cádiz
Un descendiente directo del malogrado drago del Callejón del Tinte vive felizmente a sus 25 años
historia
Es uno de los árboles emblemáticos de Cádiz, ya que se le atribuye tanta antigüedad como a la misma ciudad y está unido a su origen mitológico
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«Que sepáis tod@s l@s gaditan@s que en un terrenito de Conil vive estupendamente un descendiente directo del malogrado drago del Callejón del Tinte de Cádiz. Tiene 25 añitos«.
Ilde Cabeza (@fondecai) ha publicado en X (antigua Twitter) una imagen que a más de uno le ha tocado la patata.
Que sepáis tod@s l@s gaditan@s que en un terrenito de Conil vive estupendamente un descendiente directo del malogrado drago del Callejón del Tinte de Cádiz. Tiene 25 añitos 🌳 #lifemakesitsway pic.twitter.com/nJWw0EmYh4
— Ilde Cabeza (@fondecai) March 6, 2024
De hecho, no se ha tardado en preguntar: «¿Y cómo llegó allí? ¿Sabes la historia?». Y el propio Ilde Cabeza responde lo siguiente: «Yo lo recogí de allí cuando estudiaba bachillerato: lo planté en casa de mi madre y al tiempo se lo regalé a mi hermana (en la foto). Ella se lo llevó a su casa en Málaga y cuando ya no tuvo espacio, se lo regaló a su vez a un amigo suyo el cual tenía ese terreno en Conil«.
«¡Qué maravilla! ¡El espíritu del mítico drago sigue vivo!», se apunta celebrando la simbólica fotografía.
Un árbol con mucha historia que cayó en 2013
El drago del callejón del Tinte, ejemplar de unos 12 metros de altura y unos 250 años de vida situado en el patio de la antigua Escuela de Artes Aplicadas, era uno de los árboles más vistosos de la ciudad. Desapareció el 30 de marzo de 2013, cuando cayó desplomado al suelo.
Ecologistas en Acción de Cádiz responsabilizó al Ayuntamiento de Cádiz del desplome y pérdida de este ejemplar de 'Dracaena draco' que figura en el catálogo de Bienes de propiedad municipal inscritos en el Catálogo General del Patrimonio Histórico Andaluz, como Bien de Interés Cultural.
El drago es uno de los árboles emblemáticos de Cádiz, ya que se le atribuye tanta antigüedad como a la misma ciudad y está unido a su origen mitológico. Estrabón (III, 5,10) escribe probablemente sobre un drago: «...cuenta también que hay un árbol en Gades, cuyos ramos, doblados hacia el suelo, tienen las hojas de un codo de largo y cuatro dedos de ancho, en forma de espada...Del árbol Gaditano cuenta también que despide leche por un brazo roto y, cortando la raíz, un humor parecido al bermellón«.
El nombre de drago hace referencia a la linfa rojiza y resinosa que exuda del tronco y raíces. El perímetro del tronco es de forma irregular y su textura es fibrosa. En la base se ensancha y a menudo se encuentra inclinado. Las hojas acintadas se asientan directamente sobre el tallo y forman penachos terminales en el extremo de las ramificaciones. La copa es aparasolada y posee poco follaje. Las ramas presentan unas serie de estrangulaciones espaciadas que señalan las distintas etapas de crecimiento. Las flores, que aparecen en espigas ramificadas, se convierten más tarde en pequeñas bayas esféricas.
La linfa rojiza, conocida popularmente como «sangre de dragón», ha representado durante mucho tiempo una importante base económica con la obtención de tintes y pinturas. Durante el siglo XVIII era utilizada por los pintores para obtener pinturas de color carmín, mientras que los barberos aprovechaban su madera como suavizador de la navaja.