Cultura de Defensa

'Detente bala', el curioso amuleto que aún usan algunos militares españoles

El Sagrado Corazón de Jesús, con la leyenda 'Detente, el Corazón de Jesús está conmigo', rezan en un escapulario que se lleva en el uniforme

La historia detrás de la bandera del batallón de voluntarios de Infantería de Marina de Cienfuegos

Anverso y reverso del detalle de un 'Detente bala' actual de Infantería de Marina. La Voz
Verónica Sánchez

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«El que no sepa rezar que vaya por esos mares, verá que pronto lo aprende, sin enseñárselo nadie», dice un refrán marinero que, además, puede leerse en una placa situada en la Escuela Naval de Marín, donde se forman los futuros oficiales de la Armada española. Y es que, desde la antigüedad, los soldados y combatientes se han encomendado a amuletos y divinidades buscando protección en momentos muy delicados en los que su vida estaba en juego.

Uno de estos amuletos, de muy pequeño tamaño, es el 'Detente, bala'. Es un escapulario, chapa o trozo de tela con el Sagrado Corazón de Jesús, que ya portaban las tropas carlistas durante las guerras civiles del siglo XIX y que durante la Guerra Civil española era muy usado entre los soldados del bando nacional y los requetés (fuerzas navarras que participaron en dicha contienda en el bando sublevado y que llegaron a integrar a más de 60.000 combatientes voluntarios).

En este escapulario aparece la leyenda 'Detente, el Corazón de Jesús está conmigo', junto con la representación del Sagrado Corazón de Jesús y también, en ocasiones, la frase 'Reinaré en España', en referencia a la revelación de Jesús que tuvo el padre Bernardo de Hoyos, fallecido de tifus en 1735 y principal impulsor de la devoción al Sagrado Corazón en nuestro país.

De Francia a España

Pero la tradición de coser en el pecho de los uniformes de los combatientes un escapulario del Sagrado Corazón para recibir su protección en el campo de batalla viene de lejos. Concretamente de Francia, donde se popularizó desde finales del siglo XVII, después de las revelaciones del Sagrado Corazón de Jesús que vivió sor Margarita María Alacoque para que difundiese la devoción al mismo.

Esta tradición cruzó los Pirineos y, por eso precisamente, llegó a España de la mano de las tropas carlistas del norte de la Península.

Incluso el papa Pío IX en 1872 concedió una indulgencia de 100 días, durante los cuales serían intocables, a todos aquellos que portasen un 'Detente, bala' y rezaran un Padre Nuestro, un Ave María y un Gloria. Al incrementarse proporcionalmente su número, surgió la duda de si debían bendecirse para gozar de dicha indulgencia. Y el papa aclaró al año siguiente: «Como no es un escapulario en el sentido estricto de la palabra, sino más bien un escudo o emblema del Sagrado Corazón, las reglas generales para el escapulario propiamente llamado, no son aplicables a él. Así que no necesita ni una bendición especial, ni una ceremonia o inscripción. Es suficiente con usarlo para que cuelgue en el cuello».

Pues bien, esta tradición ha llegado hasta nuestros días y son numerosos los militares españoles que portan con cariño su 'Detente, bala', en muchas ocasiones regalado, y que guardan con celo. Los páter (curas castrenses) en ocasiones se lo ofrecen a los soldados que van a desplegar en misión internacional. Que lo aceptan (o no) de forma voluntaria. Así sigue la historia del 'Detente, bala', el amuleto con el Sagrado Corazón de Jesús que nació en Francia en el siglo XVII y que ha llegado hasta nuestros días en el pecho de los militares.

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