NAVIDAD
Comienza la campaña más dulce en los conventos
Con la proximidad de la Navidad, los obradores de los conventos de la provincia trabajan a destajo para llevar hasta nuestras mesas los mejores dulces propios de esta época
La actividad comienza muy temprano en el Convento del Espíritu Santo en El Puerto. En torno a las 04:30 horas, un primer grupo de las 16 hermanas que conviven en este edificio comienzan la preparación de las masas que luego se convertirán en ricos dulces. La falta de maquinaria profesional, más allá de una amasadora, hace que las manos sean la principal herramienta, añadiendo horas y minutos de trabajo a la elaboración artesanal de estas delicias. Por ello, las hermanas aprovechan cada ocasión disponible para trabajar intensamente en el obrador. Un trabajo en equipo bien sincronizado en el que cada una tiene una tarea encargada en base a su especialidad.
Las recetas que se siguen son las tradicionales. Las hojas en las que las antecesoras apuntaron los ingredientes y el proceso de elaboración de cada uno de los dulces están guardadas a buen recaudo. Y como guía, estas recetas se han copiado, plastificado y guardado en un fichero. «Hay que ser fieles al proceso», apunta la Hermana María, que también destaca el intercambio de recetas con otros conventos: «es una muy buena experiencia que algunas hermanas me enseñaron a hacer otras recetas. Yo no quiero solo las instrucciones, yo quiero ver el proceso». Y así es como el catálogo de productos del Convento del Espíritu Santo ha ido creciendo. Es difícil elegir entre todos sus productos una sola especialidad, pero la Hermana María destaca el trabajo con la yema, los pestiños de miel y de chocolate, el mazapán y el polvorón de almendra, entre otros. «El dulce hay que mimarlo. Si no ponemos amor, estamos haciendo dulces como en una fábrica», apunta, destacando que el cariño y la dedicación que se pone en todo el proceso es un ingrediente más dentro de la receta perfecta.
La campaña de Navidad comenzó el pasado mes de octubre con la confianza renovada, como cada año, en obtener resultados positivos con las ventas. Bien es cierto que se han encontrado con dificultades añadidas como la subida de los precios ingredientes, cosa que están notando «mucho no, muchísimo». Aunque se han visto obligadas a variar los precios, han intentado ajustar lo más posible para que la mayor subida sea de un euro. «Los dulces de las monjas suelen ser caros, no podemos subir mucho», apunta la Hermana.
Apoyo en las nuevas tecnologías
Por ello, y para llegar a más gente, han recurrido al uso de las nuevas tecnologías. Han elaborado un catálogo que están difundiendo a través de whatsapp y tienen disponible venta online a través de su página web para todos aquellos que estén lejos de El Puerto o no tengan ocasión de acercarse al convento. También, a través de su Instagram y de su Facebook nos permiten conocer una parte del enorme trabajo que hay detrás de una campaña como la navideña y utilizarlo como ventana para enseñar sus productos. «Poco a poco nos vamos dando a conocer», apunta.
Además de los dulces, tienen a la venta muñecos a los que las hermanas han hecho las ropas de una forma totalmente artesanal. Otra forma de obtener ingresos que luego utilizan para dar de comer a los más desfavorecidos que acuden buscando su ayuda. Por ello, la campaña de Navidad es tan importante para ellas, porque con lo recaudado «vivimos y ayudamos a vivir».