Provincia

La desesperación de los pescadores de Conil ante la presencia del alga asiática: «Nunca ha estado peor»

Pesca

En Conil levantan la voz ante una situación que consideran insostenible y para la que no ven una solución a corto plazo

Se quejan además de la falta de implicación de las administraciones, que no brindan apoyo económico al sector

La presencia de alga asiática en diferentes puntos del litoral gaditano es cada vez mayor. Mucho se ha escrito al respecto en los últimos meses, lo que puede incluso generar una peligrosa sensación de normalización, pero el caso es que la situación es cada vez peor en los caladeros gaditanos.

El volver un día y otro con los barcos cargados de esta especie va haciendo mella en las flotas, que ven que llegar a puerto con pescado se está convirtiendo en una misión casi imposible. En Conil, de hecho, ya reina la desesperación: «Esto está peor que nunca. Está en una situación que donde quiera que vayas, haga levante o poniente, hay algas», expone Daniel Burgos, patrón.

En esta época del año, explican, el precio del pescado baja, lo que, unido a la poca venta que pueden hacer, da como resultado «pérdidas, pérdidas y pérdidas»: «Nosotros ya nos dejamos en material unos 2.000 euros en el fondo de la mar porque, cuando el arte de pesca viene cargada de algas, es que el barco ni siquiera puede levantar los arcos, no tiene fuerza suficiente y se queda en el fondo».

Esta situación no tiene visos de mejora hasta que no llegue la primavera, época en la que la temperatura del agua baja algunos grados: «Ahora las aguas están muy calientes, incluso más que en verano, y la marea mueve el alga hasta donde nunca había estado». «Ya hay hasta en Galicia», indica Burgos.

Cogen poco pescado, pero a veces el que cogen no les sirve: «Nosotros ayer perdimos la venta porque, de la cantidad de alga que traíamos, llegamos ya con todo cerrado y no pudimos vender. Esto es un sinvivir».

Desde el puerto conileño se denuncia la falta de iniciativa a todos los niveles para atajar un problema que puede incluso condicionar el futuro de esta actividad, pues ante el declive de la pesca, quienes están pudiendo encontrar trabajo en otro sector, no dudan en bajarse del barco porque además «llega uno reventadito a tierra. Vamos, de no poder ni andar».

«Vamos a tener que parar»

«Vamos a tener que parar porque no podemos trabajar perdiendo dinero, es una locura», dice, asegurando que hay quien no tiene posibilidades de dejar de faenar y sigue saliendo, lo que se puede convertir en un círculo vicioso.

Prefieren tomar este camino porque «por lo menos te ahorras lo que son los gastos asociados al barco, el IVA, los seguros sociales, el IRPF, que como una empresa normal y corriente tienes que seguir pagándolos sin poder generar ingresos».

Sin ayudas económicas

«Nos quitaron todas las ayudas que teníamos, no recibimos ningún tipo de ayuda, ninguna», aclara, mostrando una mezcla de indignación y resignación ante la falta de apoyos, que se resume en una prestación puntual que recibieron hace dos años por este mismo motivo. «El que tenga derecho a paro, cobra el paro. El que no, pues nada, eso es lo que hay».

El arte de pesca artesanal, predominante en Conil, no cuenta con paro biológico, un proceso en el que se favorece la regeneración del fondo marino durante el cual los profesionales perciben una prestación compensatoria: «Quieras que no, aparte de que la masa se regenera, pues es tiempo que nos quitaríamos nosotros de coger algas».

Critica que estén sometidos a periódicos controles, «inspecciones, inspecciones, inspecciones y venga inspecciones» mientras que «la mar está llena de narcolanchas, pero llenita». «Y las inspecciones las tenemos nosotros, cuando las narcolanchas las vemos a diario, pero en grupos de cuatro, cinco y seis. Y se quedan las horas y las horas. Como ahora no hay lanchas de la Guardia Civil...».

El atún no es la solución

El hecho de que en los mercados de abasto y en las plazas no se note que falte pescado hace que este problema no termine de llegar a la ciudadanía, opina el patrón: «Como no hay carestía de pescado, a la gente le da igual. Va a lo suyo». «Entra muchísimo pescado de Marruecos, Mauritania y Senegal, de otras zonas», asegura.

Esa falta de percepción se une a la ausencia de interés «y dejadez absoluta» de las autoridades, señala: «Lo único que hacen es crear comités, agencias y estudios, pero ninguna medida concreta».

«Aquí nada más que piden atún, cuota de atún. Y aquí nadie va a pescar atún. El atún nada más que es para Tarifa y Barbate. A la flota de Conil el atún no le vale para nada».

Artículo solo para registrados

Lee gratis el contenido completo

Regístrate

Ver comentarios