Pesca
Homenaje almadrabero en Sancti Petri
La Organización de Productores Pesqueros de Almadraba añade a los actos por el 22 aniversario de su fundación un importante encuentro sectorial
Historia, recuperación de la especie y actividad económica han centrado las ponencias de los expertos en Chiclana
El sector de las almadrabas de Cádiz ha celebrado este miércoles unas jornadas en las que se ha puesto de manifiesto el impacto económico de la pesca del atún, su origen y, sobre todo, el respeto al medio ambiente de este arte milenario. El encuentro, que ha sido un éxito de público, ha tenido lugar en el hotel Barrosa Park de Sancti Petri, en Chiclana. El acto forma parte del programa de actividades que ha desarrollado la Organización de Productores Pesqueros de Almadrabas (OPP51) con motivo de los 22 años de su creación, una efeméride que se ha traducido como '20+2', tras el parón obligado por la pandemia.
Esta organización, que agrupa a las almadrabas de Conil, Tarifa y Zahara, culminó el pasado 3 de junio en Cádiz la temporada de pesca del atún rojo salvaje. Más de 1.500 toneladas de atún se pescaron la pasada primavera en las almadrabas gaditanas, una cuota aún pequeña para el sector ante la evidente recuperación que ha sufrido la especie después de una década de restricciones . Las cautro almadrabas gaditanas, incluida la de Barbate, han pescado esta temporada 1.479 toneladas, demás de las 147 que compraron a otras pesquerías.
El alcalde de Chiclana, José María Román, recibió en Sancti Petri a las personas participantes en este congreso almadrabero que ha sido un sentido homenaje al sector. Durante la visita, que dio comienzo en la sede de la Asociación Caño Chanarro, el alcalde dio la bienvenida a los asistentes y resaltó que «tuvimos la mala fortuna de que nos cogió la caída de la población de atún rojo y entramos en el Plan de Recuperación de la especie, que se ha venido arriba hasta llegar al Plan de Explotación». «Por eso, reclamamos que el esfuerzo realizado durante tantos años pueda ser compensado y se levante la suspensión de la licencia, con el objetivo de que se pueda calar la almadraba de Chiclana como una parte importante de nuestra historia», comentó.
El acto-homenaje que se ha celebrado en Chiclana ha estado vertebrado por tres ponencias. La primera de ellas ha corido a cargo de Rocio Vallejo Carmona, Investigadora UPO y titulada «Repercusión Económica de las Almadrabas en la provincia de Cádiz». La segunda intervención ha sido la de Raúl García Rodríguez, responsable de pesquerías WWF España, cuya ponencia ha asido «Atún rojo, una historia de éxito». Por último, la directora generte de la OPP51, Marta Crespo, ha repasado en su conferencia el «Pasado, presente y futuro de una tradición».
La temporada de 2022 arrancó el 19 de abril con la primera levantá en la almadraba de Punta Atalaya, en Conil, con la captura de 43 ejemplares. Los almadraberos llevan años solicitando un aumento de las cuotas, sin embargo, esta ampliación, tras la recuepración de la especie, llega a cuentagotas. De hecho, en la últtima reunión del ICCAT, organismo que se encarga de regular la pesca del atún, no se han cumplido las expectativas de los almadrabers. El 21 de noviembre culminó en Portugal la reunión de los 52 socios que forman parte de la Comisión Internacional para la Conservación del Atún Atlántico (ICCAT).
El encuentro se cerró con una elevación de la cuota de un 10%, pasando de las 36.000 del año pasado a las 40.570 toneladas para los tres próximos años, de las que 6.784 serían para la flota española, quedando la cuota anual para la Unión Europa (UE) en 21.503 toneladas, 2.043 más que en 2022.
El sector almadrabero se repartió esta temporada una cuota de 1.475 toneladas, subiendo para 2023 a las 1.643, de las que 1.189 serán para las almadrabas integradas en la OPP, que se sitúan frente a las costas de Conil, Zahara de los Atunes y Tarifa, y 450 para la de Barbate, cuya concesión tiene la sociedad Pesquerías de Almadraba. Para el sector esta cuota sigue siendo «insuficiente».
Los almadraberos se sienten muy orgullosos de que su actividad sea un ejemplo de sostenibilidad. De hecho, una de las conclusiones de la Comisión Europea de Pesca del año 2015 se refiere a que «ningún otro arte de pesca de la humanidad como el de las almadrabas se ha mostrado tan respetuoso y sostenible con el medio ambiente». Así lo transmitido también Marta Crespo este miércoles en su recorrido histórico por la tradición almadrabera. Se ha detenido en el año 2000, cuando nace lo que hoy conocemos como la OPP de las almadrabas de Cádiz, que tiene como objetivo garantizar la pesca almadrabera y la sostenibilidad de la especie.
Por otra parte, la evolución de las almadrabas como sector de actividad económica ha sido constante. Ha llegado a conquistar la gastronomía. En relación al mercado asiático, se ha puesto de manifiesto que el mercado japonés es clave, ya que se exporta el 40%, pero los ponentes han coincidido en señalar que el comercio del atún no solo es el producto sino que detrás hay un universo más allá del mar. Las almadrabas son gastronomía, pesca, turismo, cultura y es marca Andalucía. Un estudio elaborado por la Universidad de Cádiz asegura que genera 581 empleos directos y 6.800 indirectos.