El descaro de los petaqueros de los narcos también en Barbate: «¡Arráncala, arráncala!»

Hasta arriba de garrafas de combustible. Tantas que la lancha en la que van está más hundida por su parte central y llega a levantarse de proa. Y además con varios tripulantes a bordo. Tantos también que incluso parecería que los llevan a algún sitio, como si fueran parte de la mercancía, nuevos ocupantes de la narcolancha que presumiblemente les espera en alta mar y por la que están en estas circunstancias. En una zodiac tan repleta de petacas que alguna llega a caerse al agua.

Las imágenes están tomadas esta misma semana en el río Barbate. En otra entrada y salida de zona de alijos de hachís en la costa gaditana y por la que también se mueven estos nuevos cooperantes de los narcos que tienen como principal cometido llevarles hasta el punto acordado las provisiones que necesiten: sea combustible, comida, ropa o incluso cambios de tripulación.

Los traficantes les esperan a varias millas mientras que esperan fondeados en aguas entre Marruecos y Cádiz para entrar con la droga y descargarla. Prefieren aguardar así el momento para no ponerse en riesgo ellos, o evitar que les intercepten los fardos o las potentes 'gomas'. Por eso pagan a otros que les apoyan en la logística y que se han convertido en sus principales colaboradores.

El descaro es absoluto. La lancha, que lleva tal cantidad de garrafas sin control ni permiso alguno, se puede ver perfectamente desde la costa que es desde donde se toman las imágenes. Sólo le persigue una pequeña patrullera de vigilancia que no logra alcanzarles. Y mientras esto ocurre un grupo de vecinos les vitorean y animan desde la orilla. «¡Arráncala, arráncala!, ¡ahí van!, ¡ahí van», gritan.

Sindicatos y asociaciones policiales, con la Asociación Unificada de la Guardia Civil (AUGC), siguen insistiendo en la necesidad de endurecer la norma referida a esta forma de dar logística al narco y que sus responsables puedan ser vinculados de forma más directa con el narcotráfico. Que los agentes al interceptarlos puedan tener más armas legales y no se quede en simples sanciones administrativas o multas por traslado negligente de mercancía peligrosa y que, como advierten, ni siquiera llegan a pagar en la mayoría de las ocasiones.