Dos Hermanas
Las claves del crimen del Cerro Blanco
La investigación debe determinar qué sucedió en el piso de Bellavista y cómo o por qué Sandra y su hija salieron del domicilio
Tres personas muertas, entre ellas una menor, y otras tres detenidas por su relación con los hechos. Son los datos oficiales conocidos hasta ahora en relación a la investigación policial abierta para esclarecer las causas en las que desapareció una madre sevillana, Sandra Capitán, de 26 años, y su hija Lucía , de tan sólo seis, así como también la de la pareja sentimental de la mujer, un ciudadano turco de nombre Mehmet, de 55 años, con antecedentes por tráfico de drogas. A la espera de la confirmación oficial de la autopsia para determinar las causas de las muertes, los cuerpos que aparecieron en el interior de un pozo ciego -de unos dos metros de profundidad-, sepultados bajo capas de hormigón y sosa cáustica en una casa del Cerro Blanco de Dos Hermanas pertenecen a Sandra, su hija y su pareja sentimental, apodado como «El Turco».
Los datos sobre este cruento crimen se van conociendo con cuentagotas. La jueza titular del Juzgado de Instrucción número 19 de Sevilla, que lleva el caso de la desaparición, mantiene el secreto de las actuaciones y ha enviado este martes a prisión sin fianza a los tres detenidos: una pareja y el padre de él, que es conocido con el apodo de «El Pollino» . Este último sería quien habría colaborado con la Policía señalando el lugar donde se encontraban los cuerpos. La investigación sigue abierta y no se descarta que pueda haber más detenciones en los próximos días.
Por ahora, todo son interrogantes en torno a este suceso acaecido en una de las zonas más deprimidas de Dos Hermanas, el Cerro Blanco, donde son habituales los registros policiales por tráfico de drogas . Las claves de toda la trama podrían estar en el interior del número 168 de la calle Cerro Blanco, donde la Policía se empleó a fondo durante todo el fin de semana, con la colaboración de la Unidad Militar de Emergencias (UME) y los Bomberos de Dos Hermanas, para excavar en el suelo del patio y dar con los restos humanos que andaban buscando.
Vínculos con la mafia turca
Conforme se van conociendo más datos, el caso comienza a adquirir mayores tintes mafiosos. Una de las líneas de investigación de la Policía se centra en dilucidar el papel que «el Turco» jugó en todo este asunto. Mehmet estaba casado en Turquía con la hermana de Urfi Cetinkaya, alias «el Paralítico» , uno de los grandes señores de la heroína en toda Europa. Su apodo le viene, precisamente, por haberse quedado en silla de ruedas después de ser alcanzado por dos balas en su columna durante una refriega.
Tal y como ya confirmaron fuentes consultadas por ABC, la mafia turca habría jurado venganza, pues «el Turco» sería la mano derecha de Cetinkaya en nuestro país y éste habría ofrecido cinco millones de euros de recompensa a cambio de pistas sobre su cuñado. La cuestión ahora está en dilucidar qué rol tuvo «el Pollino» en todo este asunto y cuál era la relación que mantenía con «el Turco», si bien las primeras indagaciones apuntan a un ajuste de cuentas entre ambos hombres.
Punto de venta de drogas
Pese a que en el barrio existe un gran mutismo en torno a todo este asunto, la gran mayoría de los vecinos coincide en afirmar que la casa funcionaba como un punto de venta de drogas. La misma era frecuentada por la familia de «el Pollino», asentada en este barrio y «de toda la vida» , a la que se le relaciona con el «trapicheo» de sustancias y los gallos de pelea. Según fuentes municipales, en el domicilio no consta censada ninguna persona, algo que concuerda con el hecho de que la misma funcionara como un lugar donde podía comprarse droga. Los detenidos tenían otra vivienda por las inmediaciones , por donde algunos vecinos aseguraron que la Policía también había estado durante el fin de semana.
Sin embargo, nadie hasta el domingo se percató de que aquella presencia de los agentes en la zona no se debía a un mero registro de los que tienen lugar por el Cerro Blanco, sino que respondía a algo mucho mayor. « Han enterrado al Turco ahí », susurraba una vecina a media tarde del domingo, frente al cordón policial que cortaba la calle, cuando aún apenas había trascendido casi nada de lo que estaba ocurriendo en el interior de la vivienda.
Se da la circunstancia de que el pasado 24 de septiembre se produjo un tiroteo en la calle Manzanilla , una vía muy próxima a donde se hallaron los cuerpos, dejando a una persona herida por hasta siete disparos de bala. Fuentes policiales apuntaron entonces a un ajuste de cuentas como causa de la trifulca. El pasado mes de julio se registraba otro tiroteo que dejaba a varios menores heridos como consecuencia del rebote de los proyectiles en el suelo.
Misteriosa desaparición
Habían dejado la comida por hacer. La freidora estaba encendida, las patatas cortadas y listas para hacer así como una hamburguesa a medio cocinar sobre la encimera. En el piso del barrio sevillano de Bellavista en el que Sandra vivía con su hija Lucía no había signos de violencia ; la puerta no estaba forzada, no faltaba ropa y estaban todos sus objetos personales, a excepción de su bolso. Su coche seguía aparcado en las inmediaciones de su domicilio.
Nadie sabe qué paso aquel sábado, 16 de septiembre, en el interior del piso. El móvil de Sandra se apagó aquel día en el que se les perdió la pista a ambas. Días después se supo que tampoco se conocía el paradero de su pareja. Los vecinos no escucharon ruidos ni vieron nada sospechoso y su familia denunció que su desaparición no había sido voluntaria. La Policía comenzó a sospechar entonces de una posible huida precipitada ante alguna amenaza o peligro . Sandra estaba embarazada de tres meses y su hija Lucía llevaba una escayola en su brazo, fruto de una caída de hacía unos días.
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