Dos Hermanas
La lluvia impide la celebración de la romería de Montequinto
Es la primera vez en 33 años que la Virgen de los Ángeles no es trasladada a la ermita de la Alegría
La lluvia impidió este pasado domingo que el barrio de Montequinto, en Dos Hermanas, celebrara su habitual romería de Nuestra Señora de los Ángeles . Por primera vez en 33 años de historia, la Virgen no fue trasladada hasta la ermita de la Alegría, ubicada en terrenos de Entrenúcleos, como es habitual cada año por estas fechas. Los malos pronósticos que auguraban fuertes rachas de viento y lluvia se cumplieron y la junta romera decidió a las nueve de la mañana, hora en la que estaba prevista la salida de la Virgen desde la parroquia de Nuestra Señora de los Ángeles y San José de Calasanz, suspender la romería.
Los romeros, aun así, pudieron disfrutar de la jornada estando cerca de la Virgen, en los salones parroquiales anexos al templo, hasta donde fue trasladada la imagen y donde tuvo lugar la convivencia de todas las peñas y grupos de fieles y devotos de la imagen. «Es la primera vez que la Virgen no va a la ermita, hubo un año, en los comienzos de la romería, que fue trasladada en un camión porque también llovía », recordó, en este sentido, María del Carmen Domínguez, hermana mayor de la junta romera.
La Virgen, que había sido vestida de pastora este año con el fin de facilitar la colocación de un capote protector de la lluvia en caso de que fuera necesario, presidió la jornada de convivencia en un altar que los romeros prepararon para la ocasión. «No hemos podido celebrar la romería pero, al menos, estamos con ella aquí », resumía el pregonero de este 2016 y presidente del grupo joven, Emilio Cordero.
«Teníamos la idea hecha de que, casi con seguridad, no iba a poder celebrarse la romería por la previsión de lluvia, aunque siempre guardas la esperanza de que el tiempo cambie en el último minuto», apuntaba el joven mientras en el interior de los salones parroquiales el resto de romeros comenzaba a desplegar mesas y sillas para preparar la comida, esta vez, lejos de la ermita de la Alegría.
Fue, desde luego, una romería bien distinta a todas las demás. Una sensación agridulce que, poco a poco, se fue tornando en alegría -como la ermita a la que peregrina la Virgen cada año- conforme pasaban las horas del domingo en estos salones parroquiales, en los que se escucharon cantes y bailes en honor a Nuestra Señora de los Ángeles . La celebración se prolongó hasta última hora de la tarde cuando, tras el rezo del rosario, la imagen fue trasladada en andas hasta el templo.
Noche en la ermita
Durante la noche previa, los romeros más jóvenes pudieron velar hasta altas horas de la madrugada al Simpecado en el interior de la ermita de la Alegría, después de que fuera trasladado a primera hora de la mañana del sábado, como es habitual cada año. Estaba previsto que se celebrara una candelá por sevillanas en el exterior de esta ermita, aunque tuvo que suspenderse como tal debido a la lluvia.
Para el próximo año, además, está previsto que pueda estrenarse un coro joven romero , tras haber quedado constituido como tal recientemente.