Narcotráfico | Cádiz
Hasta cinco narcolanchas al día de media son avistadas en las costas andaluzas
TRÁFICO DE DROGAS
Desde principios de año se estima que se han podido detectar más de medio millar. La costa de Cádiz es la que mayor presión soporta mientras que crece la presencia de 'gomas' en Almería, Huelva y Granada
Narcolanchas S.A., el negocio del delito
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La presencia de las narcolanchas, las grandes 'gomas' que utilizan los narcotraficantes para pasar -especialmente el hachís- de la costa africana a la española continúa. Aunque la batalla policial y judicial que los persigue también lo haga, el trasiego de estas semirrígidas es constante. El intento permanece siempre y el que lo logra, gana mucho dinero y rápido.
De esta forma, esta incesante actividad delictiva se constata en los datos que se manejan en el Ministerio del Interior. Según estas cifras, y en los primeros cuatro meses del año, la Guardia Civil y la Armada han contabilizado un total de 558 'narcolanchas' (las detectadas) en diferentes puntos del litoral andaluz y también del mar de Alborán. Y la mayoría de ellas, por la zona del Estrecho y del resto del litoral gaditano. La cercanía con Marruecos de la provincia de Cádiz siempre ha provocado que sea el lugar que tienen como principal punto de alijo una vez que cargan estas embarcaciones por las playas y muelles de la otra frontera.
Pero desde que aumentó este tipo de tráfico -debido a la superproducción que existe en los cultivos marroquíes y su cierta permisividad- y en consecuencia, se incrementó la vigilancia policial con el Plan Especial, la trayectoria de estas lanchas se han movido desde el Estrecho (donde siguen llegando) a otros puntos de la costa gaditana con mayor incidencia en la desembocadura del río Guadalquivir y también en todos aquellos lugares de la Bahía de Cádiz por los que puedan descargar.
Esta tendencia se volvió a escenificar cuando en estos últimos meses y con motivo de los fuertes temporales las prohibidas semirrígidas salían de sus escondites del río para buscar aguas más calmadas y se pudieron contar por decenas al mismo tiempo y en diferentes puntos de Cádiz y también de Granada o Almería. Precisamente, y debido a la alarma social que provocó en febrero el refugio de seis de estas grandes 'gomas' en el puerto de Barbate, se activó el operativo que terminó con el asesinato de dos de los guardias civiles que intervinieron.
Pero no fue Barbate el único muelle donde se escondieron. Durante esos días del temporal 'Irene', se pudieron avistar también lanchas en otros puntos como Chiclana o Sanlúcar. También por Huelva. Y días antes, igual.
La continua presencia y el ir y venir de narcos en sus embarcaciones se ha extendido a otros puntos del litoral andaluz donde estos avistamientos no eran tan habituales, y sobre todo numerosos. Como explican fuentes consultadas, ha sucedido así en Almería donde también se sorprendían por la 'normalidad' en los viajes de estas 'gomas' por sus costas, o en Huelva donde su cercanía con Portugal -donde estas embarcaciones no están prohibidas- también tiene algo que ver.
Lo mismo ha ocurrido por el Mar de Alborán, y en aguas que se distancian a muchas más millas de donde fondeaban antes. Allí en mar adentro los pilotos, sus mecánicos, 'geperos' y porteadores llegan a acampar varios días, semanas... dentro de las propias lanchas a la espera de que les den las órdenes para entrar o salir con la droga en el punto que les digan sus 'jefes'.
Decreto y 'petaqueros'
Esto ocurre en mayor medida desde que el Gobierno decretó la prohibición del uso de la propia embarcación de tres y cuatro motores y hasta catorce metros de eslora. Fue el 27 de octubre de 2018 cuando entró en vigor el Real Decreto Ley 16/2018. El objetivo era impedir el uso de este tipo de embarcaciones incluyéndolas en la definición de «géneros prohibidos»; una catalogación creada con la Ley Orgánica 12/1995 de 12 de diciembre, de Represión del Contrabando. Dicho decreto fue aprobado en tiempos del ministro del Interior Fernando Grande-Marlaska, aunque ya se había elaborado por el equipo de su antecesor, Juan Ignacio Zoido, que cesó antes por la moción de censura.
Así, y según recoge este texto, se prohíben «las embarcaciones que, teniendo 8 metros (o menos) de eslora, posean una potencia igual o superior a 150 kW (201 CV), independientemente del número de motores. También las embarcaciones, sean neumáticas o semirrígidas, que vayan a ser utilizadas para actos de contrabando y, a efectos de acreditar o sospechar las autoridades que pueden destinarse a esas actividades ilícitas, se considerarán elementos o indicios racionales, salvo que se demuestre lo contrario».
Por este motivo también se ha incrementado el ir y venir de estas semirrígidas que van cambiando de lugar o se apostan en alta mar para intentar evitar que sean requisadas en costa o guarderías. Este 'modus operandi' ha provocado que en el último año se haya multiplicado otro: el que protagonizan los llamados 'petaqueros' quienes también en este tipo de embarcaciones o en otras se encargan de llevar gasolina y víveres o ayudan en los cambios de tripulación a las 'gomas' y llegan hasta el punto de encuentro acordado. En este caso les importa 'menos' ser vistos o interceptados ya que no llevan droga encima.
Y así se recoge en el propio decreto mencionado: «Actualmente resulta muy difícil actuar contra las organizaciones criminales que emplean estas embarcaciones, pues resulta frecuente intervenirlas cuando ya han alijado la droga o el tabaco, o cuando en el transcurso de una persecución los géneros son arrojados al mar. En estos casos resulta especialmente complejo proceder administrativa o penalmente contra los patrones y tripulantes, y las embarcaciones continúan siendo utilizadas por las organizaciones criminales una y otra vez para sus actividades ilícitas».
Ello -continúa- «produce una sensación de impunidad en la ciudadanía y de cierta impotencia y desánimo entre los miembros de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad que tienen encomendada la represión del contrabando y el narcotráfico, generando la percepción de que existen ciertas áreas del litoral español en las que el control efectivo del Estado se ve muy mermado cuando no totalmente imposibilitado».
En este clima, en su última visita a la provincia, el secretario de Estado de Seguridad, confirmó que el Gobierno prepara nuevas medidas para la lucha contra las narcolanchas. Y más concretamente contra sus 'petaqueros' como parte de la logística clave de estas bandas. Desde los órganos judiciales y policiales se insiste desde hace tiempo que sería necesario acotar en el Código Penal este hecho delictivo y poderlo relacionar de forma más directa con el narcotráfico para que puedan ser castigados por ello con una mayor garantía; evitar así que la mayoría de las veces se quede solo en posibles sanciones administrativas que vuelven a no tener ningún efecto por la supuesta insolvencia económica que siempre declaran tener estos investigados.