Dos Hermanas
La crónica de una escuela que marcó a varias generaciones de nazarenos
Un libro rescata la historia sobre las antiguas escuelas del Ave María, que pervivieron en Dos Hermanas durante medio siglo
Fue una « escuela para el pueblo » en la que se formaron cientos de niños de Dos Hermanas a lo largo de los cincuenta años que pervivió el centro educativo en el municipio hasta su desaparición en 1965. Su historia y los recuerdos también de quienes fueron protagonistas de la escuela desde sus pupitres acaban de ser recogidos en el libro «Las Escuelas del Ave María de Dos Hermanas», escrito por la profesora de la Universidad de Sevilla, Ana María Montero Pedrera; el periodista nazareno David Hidalgo; y el abogado, escritor y hermano mayor de la hermandad de Valme, Hugo Santos.
La obra, con más de 300 páginas, casi 200 imágenes y cientos de notas al pie, fue presentada el pasado sábado, 20 de febrero, en la que fuera en su día la capilla de estas antiguas escuelas del Ave María, instalaciones que, en la actualidad, son la sede de la casa hermandad de Nuestra Señora de Valme. Precisamente, esta vinculación existente entre las escuelas y la hermandad ha quedado de manifiesto en este libro, que dicha corporación ha financiado con el fin de cerrar esa «deuda» pendiente que tenían con las escuelas.
Así lo aseguró su hermano mayor durante la presentación de este libro al confirmar que la obra era un «homenaje» y «reconocimiento» a esta institución educativa, que se instaló en Dos Hermanas en 1914 de la mano del padre Amancio Renes. «Hoy es un día importante y gozoso para la hermandad de Valme porque nos sentimos depositarios de la memoria de una escuela que, ante todo, fue una escuela para el pueblo», subrayó Santos.
El germen de esta obra surgió hace ahora diez años, a raíz de la conferencia que impartió la profesora Ana María Montero -invitada por la hermandad de Valme- acerca de su investigación sobre estas escuelas. Montero es, por tanto, quien toma el pulso en el libro a la historia de este centro educativo para narrar en estas páginas el origen de las escuelas, impulsadas por el padre Andrés Manjón en Granada y que llegaron a Dos Hermanas para instalarse en los terrenos que la familia Ybarra cedió para tal fin. «Pretendió que sus escuelas fueran gratuitas, católicas y sostenidas por familias pudientes», indicó en este sentido la profesora de la Hispalense.
Al cargo de estas escuelas nazarenas estaría el sacerdote Amancio Renes hasta su muerte en 1923, siendo relevado en el puesto por el padre Gerardo Cano que se mantuvo en Dos Hermanas al frente del colegio también hasta su fallecimiento.
La memoria de los alumnos
Una de las partes más emotivas del libro es, quizás, la que recrea Hidalgo a través de los testimonios de algunos de sus antiguos alumnos, muchos de ellos ya octogenarios en la actualidad, que han rememorado su paso por estas escuelas con el fin de perpetuar un pasaje de la historia más reciente de Dos Hermanas. «Es un homenaje a todos vosotros», aseguró el periodista en referencia a ellos, «Dos Hermanas tenía una deuda pendiente con el Ave María».
Por último, la obra incluye también un capítulo dedicado exclusivamente a la vinculación de la hermandad de Valme y las propias escuelas, escrito por Hugo Santos, a partir de que en 1980 se cedieran estas instalaciones a la hermandad.
Más que cerrar un capítulo de la historia, el libro pretende ser el «punto de partida» para la recopilación de más archivos gráficos y testimonios de quienes formaron parte de estas escuelas. Santos, de hecho, aseguró que la investigación no estaba cerrada y realizó un llamamiento a todo aquel que tenga algún tipo de fotografía o recuerdo, con el fin de poderlo sumar al fondo documental sobre las escuelas, que la hermandad ha diseñado.