Sanlúcar

Más dudas que certezas tras el primer año de gobierno en coalición en Sanlúcar

Provincia

Las asperezas entre Izquierda Unida y el PSOE, socios que fueron enemigos íntimos hasta las últimas elecciones, no han terminado de pulirse después de casi 14 meses compartiendo mando

Carmen Álvarez y Víctor Mora. L. v.
Álvaro Mogollo

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La política depara a veces los pactos más insospechados. Una cosa es lo que se pueda decir al electorado antes de una cita con las urnas y otra son las alianzas que puedan llevarse a cabo en función de la aritmética que dejen los resultados electorales.

Un ejemplo claro es lo que sucedió en Sanlúcar tras el 28 de mayo de 2023. Antes de esa fecha, la ciudad estaba gobernada por el PSOE, siendo el alcalde Víctor Mora. La oposición la lideraba Carmen Álvarez, de Izquierda Unida, que se erigió en punzante contrapeso.

La relación se había deteriorado con el paso de los años entre quienes eran las dos figuras con más posibilidades de abrazar la alcaldía de una ciudad que ha conocido en democracia gobiernos a la izquierda y también a la derecha.

En las pasadas elecciones, sin embargo, el escenario cambió radicalmente. El PSOE, que fue el partido más votado en 2019 con nueve concejales, pasó a ser tercera fuerza con siete. Izquierda Unida dio el sorpasso a los socialistas, aunque el mismo número de representantes, pasando de seis a siete. Pero los comicios los ganó el Partido Popular, que triplicó sus concejales, de tres a nueve, absorbiendo en buena medida los cinco de Ciudadanos, que ni siquiera concurrió a la cita en la tierra de Juan Marín.

Los populares, con la senadora Carmen Pérez como candidata, podían sumar los dos ediles de Vox, pero se quedaban a otros dos de llegar a los 13 de la mayoría absoluta, por lo que incluso llegaron a intentar una entente con Izquierda Unida, por inverosímil que parezca, que terminara con el gobierno del PSOE.

Un entendimiento impredecible

Pero no hubo más que hablar cuando las direcciones provinciales de Izquierda Unida y PSOE dictaron sentencia. Álvarez y Mora no eran precisamente amigos, pero no tenían otra que entenderse y firmar un acuerdo de gobierno que dejaba en la oposición al PP, daba la alcaldía a IU 36 después y mantenía a los socialistas con mando en el Ayuntamiento pese a la pérdida de apoyo popular. Con la presencia de Jorge Rodríguez y Alfonso Moscoso, se rubricó el pacto.

Más de un año después, las dudas lógicas han ido cristalizando en desencuentros y, tras un tiempo de natural cortesía, ambas partes hablan ya abiertamente de esos roces dentro de un gobierno que en Izquierda Unida esperan que mejore con el paso de los meses. El PSOE, por su parte, insta a su socio a mejorar a marchas forzadas, sin descartar por completo una posible ruptura.

Ninguna de las dos partes oculta las desavenencias. La alcaldesa Carmen Álvarez, que reconoce que la convivencia podría ser mejor, lo toma con naturalidad «mientras que no llegue a más»: «El debate es sano siempre que sea constructivo. Hay dimes y diretes como en cualquier gobierno de coalición, pero no ha pasado nada ni han votado en contra de unos presupuestos, por ejemplo».

Víctor Mora dice abiertamente que el pacto no está siendo lo que esperaban, más allá de que a nivel interno los dos partidos cumplieran el objetivo de que no gobernase la derecha. El contar con 14 concejales dentro de la coalición les hacía pensar que se podrían lograr mejoras respecto al anterior mandato, donde el PSOE gobernó en minoría: «Desgraciadamente ese balance no lo podemos hacer, hay que mejorar muchísimo más. El balance no es positivo, parece que se han dado pasos atrás en la gestión».

Una realidad y dos visiones

Directamente, ambos socios ven una realidad económica distinta. El anterior alcalde asegura que durante su alcaldía se llevó a cero un remanente negativo de tesorería de 108 millones de euros. Álvarez dice todo lo contrario: «Estamos poniendo las deudas al día, como unas históricas que teníamos con la Policía Local o con Aqualia».

«No es lo mismo estar en la oposición que en el gobierno», admite la regidora. «Hemos estado unos meses un poco haciéndonos con el cargo y la alcaldía, pero creo que ha sido beneficioso aunque estamos recibiendo muchas críticas», afirma. Víctor Mora, en esto, está de acuerdo y dice que gobernar es muy distinto al ejercicio fiscalizador. Pero critica que «con menos concejales y con menos presupuesto se hacía más». «Izquierda Unida en la oposición decía que si ellos llevaban infraestructuras, limpieza o seguridad, se iba a notar. Pues no se está notando».

Álvarez pide tiempo y asegura que en 2025 empezarán a verse resultados, en parte por el trabajo que están desplegando y también por los fondos que están por venir: 5,9 millones del Acuerdo de Doñana, 2 del PROFEA o 890.000 euros de Cádiz Marcha. «Lo que no se ha cambiado en 20 años no se puede hacer en uno», agrega.

Su socio indica que, guste más o menos, el turismo es el principal motor económico de Sanlúcar y que no se está trabajando lo suficiente en la promoción de la ciudad, que asegura que ha decaído en el último año: «La alcaldesa no quiere que vengan inversiones y le resta mucho al avance económico porque influye en la construcción, el comercio y otros sectores», expresa.

La limpieza es probablemente el principal problema de la ciudad: «Es una demanda grande, pero es difícil con la situación económica que nos hemos encontrado y la falta de presupuestos. Espero que con el nuevo presupuesto podamos solventar parte de esa problemática que tenemos», dice la representante de IU. En el PSOE lo achacan a la bisoñez de su socio, asegurando que no hay excusas para no tener presupuestos sumando la coalición una mayoría absoluta de 14 ediles.

A la expectativa

¿Tiene futuro la coalición? De momento no se puede descartar ningún escenario. Aunque a corto plazo parece asegurado y es pronto para mirar a 2027, las tensiones podrían precipitar escenarios imprevistos en el Palacio de Orleans.

Carmen Álvarez cree que su socio debe mentalizarse del cambio de roles: «Antes él estaba en la alcaldía y yo en la oposición. Ahora estoy yo en la alcaldía y él está junto a mí en un gobierno que lidera IU. De ser alcalde ha pasado a ser tercero y tiene que coger su posición».

El exalcalde cree que en un gobierno con el mismo número de concejales de cada partido, ambas formaciones tendrán que ceder en momentos determinados por el bien de la ciudad: «Ella piensa que, por estar en la alcaldía, su opinión tiene que prevalecer y ese es un concepto que no funciona y que tensa mucho la relación». Asegura que el PSOE no ha pactado para que Sanlúcar retroceda y dice percibirlo en la calle: «Si las elecciones fueran hoy, probablemente el resultado sería otro, mucho más favorable a nuestro partido».

El tiempo dará y quitará razones. Mientras tanto, el Partido Popular critica de forma regular al gobierno local, al igual que Vox, cuarto partido en discordia que dobló su representación al conseguir dos concejales en las elecciones del año pasado.

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