REPORTAJE CÁDIZ

Estas son las ciberestafas que más atacan en Cádiz, la Guardia Civil avisa: «Están por todos lados, hay que tener mucho cuidado»

CIBERDELINCUENCIA

Los timos del 'hijo en apuros', el Bizum inverso y el envío de mensajes falsos... no cesan. Y ahora también los códigos QR en paquetes o farolas

El equipo @ de la Guardia Civil de Cádiz trabaja a destajo en las denuncias que no les paran de llegar: «Hay que leer bien, no confiar»

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Unos agentes analizan un mensaje recibido basado en el timo del 'hijo en apuros'. Vídeo: Operación de la Guardia Civil contra el ciberdelito. la voz
María Almagro

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Es complicado poder ordenar y no mezclar tantos modus operandi distintos que tienen un mismo delito en su raíz: la estafa. El uso de las tecnologías y sobre todo el móvil y su itinerancia y dependencia continua ha disparado lo que ya se podría calificar como el peligro más común y de mayor penetración de este siglo: la ciberdelincuencia. En todas sus formas y maneras y que ataca por todos lados, da igual condición, edad y vida que se tenga. Sus autores suelen ser ladrones que actúan a diario y que disparan de forma masiva a modo de 'click' para ver quien cae. Y así van dejando cientos de víctimas en su camino y consiguen miles de euros de botín en horas a base de mentiras.

Desde las fuerzas policiales llevan años advirtiendo del riesgo que se corre ante estos fraudes, piden prudencia, dan consejos, ponen en marcha campañas informativas y charlas de prevención, pero aún así el delincuente de estos tipos de delitos va 'perfeccionando' sus argucias y también adaptándose a las diferentes vías que les permite la tecnología y que tienen como mayor aliado los cambios sociales para lograr sus objetivos.

Si antes los portales de compraventa de segunda mano era la trampa estrella, ahora lo mismo es eso que también un bizum, un whatsapp, un código QR gancho, o las redes sociales... todo ello con un denominador común: el ser focos de atención de nuestros usos ya tan comunes y normales como las compras por internet o la forma de relacionarnos con nuestro entorno más cercano. Donde está la cotidianidad, están ellos.

Y en este camino tanto la Guardia Civil como la Policía Nacional han ido actualizándose para poder luchar contra un gigante tan grande como lo es la telaraña en la que se esconden estos 'malos'. Para protegernos de algo que se mantiene completamente oculto y que además es muy difícil de encontrar. Pero aún así se batalla y, a menudo, se da con los responsables del daño que hayan provocado, aunque cueste muchísimo trabajo.

Lo saben bien los agentes que forman el equipo @ (arroba) de Cádiz, quienes dentro de la Unidad de Delitos Tecnológicos (EDITE) de la Guardia Civil, persiguen todo estas estafas relacionadas con este uso perverso de las tecnologías. Su labor es continua, diaria, permanente. «De cada cinco denuncias que se presentan ahora, tres de ellas podría decir que son delitos tecnológicos», cuenta a este periódico uno de los responsables de este equipo. Tanto es así que esta unidad más específica se creó hace unos años en algunos acuartelamientos debido al importante volumen que empezaba a acaparar el EDITE. Aún así ya se va quedando pequeña porque la ciberdelincuencia no deja de actuar y se sigue multiplicando, en tiempos y maneras.

«La principal amenaza son las estafas», confiesa de forma clara y directa el guardia civil. «Están por todos lados». Y es que si ya antes existía y comenzaron a crecer a partir de 2010 -siempre a ritmo acompasado al poder de penetración de internet en nuestros ordenadores y móviles- en la actualidad, ese poder está sobredimensionado.

«La pandemia pudo ser quizá un punto de inflexión importante. La gente comenzó a comprar más online y a adecuarse a ello, a verlo más próximo... y estos delincuentes se han aprovechado». «Es más fácil y menos arriesgado robar así que ponerse a arrancar cajeros». Y he aquí un hecho evidente y directamente relacionado: los robos en bancos, cajas, butrones... han disminuido.

Compra on line, hijo en apuros, bizum, enlaces, redes... «van cambiando»

Los tipos de denuncias que se presentan en la provincia son en su mayoría las relacionadas con estafas económicas aunque hay «de todo». «Va cambiando». Por ejemplo, ahora, la conocida como 'hijo en apuros' por la que una persona es engañada al recibir en su teléfono un mensaje, un sms, de su hijo o hija supuestamente que necesita urgentemente dinero pero que ha perdido el móvil y da otros datos para que se le ingresen o contacten. «Sí... hay gente que cae», nos confirma el agente. «Tenemos plena confianza en esto (señala su móvil) y esto si no se usa bien es un problema. El otro solo tiene que sentarse delante de un ordenador, utilizar programas de envío masivo y esperar que alguien pique».

