Dos Hermanas
El gesto solidario de dos hosteleros sevillanos en el incendio de Doñana
Cogieron su coche y se fueron a repartir bocadillos y bebidas a los efectivos que trabajaban en las labores de extinción
«Vinieron los hombres desde Dos Hermanas, de Montequinto, y se fueron repartiendo comida y bebidas por todos los puestos en los que veían que había agentes de servicio y vamos, de verdad, a mí los pelos de punta cuando me dijo este hombre de dónde venían y todo lo que estaban haciendo». Son las palabras de agradecimiento de un policía local onubense que el pasado lunes de madrugada se topó, mientras trabajaba en uno de los puestos de control por el incendio de Doñana, con dos hosteleros sevillanos que, sin pensárselo dos veces, cogieron su coche, lo llenaron de bocadillos y refrescos y se fueron rumbo a Huelva para ayudar a los efectivos que trabajaban para sofocar el fuego.
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La narración de este agente contando el gesto solidario de estos dos sevillanos fue compartida por él mismo a sus compañeros, a través de una nota de voz enviada por Whatsapp que, en las últimas horas, se ha difundido enormemente. Los protagonistas de esta encomiable labor son Francisco Javier Ramírez Cejudo y Felipe Neri Lamadrid , dos sevillanos dedicados al mundo de la hostelería -el primero regenta la famosa cervecería «Un Poquito» de Montequinto y el segundo, el bar «El Rincón del Jartible» en la capital hispalense-, que han sorprendido a todos por su acción, recibiendo incluso la felicitación del alcalde de Moguer , Gustavo Cuéllar, que este pasado martes los llamaba personalmente por teléfono para agradecerles su colaboración.
Todo comenzó el domingo por la noche cuando Francisco Javier estaba trabajando en su bar y pendiente de las noticias que, a través de la televisión, informaban de la última hora del incendio de Huelva. «Llegó un compañero, ‘Chipín’ [Felipe], que cena conmigo porque él cierra los domingos y, sobre las once de la noche, le dije: ‘ yo cogía ahora el coche, lo llenaba y me iba a llevárselo a los bomberos’ . A lo que me contestó: ‘dame diez minutos y me recoges’. Y así fue», explica a ABC este hostelero de Montequinto.
Vaciaron todos los botelleros de refrescos que tenían en el bar, prepararon bocadillos y montaditos , cogieron garrafas de agua, bolsas de patatas, neveras grandes con hielo y lo cargaron todo en el coche. La Guardia Civil les detuvo el paso a la altura de la venta «El Pastorcito» aunque, tras contarles estos sevillanos el motivo de su viaje, pudieron continuar rumbo a Matalascañas. «A unos dos o tres kilómetros empezamos a ver ya camiones de bomberos, militares y policías locales y nos fuimos bajando para ofrecerles lo que llevábamos », cuenta Francisco Javier.
«Dar lo único que tenía»
«Estaban derrotados. Al vernos se creían que veníamos de la Junta o del Gobierno y al decirles que no, que éramos dos particulares, de Montequinto y que veníamos a ofrecerles lo que teníamos, se sorprendían y quedaban todos muy agradecidos », asegura. «Estamos muy satisfechos de haber podido dar lo único que tenía, iba con la ropa de trabajar…», explica este hostelero, «soy humano y un humilde trabajador, dinero no tengo».
Eran casi las cinco de la madrugada cuando estos dos amigos emprendieron el camino de vuelta, después de dejar toda la comida que les quedaba en una central de apoyo de Mazagón y detenerse, eso sí, a las puertas de la ermita del Rocío como grandes devotos de la Blanca Paloma que son. «Paramos allí para relajarnos un poco porque el paisaje era desolador, no andábamos ni veinte metros y veíamos brotes de incendios pequeños », recuerda Francisco Javier, este sevillano con raíces onubenses que, junto con su compañero Felipe, no paran de recibir ahora llamadas de amigos, familiares y conocidos para reconocerles su solidario gesto.