El Puerto
El agua amarga de Pozos Dulces
Hasta el próximo lunes 11 tienen de plazo las empresas en presentar ofertas de licitación de las obras de la cubierta
Son las 11 y 15 del jueves, 7 de julio de 2022, y un nutrido grupo de jóvenes veraneantes caminan arrastrando sus maletas de ruedas por la calle de Pozos Dulces en sentido al centro de El Puerto. Se han apeado apenas cinco minutos antes del tren Alvia procedente de Madrid y lo primero que ven al llegar al municipio es una explanada descampada, sucia, destartalada, con bocas de parquin a modo de pozas fétidas donde flota la porquería y por donde asoman las tripas de una construcción abortada, y todo ello rodeado por un vallado de rejilla de metal herrumbroso y destartalado. Es algo que se repite a diario, y se intensifica para escarnio de sus vecinos durante la temporada estival: visitantes que en su entrada a la Ciudad de los Cien Palacios se topan con una estampa posapocalíptica, que dan ganas de darse media vuelta.
Ese mismo día y a esa misma hora, apenas hay un par de operarios municipales desbrozando y arrancando las malas hierbas que crecen junto a la ribera del Guadalete. Si no fuera por unas bolsas grandes de basura apiladas en el medio de la explanada, fedatarias de que algo se ha recogido, nadie diría que hace una semana que ha empezado la limpieza intensiva de la zona de Pozos Dulces, a petición de la Agrupación de Empresarios y Hosteleros del Centro.
Comentaba una vecina portuense, con mucho sentido común, que ya podían haber puesto desde el Ayuntamiento «hace tiempo, unos vinilos o telas que cubrieran toda esta chapuza y porquería; como los que se colocan cuando están remodelando un edificio».
Afortunadamente, parece que por fin, aunque sea por la vía expeditiva, se ve laluz al final del túnel…, o del parquin, mejor dicho. Hasta el próximo lunes 11 se supone que tienen de plazo las empresas interesadas en presentar ofertas delicitación de las obras de restitución y reordenación de la cubierta de Pozos Dulces. Una vez superado este trámite, la empresa adjudicataria tendrá seis meses para su ejecución y contará con un presupuesto de algo más de 487.000 euros para poner a punto la zona.
El 21 de agosto de 2014 comienzan los trabajos de construcción de los dos nuevos aparcamientos con los que iba a contar la ciudad en un plazo máximo de ejecución de 21 meses y con un coste inicial cercano a los 18 millones de euros, los cuales provenían de diferentes fondos. Para que El Puerto pudiera asumir esta construcción tuvo que llevarse a cabo la constitución de la sociedad privada Impulsa Aparca S.L. , que estaba participada en un 50% por Impulsa El Puerto S.L.U. y en otro 50% por AC Jessica Andalucía F.C.R.
Con todos los procedimientos listos, Alfonso Candón, a la sazón alcalde, tuvo que echar el freno y convocar una comisión de investigación ante las supuestas presiones que el gerente de la empresa municipal había realizado al ingeniero que debía de emitir el informe técnico sobre las empresas adjudicatarias. A esto se le unió las protestas de diferentes colectivos. Para más inri, la Comisión Provincial de Patrimonio Histórico mandó a paralizar las obras porque no cumplía con el último PGOU.
El pacto y programa del nuevo equipo de gobierno integrado en junio de 2015 por PSOE, Levantemos El Puerto e Izquierda Unida, recogía «la solución al tema de los aparcamientos de la Real Plaza de Toros y Pozos Dulces», algo que no se llevó a cabo y ocasionó la ruptura con Levantemos El Puerto. Visto que dar marcha atrás salía más caro, fue en 2016 cuando se retomaron las obras. Aunque la voluntad del entonces regidor David de la Encina era la finalización de éste, lo cierto es que no se lograron completar.
El PSOE llegó incluso a plantear la posibilidad de la privatización del proyecto, pero IU se negó en rotundo. Hoy día, Germán Beardo considera que poner el proyecto en manos privadas es la salida más digna.
Con la vuelta del PP a la alcaldía se realizaron varios intentos para finalizar la última versión del proyecto. Ya en agosto de 2021 se inicia desde Urbanismo el expediente de caducidad de la concesión a la sociedad Impulsa Aparca y el 5 de octubre caducaba la licencia de la concesionaria, dejando las manos libres al Ayuntamiento.
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