Dos Hermanas

Juanma Campillo: «En clases de kick boxing he tenido desde sacerdotes a médicos y amas de casa»

Lleva dos décadas como técnico deportivo en Montequinto, donde dirige una de las escuelas más antiguas de Andalucía

Juanma Campillo, en la escuela que dirige / L.M.

LAURA MONTES

Probó con el fútbol pero pronto se dio cuenta de que aquello no era lo suyo. Gracias a las clases que se impartían en un gimnasio cerca de casa, cuando tenía 17 años conoció los deportes de contacto y desde entonces su vida ha estado siempre ligada a ellos. Su nombre es Juan Manuel Campillo Rodríguez –Juanma, para sus alumnos y amigos- y a sus espaldas lleva la experiencia que suponen más de dos décadas impartiendo clases de kick boxing, un deporte que en los últimos años ha experimentado un importante crecimiento, sumando cada vez más adeptos.

Bien sabe de ello este sevillano, técnico superior deportivo en kick boxing, que dirige el Draco Fight Club , una escuela ubicada en el barrio de Montequinto, en Dos Hermanas, dedicada a las artes marciales y los deportes de contacto. De ella han salido numerosos deportistas a lo largo de todos estos años, en los que el club ha logrado conformar un palmarés que suma 29 títulos de España y dos mundiales en kick boxing, así como cuatro títulos europeos en jiu jitsu brasileño. 

«Los deportes de contacto te proporcionan confianza en ti mismo , además de valores como el compañerismo, el respeto o la disciplina porque, al fin y al cabo, no deja de ser un deporte que proviene de las artes marciales tradicionales», explica Campillo mientras atiende a ABC de Sevilla tras terminar las clases matinales en las instalaciones de esta escuela, configurada como un centro de alto rendimiento que cuenta con dos equipos de competición, además de otros tantos alumnos –la gran mayoría- que acude al club a practicar los deportes por afición.

Por esta razón y lejos de lo que pueda parecer, por esta escuela deportiva pasan cada día personas de todas las edades y clases sociales para practicar deportes de contacto –kick boxing, boxeo y jiu jitsu brasileño-, defensa personal, pilates y circuitos de entrenamiento funcional. «En clases de kick boxing he tenido desde un sacerdote a los mejores chefs de Sevilla, pasando por médicos o banqueros, estudiantes, electricistas, miembros de los cuerpos de seguridad del Estado o amas de casa», asegura.

Existe (o existía), por tanto, una « imagen equivocada » de estos deportes. «En estas competiciones agredes a tu rival pero lo haces con unas normas estipuladas y regladas por un juez que, lo primero que hace es velar por la integridad física de los deportistas», explica. «La violencia, sin embargo, es otra cosa, es cuando tú violas algo, una norma, por ejemplo. Por eso, creo que hay más violencia en el fútbol o en cualquier otro deporte donde la finalidad no sea la agresión, pero acaba habiéndola», concluye Campillo, que destaca, a favor de estos deportes de contacto, «la caballerosidad y respeto mutuo que existe entre los luchadores al final de cada combate».

Títulos europeos

Lo cierto es que esta escuela Draco Fight Club ha acaparado a lo largo de los últimos años más de un titular en la prensa deportiva por sus buenos resultados. Cuentan con tres campeones de Europa en jiu jitsu ; Rafael Herrera –dos veces campeón-, Rafa Montes y el propio Juanma Campillo. «En kick boxing sólo he competido en un par de ocasiones porque desde un principio me dediqué a enseñarlo, así que actualmente me quito esa pequeña espina compitiendo en brazilian jiu jitsu», comenta.

Campillo está, además, durante estos días de enhorabuena. La Federación Andaluza de Kick Boxing condecoró el pasado 29 de abril a técnicos, delegados, jueces y deportistas de esta disciplina con una medalla y diploma al mérito deportivo en reconocimiento por su labor. Entre ellos se encuentra Juanma Campillo, como responsable del equipo de kick boxing del Draco Fight y por haber sido también seleccionador andaluz de esta modalidad entre 2009 y 2012. «Para mí ha sido gratificante haber compartido esta distinción con gente que respeto mucho en este deporte», reconoce.

Durante 13 años compaginó sus clases de kick boxing con su trabajo como informático hasta que la crisis se llevó por delante, en 2011, la empresa para la que trabajaba. Fue entontes, precisamente, cuando decidió dedicarse de lleno a su verdadera pasión. « Me encanta enseñar , creo que es de las cosas más honrosas que se pueden hacer en la vida», se sincera Campillo.

Hasta la escuela que dirige llegan cada día alumnos procedentes no sólo de Montequinto sino también de la propia capital hispalense y de municipios como Paradas, Coria del Río o Cazalla de la Sierra . «Tengo, incluso, tres alumnos que vienen a entrenar una vez a la semana desde Huelva».  En total, son unos 200 socios –el 20 por ciento de ellos dedicados a la competición- los que conforman esta escuela, una de las más antiguas de Andalucía, que trabaja por la promoción de unos deportes, los de contacto, en pleno auge y expansión.

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