Dos Hermanas

La medicina de los caballos para el cuerpo y la mente

Menores con discapacidad de Dos Hermanas se benefician de las terapias ecuestres en el centro La Herradura

Una de las menores sube al caballo, ayudada por la fisioterapeuta L.MONTES

LAURA MONTES

María José es una niña de Dos Hermanas, con una discapacidad diagnosticada, que necesita de una silla de ruedas para desplazarse. La pequeña no puede hablar, pero ello no le impide en absoluto expresar su emoción al tocar, por primera vez en su vida, la piel de un caballo. Con la ayuda de sus monitores, la menor se sube al equino acompañada por una fisioterapeuta que la sujeta, mientras que un técnico en equitación tira de la soga para que el animal comience a andar por el picadero. La pequeña María José mira a un lado y a otro, abre con fuerza sus ojos y siente el movimiento del caballo. Es como si fuera ella la que está andando.

La menor es una de las integrantes de la escuela de verano para personas con discapacidad intelectual o física , que pone en marcha cada año el Ayuntamiento de Dos Hermanas, a través de su concejalía de Bienestar Social, y que este pasado jueves ha organizado una jornada especial en el centro nazareno de terapias ecuestres La Herradura, ubicado en las instalaciones del Gran Hipódromo de Andalucía. Allí, esta decena de menores ha podido no solo tocar a los caballos, sino también montarlos y cepillarlos, dentro de una serie de terapias con las que se busca mejorar su desarrollo cognitivo, físico, social y emocional, fundamentalmente.

«Se intenta hacerlos protagonistas para que, por una vez, sean ellos los que tengan que ayudar a otros, en este caso, a cuidar a los animales », explica la responsable de La Herradura, Marián Sillero. Las investigaciones y estudios médicos avalan y recomiendan, cada vez más, estas terapias ecuestres que permiten mejorar el desarrollo psicomotor, potenciar la autoestima y el control o ampliar las habilidades sociales, entre otras muchos beneficios.

Para ello, un equipo multidisciplinar , conformado por fisioterapeutas, pedagogos, psicólogos, educadores sociales y técnicos deportivos en equitación, se encarga de atender a estas personas con discapacidad, como el grupo de niños nazarenos que este pasado jueves estuvo por unas horas en el centro.

Y es que, mientras unos montaban a caballo, otros se acercaban a los equinos en las cuadras, donde con la ayuda de los monitores de la escuela municipal y el personal de La Herradura, aprendían a cepillar a los animales. Ejercitan así la coordinación y el equilibrio , además de las propias relaciones sociales y la comunicación no verbal, al estar en contacto directo con el animal y en compañía de los trabajadores del centro, que les ayudan a conseguir sus logros.

Conexión con el caballo

«Es increíble la química que pueden llegar a tener con los caballos », asegura Sillero. Los equinos están especialmente entrenados para tratar con personas con discapacidad. No son asustadizos y sorprenden por su nobleza. Aun así, según el perfil de cada niño, se busca un caballo u otro. La constitución del cuerpo del animal, la altura o el tipo de paso juegan aquí un papel determinante para seleccionar qué equino puede ayudar más a la persona.

Con este son ya tres los años que la escuela de verano municipal acude al centro de La Herradura para que estos menores se beneficien de las terapias ecuestres. Al igual que la pequeña María José, otros niños de un perfil similar dejaron este pasado jueves aparcada por un rato su silla de ruedas para moverse por sí solos, montados a caballo. « Es una medicina, una sensación de libertad plena », murmuraban algunas de las monitoras mientras presenciaban el paso de los menores a lomos de los equinos.

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación