Sucesos
El atraco a un banco de El Puerto que no fue tal: «¡No me dais número... ahora me lo vais a dar!»
Un hombre fuera de sí y armado con un pequeño cuchillo, provoca momentos de pánico en una sucursal molesto porque no le atendían
Llegó a golpear en la cara a un empleado y un cliente lo redujo hasta la llegada de la Policía
El hombre amenazó con un cuchillo de siete centímetros que después rompió.
No quería dinero. Lo que quería era atención. El supuesto atraco que este martes se describía como tal en una entidad bancaria de El Puerto de Santa María no fue tal. No se debió a un ladrón que entraba en la sucursal con el propósito de llevarse el dinero de la caja. Se trató de un hombre que fuera de sí, y en actitud violenta, insistía en que se le atendiera. Una y otra vez.
Aunque en un primer momento desde el Ayuntamiento de la localidad describían lo ocurrido como un intento de robo y aseguraban que los agentes municipales habían reducido a este individuo, lo que pasó no fue realmente así.
Según manifestaron los empleados y clientes que se encontraban en ese momento en el banco, el BBVA de la calle Larga, los hechos ocurrían en torno a las 11.30 de la mañana. En la sucursal había más de una veintena de personas ya que a esa hora y más ahora en verano, la afluencia en esta céntrica delegación es mayor.
Fue en ese momento cuando esgrimiendo un cuchillo de unos siete centímetros de hoja, este individuo comenzó a gritar y amenazar: «¡No me dais el número, ahora me lo vais a dar!», al tiempo que se iba acercando a la zona de la cola de caja lo que provocó el pánico entre los que allí se encontraban, entre ellos, varios menores.
Tras ello, el mismo sujeto y todavía con el pequeño cuchillo en la mano, se acercó a un empleado del banco y le propinó un puñetazo en la cara, lo que le recriminó uno de los clientes. En ese momento, y en un arrebato de furia y nervios, el hombre rompió el cuchillo por el mango y lo tiró al suelo, al ver que estaban llamando a la Policía. Fue en ese instante cuando el cliente aprovechó para tirarse encima y reducirlo. Momento en el que entraron los agentes y pudieron finalmente engrilletarlo, detenerlo y llevárselo para la Comisaría.
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