ROMERÍA DE VALME
Valme peregrina en su 125 romería al Cortijo de Cuarto
Cerca de 200.000 nazarenos caminaron desde Dos Hermanas en un tercer domingo de octubre especial
Un nuevo tercer domingo de octubre amaneció la ciudad nazarena con la esperanza de disfrutar junto a la protectora de Dos Hermanas. Y lo hizo en un año lleno de efemérides por el 150 aniversario de la venida de la Virgen de Valme a la localidad y el 125 aniversario de la primera romeria.
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El toque de clarines de la agrupación musical Nuestra Señora de Valme y los sones de la banda de música de Santa Ana sonaron a las seis de la mañana para anunciar el día grande de la ciudad. Se celebraba una misa de romeros llena de emoción y sentimientos con la parroquia de Santa María Magdalena repleta desde su apertura.
La carreta esperaba minutos antes de las ocho de la mañana en las puertas del templo con una plaza de la Constitución expectante. Puntual, salía portada por su párroco Manuel Sánchez de Heredia y el nazareno recién ordenado sacerdote el día anterior, Eduardo Vega . Había lágrimas en los ojos de muchos nazarenos porque, como dice la sevillana, «Valme siempre es volver». Un sinfín de recuerdos vividos se agolpaban en los corazones de los nazarenos.
Aquella romería que nació de la venida de la Virgen de Valme desde la ermita de Cuarto a Dos Hermanas en 1869 volvió a florecer como sueño de octubre. Días en los que las figuras históricas de Lamarque de Novoa o los Duques de Montpensier definen lo que hoy en día se vive en la ciudad nazarena.
Cada año, el coro de la hermandad realiza su tradicional ofrenda en forma de cantos en la despedida de Dos Hermanas desde uno de los balcones de la plaza del Arenal. La buena temperatura acompañó en todo el recorrido de ida con una comitiva oficial mucho más amplia que otros años debido a la prohibición de la circulación de vehículos a motor. El dispositivo de seguridad incidió en este aspecto y mermó la presencia de personas que tradicionalmente disfruta de la romería en los laterales de la carretera.
Esto provocó que se repartieran más de doscientos números en la comitiva con un significativo aumento de coches de caballo y carros tirados por mulos. El colorido de las carretas iluminaron una maravillosa mañana de peregrinación a la ermita de Cuarto . La Virgen de Valme estrenó un nuevo manto de salida, realizado por el taller de bordados Santa Clara. Se trata de una obra en terciopelo de color verde oliva, bordado en oro con distinta técnicas. El diseño está inspirado en un antiguo repostero que se conserva en el convento de San Francisco de Oporto. También estrenó una nueva toca realizada y diseñada por Alfonso Aguilar.
La carreta de la Virgen llegó a la ermita de Cuarto cerca de las dos de la tarde tras una presentación triunfal en Bellavista. Sus orígenes volvieron a florecer en una romería especial donde se cumplen 150 de años de la venida de la imagen a Dos Hermanas , momento donde el pueblo llevó a la protectora de los nazarenos a la parroquia de Santa María Magdalena para que permaneciera siempre allí.
El regreso
Tras una gran jornada de convivencia en el cortijo de Cuarto, la hermandad rezó el Santo Rosario y emprendió el camino de vuelta a las seis de la tarde. Miles de personas pasaron por la ermita durante la estancia de la Virgen de Valme. Este año se estrenó la restauración integral del templo , confluyendo con los trabajos de conservación del retablo principal. Una estampa que destacó y que motivó que muchas personas quisieran fotografiar este enclave histórico.
La Romería de Sevilla , como muchos escritores la definen, volvió a dejar patente la devoción que mueve. Una romería que contaba con la presencia de barrios como San Julián, Puerta Osario, Triana o la Puerta de la Carne hasta los años 50 tal y como reflejan las crónicas.
El arte de la flor rizada que inventaran Diego Luis Justiniano y Elena Molina a principios del siglo veinte , volvió a lucir por las calles nazarenas y Bellavista. La carreta de la Virgen de Valme junta a todas aquellas que la acompañan así como las galeras con flor rizada, lucieron en su vuelta con la carretera totalmente apagada y la única iluminación de las carreras.
Pese al chaparrón que cayó al ocaso, los horarios se mantuvieron y no se deslució el regreso. En su entrada en Dos Hermanas, cerca de las diez de la noche, visitó la casa hermandad de la Oración en el Huerto así como su monumento en la plaza Menéndez y Pelayo. Entró pasadas las once de la noche culminando un tercer domingo de octubre de ensueño.
Fue especial por las efemérides, pero más aún por el reciente fallecimiento de Jesús Ríos, diputado de cultos de la hermandad y muy querido cofrade que se marchó a los 31 años. Siempre en el recuerdo este joven nazareno que desde el «Valme eterno» seguro que disfrutó de una gran jornada donde todo salió como estaba previsto y donde de nuevo, más de doscientas mil personas, estuvieron presentes a lo largo de todo el recorrido. Valme es Dos Hermanas, y así se unió un pueblo que vive por la devoción a su protectora.