Historia
Cuando Dos Hermanas era «el Versalles de Sevilla»
En el XIX, el municipio nazareno se llenó de haciendas, huertas y villas de recreo en las que pasaban largas estancias las familias adineradas de la capital
![La casa de recreo de los Ybarra, a principios del siglo XX](https://s1.abcstatics.com/media/2016/08/09/s/casa-ybarra-dos-hermanas-ab--620x349.jpg)
El Palacio de Versalles, en Francia, fue durante varios siglos residencia real de la monarquía francesa, un fastuoso complejo de grandes edificaciones, jardines y parques, ideado como un remanso de paz, alejado de los problemas y el ruido de la gran urbe. Algo parecido, y salvando obviamente las distancias, fue lo que ocurrió con la Dos Hermanas del siglo XIX, convertida en toda una especie de residencia de verano hasta donde llegaron escritores, miembros de la nobleza sevillana o militares retirados.
Así lo refleja, de hecho, el historiador Jesús Barbero Rodríguez en la introducción de su artículo «Un marino ilustre por tierras nazarenas: Camilo Carlier y Romero (1839-1916)», publicado en la Revista Cultural de Dos Hermanas de 2016, cuando dice que en la época de la Restauración borbónica (1874-1931), Dos Hermanas se convirtió en el lugar preferido por las clases acomodadas de la capital hispalense para encontrar lo que Fernán Caballero llamaría la 'suave paz del campo’. No en vano, a Dos Hermanas se le llegó a denominar en aquel entonces, no sin razón, el Versalles de Sevilla».
Dicha similitud, en concreto, se le atribuye al gobernador Guerola, quien durante una visita al municipio en 1877, dijo que «Dos Hermanas está llamada a ser el Versalles sevillano» . Y es que, por aquella época, comenzaron a proliferar en el municipio nazareno las huertas y villas de recreo, a las que llegaban numerosos personajes ilustres para pasar largas temporadas, alejados del ruido de la ciudad. En todo ello tuvo mucho que ver la figura de la escritora Fernán Caballero y su «campaña de promoción» a través de la literatura mostrando a todos las bondades de la villa de Dos Hermanas.
Cecilia Bölh de Faber, que firmaba sus obras con el sobrenombre de Fernán Caballero, conoció el municipio nazareno tras contraer matrimonio con su segundo marido, el aristócrata sevillano Francisco Ruiz del Arco, con quien viviría entre Sevilla y Dos Hermanas. En este periodo, entre 1822 y 1835, la escritora pasó largas temporadas en el municipio, impregnándose de las tradiciones y formas populares de su gente, que luego reflejaría en sus obras, entre ellas, «La familia de Alvareda» , donde narra un hecho acontecido en el pueblo.
Años después, la relación entre la literatura y Dos Hermanas seguiría presente gracias al matrimonio conformado por los poetas José Lamarque de Novoa y Antonia Díaz , quienes se trasladarían hasta el municipio nazareno para dar forma, en torno a 1872, a los jardines de la Alquería del Pilar, donde fijarían su estancia. Los poetas tardo-románticos, que crearon una especie de paraíso terrenal donde dedicarse a su actividad literaria, organizaban animadas tertulias de amigos , con invitados tan ilustres como José de Velilla o José Cascales .
Una «prolongación de la Palmera»
Junto a los literatos, Dos Hermanas fue por aquella época residencia temporal de militares retirados como el coronel de Infantería Tomás Gómez de Lesaca, el general de la Armada Eduardo Menacho Tourné o el marino Camilo Carlier, de cuya muerte se cumplen ahora cien años. Según describe Barbero en el anterior artículo mencionado, este último aterrizó en el municipio nazareno en 1898, junto a su mujer, para vivir en una casa de la céntrica calle Nuestra Señora de Valme, que era muy admirada por la cantidad de objetos decorativos valiosos que guardaba.
Entre los personajes ilustres que eligieron Dos Hermanas para pasar largas temporadas destacan también importantes miembros de la nobleza sevillana como los marqueses de Morante, de Íscar, la familia Langdon o los Ybarra . El autor local Germán Calderón recoge también estos hechos en su artículo «La familia Ybarra y Dos Hermanas», publicado en la Revista de Feria de 1995, cuando se refiere a que el municipio nazareno «se convirtió en una, puede decirse así, prolongación de la Palmera donde se encontraban bellas, elegantes y artísticas residencias». Fundamentalmente, la de la familia Ybarra se situaba en la llamada Huerta de San Luis , hoy en día incluida dentro del parque de la Alquería.
Siguiendo al historiador Barbero, por la Dos Hermanas del XIX pasaron también políticos de la Restauración como el conservador Francisco Cerveró de Valdés y el senador José María Monsalve Avedaño. Todos llegaron al municipio nazareno atraídos, seguramente, por la tranquilidad propia de un pueblo, el clima –algo más fresco que en la capital por la altura- y otros tantos factores, entre ellos, la facilidad para llegar en ferrocarril , ya que desde 1860 funcionaba la línea Sevilla-Cádiz. Algunas de estas casas de recreo siguen hoy en día en pie, como la de los Ybarra, reconvertida en la Casa de la Cultura, aunque muchas otras han desaparecido.