Dos Hermanas
Recuperan las pinturas de una antigua hacienda, ocultas por capas y capas de cal
La restauración de la fachada de La Almona deja a la luz una serie de esgrafiados desconocidos hasta ahora
![Fachada restaurada de la antigua hacienda de La Almona / L.M.](https://s3.abcstatics.com/media/2015/12/01/s/almona-dos-hermanas-620x349--620x349.jpg)
La fachada de la antigua hacienda de La Almona de Dos Hermanas había pasado hasta ahora totalmente inadvertida para los transeúntes que discurren a diario por su puerta, en la céntrica calle Real Utrera. La propia estrechez de la vía y su pintado completo en blanco habían hecho de este punto del centro del municipio un completo desconocido, hasta que una serie de trabajos de restauración han puesto en valor este entorno, dándole una belleza hasta ahora inaudita.
Y es que, si hace unos meses se remodelaron las inmediaciones de la torre del Olivar, ubicadas justo enfrente, ahora acaban también de finalizar los trabajos de recuperación de esta fachada de la antigua hacienda del siglo XVIII , compuesta por el mirador y la torre de contrapeso. Unas tareas de restauración, realizadas por la empresa sevillana Dédalo Bienes Culturales, que han permitido descubrir una serie de esgrafiados que habían permanecido ocultos hasta ahora bajo capas y capas de cal.
«La fachada tenía varias capas de cal, había incluso sitios en los que nos hemos encontrado con hasta veinte capas », explica Pilar Soler, una de las restauradoras que ha participado en la intervención. La gran mayoría de estas capas, que impedían ver el diseño original, estaban en la parte más baja y no eran todas de color blanco, ya que el equipo que ha dirigido la intervención ha encontrado otras en tonos amarillos o rojos.
Estos trabajos de «restauración arqueológica» han dejado a la vista las primeras pinturas originales de la torre, una serie de esgrafiados en esta fachada barroca , compuesta por una decoración a base de la «repetición de elementos geométricos que le aportan una riqueza cromática y vistosidad única, lejos de la apariencia distorsionada que desde hace años presentaba, debido a las capas de cal que ocultaban su esplendor original», según han indicado, a modo de conclusión, desde Dédalo Bienes Culturales, que ya restauró en 2008 la torre de contrapeso de esta hacienda.
Limpieza integral
Una de las tareas principales del equipo de restauración ha sido el de la limpieza en profundidad ante la suciedad que presentaba la fachada, especialmente la zona más alta, afectada por la verdina. Se han realizado reintegraciones mediante la técnica de «rigatino», es decir, reconstruyendo campos de color con el trazado de rayas finas, que son imperceptibles en una visión global del conjunto, pero claramente diferenciables en un examen detallado.
Además, los restauradores han consolidado las oquedades existentes mediante inyección de resina acrílica, fijado la película pictórica y aplicado, por último, un tratamiento protector para aislar la fachada de la humedad.
En definitiva, esta fachada que en su día fuera el acceso principal a la hacienda de La Almona vuelve ahora a recuperar parte de su esplendor pasado, después de décadas en la penumbra. Para el equipo que ha trabajado en su restauración, esta ornamentación original hace que dicha fachada sea « un ejemplo único y de gran interés » de este tipo de decoraciones y revestimientos mediante esgrafiados durante el Barroco.
Hacienda agrícola
En la actualidad, lo que queda de la antigua hacienda de La Almona está reconvertida en centro cultural , al cual se accede desde la calle La Mina, mientras que esta fachada que acaba de restaurarse linda con la calle Real Utrera, ubicada a las espaldas.
En el pasado, el municipio de Dos Hermanas siempre estuvo íntimamente ligado a la tradición agrícola , existiendo durante la época árabe numerosas alquerías en su término que, posteriormente tras la Reconquista, fueron dando paso a las haciendas y cortijos, dedicados casi en su totalidad al cultivo del olivar. Tarea agrícola, por cierto, que ha sido la principal actividad económica del municipio hasta bien entrado el siglo XX.
La época de esplendor de estas haciendas puede situarse en el siglo XVIII, tiempo en la que toma también protagonismo esta hacienda de La Almona, ubicada en lo que hoy es el centro del municipio, y donde se recogía la cosecha de aceitunas para su molienda y posterior almacenamiento en bodegas. Además, en este caso, su propio nombre significa «fábrica de jabón», lo que delata el más que posible uso del aceite de oliva en la fabricación de jabones.