Ocio

Japón también se vive desde Dos Hermanas

Unas 7.000 personas han asistido al «JapanZone 2H», la primera edición del salón dedicado a la cultura asiática

Un grupo de «cosplayers» en el festival L.MONTES

LAURA MONTES

Alba es una joven sevillana de 18 años que, como cualquiera otra de su edad, estudia para labrarse un futuro. En sus ratos libres, sin embargo, cambia completamente para convertirse en «Kyubey», uno de los personajes de su serie manga favorita. Viste y actúa como si fuera esta criatura mágica que aparece en la serie de anime, lo que la convierte en toda una « cosplayer », una tendencia que tiene legiones de seguidores en todo el mundo y que radica, precisamente, en llevar los atuendos y comportarse como el personaje al que se quiere imitar , la gran mayoría de las veces relacionado con el mundo del cómic, el cine, el anime, el manga o los videojuegos.

«Para mí es un hobby que me encanta, me visto cuando voy a salones manga, en reuniones con amigos a los que también les gusta esto o para sesiones fotográficas», explica. La última vez que Alba se ha transformado en «Kyubey» ha sido con motivo de la primera edición del «JapanZone 2H», el festival de la cultura asiática y videojuegos celebrado durante el pasado fin de semana en el hipódromo de Dos Hermanas. Allí, miles de jóvenes de toda la provincia, unas 7.000 personas según la organización, se han dado cita en este encuentro en el que ha habido videojuegos, exhibiciones, concursos y otras tantas actividades durante los tres días de festival.

Desde que abrió sus puertas en la tarde del viernes, el «JapanZone 2H» fue un hervidero de jóvenes, entre los que también hubo familias al completo que, atraídas por la novedad de la cita, acudieron al evento para conocer de cerca una cultura, la japonesa, que cada vez tiene más adeptos entre el público más joven. Mientras que en uno de los extremos del salón un grupo de adolescentes cantaba con fervor el mítico tema « Luz, fuego, destrucción » de la legendaria serie «Dragon Ball», a pocos metros otros tantos jóvenes disputaban una partida al milenario juego «go», al tiempo que una tercera reunión de asistentes acababa de iniciar una nueva ronda del trivial friki.

«Como si fueras el personaje»

Conforme pasaban las horas del sábado, en pleno ecuador del festival, el público iba poco a poco llenando estas instalaciones del hipódromo, acostumbradas a recibir habitualmente a un público bien distinto, aficionado al mundo del caballo. Justo a la entrada, otro grupo de «cosplayers» llamaba la atención de los asistentes , con quienes no pararon de hacerse fotos. Eran Natalia, Ana, Rocío, Minerva, Mariló y Lucía, jóvenes sevillanas de entre 16 y 24 años, que estaban estrenando sus atuendos de las protagonistas de la serie «Love Live!».

«Las ropas nos las compramos por internet o nos las hacemos nosotras a mano», explicaron. «Hacemos esto porque nos lo pasamos bien mientras nos vestimos. Es como si fueras de verdad el personaje de animación que te gusta », añadió en este sentido Rocío. Y es que, los «cosplayers» fueron, desde luego, la gran atracción del festival, aunque no la única.

Hubo colas para probar los juegos de realidad virtual a través de las gafas «Oculus Rift», para que el fotógrafo Ricardo Espiau inmortalizara a los «cosplayers» con imágenes de estudio o para probar las míticas máquinas recreativas que trajeron al festival los colectivos Arcade Planet y Sevilla Retro. «Este tipo de máquinas estaban diseñadas para jugar con monedas, por eso la curva de diversión es inmediata y eso hace que tengan tanto éxito , pese al paso del tiempo», comentan Juan Diego Periáñez y Juan Ventura, miembros de estas dos asociaciones retro.

Más allá de torneos, pasarelas, bailes, juegos y conferencias de conocidos «youtubers» y «cosplayers», el festival dejó hueco también al sector comercial y a los emprendedores, que estuvieron presentes en la zona de expositores. Sara Romero era una de estas artesanas que participó en el festival con un stand dedicado a exhibir y vender sus zapatillas de lona, pintadas a mano con imágenes de los personajes del manga y el anime más conocidos, fundamentalmente. «Soy diseñadora, pero no me salía trabajo, así que hace un año empecé con esto y ahora mismo me gano la vida así . No es un gran sueldo, pero da para vivir», explica.

Tras cerrar sus puertas este domingo por la noche, la empresa organizadora del evento en colaboración con las delegaciones de Juventud y Promoción Económica e Innovación del Ayuntamiento de Dos Hermanas, hacen un balance satisfactorio de esta primera edición de un festival que termina en positivo, pese a haber coincidido en el tiempo y no muy lejos con otro salón manga, el de Jerez de la Frontera, en Cádiz.

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