deportes, siempre me ha gustado practicar de todo tipo, pero durante mi etapa en Estados Unidos me enamoré del snowboard y de la mayoría de estaciones de Vermont y Maine, a las cuales en cuanto tenga posibilidad estoy deseando volver. Además, me encanta la decoración, y debo decir que en los últimos años se ha convertido en un gran hobbie gracias a mi buena amiga Cristina Bernal, gran arquitecto madrileña afincada recientemente en la provincia de Cádiz que ha montado su propio estudio de Arquitectura e Interiorismo, y que ha sido la artífice de la reforma de varias propiedades familiares, entre ellas una en Cádiz», nos cuenta la diseñadora.
Beatriz de la Cámara es una marca de pret-á-couture fundada en 2010. Reconocida por su sofisticación, atención al detalle y carácter atemporal, combina la tradición con la versatilidad de la mujer contemporánea. Las colecciones incorporan técnicas de costura tradicionales, así como diferentes saberes artesanos, convirtiendo la tradición en perdurable modernidad a través del uso de líneas puras, el dominio de volúmenes y colores, con una estética etérea y atemporal donde el contraste entre la sencillez y la extravagancia convergen. La firma está comprometida con la sostenibilidad y el medio ambiente, apostando por una producción local y de cercanía, con un producto de calidad y realizado con sumo cuidado y atención al detalle por la mejor comunidad de talleres y artesanos. Las colecciones son de producción limitada y algunas piezas realizadas bajo pedido con el fin de promover una producción responsable y de mínimo impacto medioambiental.
La diseñadora va a presentar su última creación, Colección#1 en El Puerto, aunque normalmente suele hacer sus ventas privadas y eventos en Madrid, pero en esta ocasión le apetecía mucho hacer algo en el sur. «Siempre había tenido en la cabeza organizar un evento en verano durante la puesta de sol, algo relajado y no muy grande en el que poder conversar con la gente que viniera, contarles en profundidad a cerca de mis colecciones. Con ello espero dar a conocer mi trabajo en esta zona a la que tanto cariño tengo y que tan buenos recuerdos de infancia me trae», afirma.
La empresaria nos explica que sus creaciones son piezas clásicas con un toque contemporáneo utilizando tejidos de muy alta calidad y con una confección de factura 'handmade'. «Cuando diseño pienso en la mujer real, en crear piezas distintas y originales que ensalcen la feminidad de la persona que lo lleve. Soy muy perfeccionista en lo que calidades y acabos se refiere, hasta el punto incidir mucho en detalles como la botonadura de mis colecciones, que están hechas a mano en porcelana por el gran ceramista artístico Jesús Martínez, o un buen forro interior en satén, que hace más agradable el llevar esa pieza. Creo que la diferencia está en los pequeños detalles».
Beatriz, a quien le define un estilo muy femenino, sofisticado y atemporal aconseja que cada uno debe adaptar la moda a su estilo personal: «saber vestirse para el tipo de cuerpo que tienes es el arte que hay que amaestrar».