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La cocaína asalta en narcolanchas la ruta del hachís por Cádiz
En los últimos meses se han interceptado en aguas gaditanas varias embarcaciones semirrígidas con paquetes de esta droga por la que se paga mucho más que por el 'costo'
La carga que llevan es menor que la que se intenta colar por los puertos pero ya ha llegado a la media tonelada el viaje
Paquetes de cocaína intervenida en una narcolancha en Barbate.
Ocurría el verano pasado. La Guardia Civil de Cádiz interceptaba una narcolancha en Barbate. Los agentes pensaban en un primer momento que era uno de los alijos 'comunes'. Aviso del SIVE, unos todoterrenos esperando en la playa, una 'goma' que se acerca y lo siguiente... la descarga de los paquetes, las patrullas que van por ellos y ellos que salen huyendo en la semirrígida mar adentro pero dejando la droga atrás. La rapidez de la intervención aborta el alijo, y cuando los guardias se acercan, ven y abren los fardos... sorpresa. No es hachís. En esta ocasión es algo aún más 'preciado' en el mercado negro del narcotráfico... es cocaína.
En total fueron 22 fardos de esta droga con un peso total de aproximadamente 772 kilos los que pretendían meter por los acantilados de la Breña. Por donde otras muchas veces históricamente se ha operado y se intenta operar con 'costo'. Sin embargo, en esta ocasión y, tal y como destacó la Guardia Civil en la información que trasladó a los medios tras el operativo, «por primera vez» era una importante cantidad de 'polvo blanco' (millones de euros) la que iba en una de las 'gomas' que normalmente se usan para el hachís.
Se comentó como algo casual, relativamente sorpresivo. Sin embargo y tal y como han ido demostrando otras posteriores incautaciones e investigaciones, es una práctica que parece que también se está extendiendo con algo más de peso por la costa gaditana. Organizaciones que están utilizando o 'subcontratando' a otras bandas asentadas y dedicadas al tráfico de hachís para 'colar' por vía marítima, con lanchas, partidas de cocaína de menor cantidad que las que intentan meter por puerto ocultas en contenedores camufladas entre mercancía legal.
Y continuamos con ejemplos. Pasaba también en noviembre. Efectivos del Servicio de Vigilancia Aduanera decomisaban más de 300 kilos de cocaína, que llegaba en otra narcolancha a la playa de Palmones en Los Barrios. Las dos personas que esperaban la carga fueron detenidos. Y a las semanas, de nuevo la Guardia Civil intervenía otros 400 kilos de esta droga introducida en narcolancha en Punta Umbría (Huelva). Esos traficantes también habían utilizado la ruta del hachís del Estrecho. Cuando los agentes fueron a la casa que funcionaba de 'guardería' de los fardos hallaron un fusil, un AK-47, municionado, listo para disparar.
Según fuentes consultadas por este periódico, este cambio sobre el uso de las 'gomas' para colar cocaína respondería a varias cuestiones. Como ocurre con otros negocios (los legales) la ley de la oferta y la demanda es la que reina. Pues bien, como han advertido diversos organismos internacionales y nacionales dedicados al estudio de la drogadicción, en la actualidad existe una superproducción de cocaína en los países de origen. Por tanto, la cantidad de droga que se pretende vender es mayor y, de esta forma, todos los posibles 'coladeros' pueden ser válidos para conseguir tal fin. Sea en grandes contenedores llegados a puerto, o en partidas más pequeñas por otros métodos.
Dos polizones se tiran desde un barco portacontenedores con mochilas con cocaína.
Desde el puerto, arrojada al mar o usando a polizones
«Está llegando bastante droga al puerto de Tánger y otros muelles africanos», explican. Ese sería el segundo eslabón de esta cadena que tiene su siguiente paso en la proximidad de la costa de Cádiz como puerta de entrada a Europa. ¿Y quiénes y cómo se hace ese traslado? Pues como los del hachís, en potentes semirrígidas y descargando en las playas.
Pero además se ha detectado también otra manera. Algo más laboriosa y también arriesgada (por la posibilidad de perder la mercancía) pero que ya se ha puesto en práctica. Un barco que hace la travesía desde Sudamérica cargado de cocaína y en algún punto acordado la tira al agua con boyas para que la recoja la lancha. U otro, donde polizones van ocultos y llevan la droga encima.
Y de nuevo se ha visto. En octubre la Guardia Civil detenía a otros dos hombres que viajaban de manera clandestina en un barco y que se tiraron al agua en el Estrecho con unas mochilas donde llevaban cien kilos de coca. El buque en el que iban, un portacontenedores, con bandera de las islas Marshall había zarpado casualmente de Cartagena (Colombia), uno de los primeros países productores de esta droga.
Pero no es necesario irse muy lejos. La conexión parece que también funciona con organizaciones locales que, debido a la presión policial que tienen encima, han «diversificado» el negocio. Así, recientemente se informaba de la desarticulación del 'clan del Bubu', «una de las redes más activas del narcotráfico en el Estrecho tras la caída de los Tejón».
En esa operación bautizada como 'Ranger' se realizaban 23 registros, la mayoría de ellos en el Campo de Gibraltar (Los Barrios, San Roque y Algeciras), pero también en otros puntos donde al parecer esta red tenía vínculos como Almería, Málaga y Pontevedra. Y, según fuentes consultadas la importancia de esta investigación es que esta supuesta organización no sólo se encargaba de traficar con hachís por vía marítima sino también con cocaína, y además, habían «ampliado» en introducir a inmigrantes de forma ilegal. Todo ello, con narcolanchas.
Por tanto la realidad llama por sí misma la atención. Ya habrá que determinar si se trata de algo puntual, diferente, coincidente, circunstancial, o todas estas intervenciones y avisos se deben a una cuestión más seria acerca de un posible nuevo 'modus operandi'. Una práctica ilícita y más dañina que se puede terminar asentando y que, forzosamente, supondría otro caballo de batalla más, un nuevo escalón, contra el que tienen que luchar las fuerzas policiales y judiciales de esta provincia.
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