Juicio con jurado

Crimen machista en Dos Hermanas: «Me dolían los brazos de darle porrazos y cogí el hacha»

El abogado del acusado centra su defensa en que éste iba borracho «como una cuba» y no era consciente de lo que estaba haciendo

El acusado de asesinar a su mujer en Dos Hermanas, sentado en el banquillo al inicio del juicio Rocío Ruz

Jesús Díaz

Emilio V.T., con 70 años de edad, se ha sentado este miércoles en el banquillo para ser juzgado por un jurado popular por el crimen de la que fue su mujer durante 47 años , a la que, según ha reconocido, mató en su casa de Dos Hermanas con golpes y patadas «por todos lados». Su esposa, con la que tenía tres hijas, presentaba hasta 94 lesiones por el todo el cuerpo . El acusado, que dice no recordar cómo asesinó a Rosa, un año menor que él, ha asegurado que iba «borracho como una cuba» . Durante su interrogatorio ha manifestado una frase que recoge la crueldad de los hechos ocurridos sobre las tres y media de la tarde del sábado 26 de enero de 2019: «Como me dolían los brazos de darle porrazos, cogí el hacha». 

El enjuiciado usó durante la agresión que acabó con la vida de su mujer en el sótano de la casa familiar un hacha de 42 centímetros , que ha sido exhibido en varias ocasiones en la sala de vistas. Ha aclarado que no le golpeó con la hoja sino con la parte roma «por todos lados».

Emilio V.T. se enfrenta a una petición de cárcel de 25 años por parte de la Fiscalía por un delito de asesinato con alevosía y ensañamiento, con las agravantes de parentesco y género. Por parte, la acusación particular, que representa a dos de las tres hijas, eleva la petición a una pena de prisión permanente revisable por la vulnerabilidad de la víctima, por su edad y su discapacidad visual, pues sin gafas no veía y durante la agresión su marido se las rompió. Su defensa solicita la absolución y de forma alternativa, cinco años de cárcel por un delito de lesiones con resultado involuntario de muerte.

Los problemas del acusado con el alcohol ha sido un elemento que ha estado presente en la primera sesión del juicio, pues las dos hijas que han declarado así lo han expuesto, añadiendo ambas que su padre cuando bebía se ponía agresivo . Aquel día 26 de enero, al mediodía se marchó a jugar su habitual partida de dominó a la asociación de vecinos y después al bar. Su mujer le había pedido que no llegará más tarde de las dos y media . Lo hizo una hora después y ella se lo reprochó. Esto y que le dijera que otra vez venía borracho molestó a Emilio, quien le contestó que estaba jubilado y empezó a comer.

«Si la hubiera querido matar...»

Ella le dijo que iba a salir y él le respondió que no saldría de casa. Cerró la puerta y se guardó dos juegos de llave. Ahí comenzó la discusión. Una situación que se repetía casi a diario y por los mismos motivos. En una de éstas llegó decirle a su mujer que cualquier día le iba a coger con el cuerpo mal y «no sabía qué pasaría». Esto se lo dijo al juez instructora, como que sólo quería darle una paliza, pero estaba «ciego y le dio más porrazos de la cuenta».

Según la Fiscalía, el acusado la tiró por las escaleras del sótano . Según Emilio, ella cayó sola y se golpeó en la cabeza, quedándose tumbada. Niega haberla cogido del cuello o haberle tapado la boca. Sí admite, en cambio, comenzar a pegarle patadas por todo el cuerpo. También puñetazos, porque cuando se sintió cansado cogió el hacha, según ha afirmado, dándole «mil, dos mil, cinco, diez o dos golpes. Yo no miraba».

El varón no recuerda cómo la mató aunque ha reconocido que sí lo hizo. «Estaba borracho como una cuba», ha repetido varias veces, al tiempo que ha afirmado que no era su intención: «Yo qué voy a querer matar a mi mujer, si llevaba 47 años casado con ella» .

« Si la hubiese querido matar, le hubiera dado la vuelta al hacha y con un hachazo le hubiera partido la cabeza en dos», ha dicho en otro momento de su declaración Emilio, quien en la década de los noventa pasó por una asociación de lucha contra el alcoholismo durante varios años, pero después recayó.

«Tengo una mala noticia que darte»

Después de acabar con la vida de su mujer, llamó a una de sus hijas, la única que no acusa a su padre, y le dijo: «Tengo una mala noticia que darte, he matado a tu madre a palos en el sótano» . Son las palabras que ha usado la hija en su testifical. Minutos después llamó al 112 para avisar de lo que había hecho.

El acusado ha admitido que ese día se tomó unas diez copas de vino y que tenía un problema con el alcohol aunque entonces no lo reconocía: «Ningún borracho lo acepta».

Emilio entró en prisión provisional el 29 de enero, el día de su aniversario de boda. Los tres meses siguientes «lloraba todas las noches» , según ha declarado, añadiendo que desde hace un año «ya estoy más tranquilo».

La sesión de este miércoles ha comenzado con las alegaciones previas de las partes. La fiscal del caso ha trasladado al jurado que durante el juicio se demostrará que Emilio mató a su mujer de forma «cruel y violenta» , con ensañamiento y alevosía, causándole un sufrimiento innecesario y sin darle posibilidades de defensa. «Él puede decir ahora que no quería hacerlo pero iba bebido, sin embargo era plenamente consciente».

La fiscal además aprecia en la actuación del acusado la agravante de género , sobre todo, por la respuesta que le dio a su mujer cuando ésta quiso salir de la casa momentos antes de los hechos: «hoy te quedas aquí». Según la representante del Ministerio Público, era su forma de demostrar quien mandaba allí.

Testifican dos de las hijas

La sesión de esta mañana ha concluido con la testifical de dos de las hijas. La tercera, gravemente enferma, no ha podido acudir a declarar y se ha leído su testimonio ante el juez instructor. La primera, una de las que acusa a su padre, ha pedido una mampara para declarar porque no quiere volver a ver a su padre .

Tanto ésta como la segunda hija, quien no acusa a su padre, han señalado que éste se ponía agresivo cuando bebía y maltrataba a su madre.

La hija que ha testificado en primer lugar ha expresado que desea que su padre sea «profundamente castigado . Es imperdonable y una monstruosidad lo que hizo a mi madre». Mientras, la segunda hija, que al pasar al lado de su padre en la sala le ha lanzado un beso, ha admitido que en casa tenían miedo a las reacciones de su padre cuando bebía.

Ésta fue a la hija a la que llamó Emilio tras acabar con la vida de Rosa. Le dijo: «Tengo una mala noticia que darte. He matado a tu madre a palos en el sótano. Te tengo que colgar para llamar al 112». Ella le devolvió la llamada para saber por qué lo había hecho. Le contestó que «estaba cansado, siempre dándome voces,...».

Según esta hija, psicóloga de profesión, lo notó «fuera de sí y desconectado». «A nivel intelectual sabía lo que había hecho, preo a nivel emocional, no», ha añadido. Ella lo ha visitdo en la cárcel y ha hablado por teléfono con él, quien le ha pedido perdón. «Yo lo perdoné. Hay quien no entiende que vaya a verlo, pero sé que no lo hizo bajo su voluntad , perdió la cabeza», lo ha tratado de justificar, aunque ha admitido que su padre ya está pagando por lo que hizo y lo tiene que pagar pero no lo acusa judicialmente ni le reclama nada penalmente porque «no lo hizo conscientemente»

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