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El curioso germen de Juvasa, Premio Pyme del año en Sevilla

Su fundador, el palaciego Juan Valle Santos, pasó por numerosos trabajos antes de crear la compañía

El empresario Juan Valle muestra uno de los frascos que produce su compañía F. R. M.

Fernando Rodríguez Murube

Después de pasear casi dos horas por las inmensas instalaciones de la fábrica de envases Juvasa (25.000 metros cuadrados), en Dos Hermanas, mientras charlamos acerca de su curiosa e interesantísima trayectoria profesional, quien firma tiene la certeza absoluta de que Juan Valle Santos (Los Palacios y Villafranca, 1947) encaja perfectamente en el concepto de «self made man», el término acuñado en Estados Unidos para referirse a aquellos que, aun proviniendo de circunstancias poco prometedoras, se las arreglan para convertirse en personas de éxito, hombres hechos a sí mismos que consiguen destacar empezando desde cero.

A sus 71 años, el fundador es reclamado con cierta regularidad para ofrecer conferencias a jóvenes con ganas de irrumpir en el mundo empresarial —la última fue ante un abarrotado teatro municipal de San José de la Rinconada —. «Siempre les digo que lo más importante es tener una confianza absoluta en ellos mismos y en el proyecto que tengan en mente. Ésas son las dos herramientas más potentes para emprender un negocio independientemente del dinero del que dispongan. Hay que luchar por los sueños. ¿Si has nacido desnudo y ahora vas vestido, de qué tienes miedo? ».

El palaciego sabe de lo que habla. «Mi historia no ha sido fácil, provengo de una familia muy humilde. Empecé desde más abajo de cero, pero nunca he estado en el paro, siempre he tenido la inquietud, las ganas y la ilusión por formarme y mejorar». Tras innumerables trabajos (vendedor de camarones y cangrejos por las calles de su pueblo, taxista de noche en Sevilla, pinche y listero en las obras de las pedanías de Chapatales y Pinzón , intermediario de venta de frutas, además de estar un tiempo en Dragados y Telefónica), en 1972 entra a trabajar como barrendero en la sede en Dos Hermanas de la multinacional Saint-Gobain, actualmente Verallia , una de las fabricantes de vidrio más importantes del mundo.

«Luego conseguí un puesto como mecánico dentro de la misma empresa y poco a poco me fui formando hasta que conseguí ser un experto en vidrio», explica. En 1986, justo cuando mejor considerado estaba en la empresa, con un buen sueldo y con contrato fijo, tiene lugar el punto de inflexión de su meteórica carrera empresarial, el germen de Juvasa , que surge de la necesidad del propio empresario.

«Desde pequeño he sido muy aficionado a la apicultura, me ha fascinado el mundo de las colmenas. En aquella época yo producía unos 500 kilos de miel al año, y siempre me encontraba con el mismo problema, cuando llegaba la época de sacarla no tenía dónde envasarla. La guardaba en botes de zumo usados que me daba un amigo, luego tenía que lavarlos y quitarles las etiquetas». De modo que ese año decide comprarle a Saint-Gobain un palé con algo más de mil frascos de cristal , la mayoría para solventar su problema y el resto para venderlo a sus colegas del ramo, los cuales se encontraban cada campaña ante la misma tesitura que Juan.

Los mil y pico frascos volaron en un santiamén. Tras la buena acogida de su idea, Juan escribió cartas a todas las asociaciones y ferias apícolas de España —era fundador y relaciones públicas de la Asociación de Apicultores de Sevilla — para informarles de que una empresa llamada Juvasa, que en aquel momento aún no existía y que unía las iniciales de Juan Valle Santos, había solucionado en Sevilla el asunto del envasado de miel y que podría hacerlo también en el resto del país.

La expansión

«Después me puse con los tarros de consumo de la zona (aceituna, vino, aceite, conservas vegetales, etc.)», cuenta. «La empresa me ayudó porque le ahorraba la distribución en pequeñas cantidades, llegamos a un acuerdo y vimos que era beneficioso para los dos. De hecho, actualmente seguimos siendo uno de sus principales distribuidores». Su primer almacén fue un corral propiedad de su suegro, mientras que la oficina estaba compuesta por una vieja mesa de camilla de su madre y tres colmenas que hacían de asientos. El teléfono de contacto, el de su casa .

El primer año facturé 800.000 pesetas, y el segundo 80 millones . «Tenía un montón de cocheras alquiladas llenas de tarros y botellas, hasta que pude comprar un terreno y una nave», relata. Así, en 1987 abandona Saint-Gobain y crea Juvasa, una empresa distribuidora y diseñadora de envases de todo tipo.

Juvasa ha sido reconocida recientemente por la Cámara de Comercio y Banco Santander con el premio Pyme del Año 2018 de Sevilla. El galardón hace justicia con una compañía líder del sector que cuenta con diez delegaciones en España, una en Cuba y otra en Portugal. Actualmente cuenta con más de 3.000 referencias que exporta a un total de 47 países , facturando más de 30 millones de euros al año (tiene previsiones de duplicar esta cifra en 2023). Aparte de los envases y embalajes estándar que tiene la empresa, Juvasa cuenta con un equipo creativo multipremiado que diseña productos por encargo.

«Este premio es el reflejo del trabajo de un equipo de cerca de cien profesionales de primerísimo nivel perfectamente liderados por mis dos hijos, que han tomado el testigo con la misma o incluso más ilusión de la que tenía yo cuando comencé con este proyecto hace 32 años , reconoce Juan emocionado.

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