También va creciendo el 'timo' del Bizum inverso. En este caso, el supuesto comprador se interesa por un artículo que se vende en alguna web o red social, entonces, se ofrece a adelantar una parte del precio a modo de señal, o va a realizar el pago, pero en realidad lo que manda al vendedor no es este pago sino una solicitud de envío de dinero. Y la víctima, si no está muy atenta solo se fija en la cantidad, aprueba la operación y autoriza. «No se lee muchas veces, tenemos el gatillo fácil».

Y hay más. Muchos más. Eso de los mensajes 'extraños' pero completamente trabajados. Con logos incluso de entidades como Correos, o Amazon, o compañías eléctricas... o asustando tipo 'acaba de hacer un ingreso, revíselo aquí', o enlaces a seguimientos de envíos y paquetes que no existen, o mails que buscan lo mismo: que cliques en esos links para que se instalen programas espías en tus dispositivos y puedan acceder entonces a datos confidenciales o a tus tarjetas del banco. Y además de la estafa en sí, de lo que te roben en ese momento, esos datos también les valdrán para hacer caja. «Existen redes ocultas donde venden todos esos datos, o DNI, todo aquello que les pueda servir para seguir estafando».

«Es más fácil y menos arriesgado robar así que ponerse a reventar cajeros», afirma un agente de 'arroba'

Porque, en definitiva, es en el banco donde se encuentra lo que más quieren. De ahí que se produzcan también engaños tan creíbles como que te llamen desde la propia oficina. Y ha ocurrido también aquí en Cádiz cuando en 2023 unos ciberestafadores lograron por medio de un programa suplantar la identidad de una entidad bancaria y llamar a sus clientes como si fueran los propios trabajadores del banco. Hicieron 'spoofing', o lo que es lo mismo, suplantación.

Estas víctimas recibían en su teléfono una llamada de su propio banco e interactuaban con estas personas como tal. En algunos casos, la operadora (con un guión muy creíble) les alertaba que su cuenta había podido ser hackeada y ganándose su confianza pues iba logrando que les dieran ese acceso a todo lo posible para supuestamente anular dicha intromisión.

«Este caso fue muy peligroso porque es real que te llamaban desde el mismo número del banco y así quedaba registrado», recuerdan en el equipo arroba. «Le podía pasar a cualquiera, pero por eso, insistimos en que no se dé ninguna información nunca de cualquier manera y sin barreras de seguridad. Esta gente se va perfeccionando y logran cosas increíbles».

Y más ante un público más sensible. «Las personas mayores son más confiadas y además su adaptación a la tecnología y el trato cada vez menos personal que se da en los bancos no les ayuda. El desconocimiento en estos delitos es un problema añadido».

La trampa de los códigos QR

Otra forma de estafa que ahora también está en auge es el uso de los códigos QR. Bien colados en paquetes o bien, como ya se ha visto en Cádiz, poniendo pegatinas o acompañando publicidades atractivas en farolas, semáforos, o cualquier sitio en los que sean visibles. Así si alguien los escanea por seguridad, por saber a qué web te lleva, pues es otra fórmula que tienen para instalarte en tu dispositivo uno de esos programas espía.

¿Y cuándo ocurre qué se hace? Pues lo primero, advertir, bloquear y denunciar. Otra cuestión será si la investigación es más o menos complicada y puede terminar teniendo resultado pero, como indican las fuerzas policiales, hay que informar porque, además, puede impedir que le ocurra a otros. «Claro... las investigaciones suelen ser muy complejas. Por ejemplo, ahora existen tarjetas de teléfono por todos lados, de prepago, que usan estos delincuentes para no utilizar altas de línea... ¿qué control hay sobre eso? No se filtra».

O la siempre maraña judicial. Casos y casos que se van a acumulando y que para cada movimiento hay que pedir autorizaciones y permisos y datos a empresas de comunicaciones, etc, etc, etc, etc, etc... así que si se llega, la mayoría de las veces es tarde. Por ello los agentes piden una mayor agilidad en trámites y también que los juzgados se puedan especializar ya que son delitos cada vez más habituales, novedosos y que requieren de cierto conocimiento.

Ahora en Navidad este tipo de denuncias se multiplicarán. «Se verá en unos meses». El volumen de ventas es mayor y, por tanto, hay más posibles víctimas.

Aún así y aunque el panorama es complicado, la batalla contra la ciberdelincuencia persiste. «La mayor alerta que podemos hacer es pedir prevención, leer, leer todo siempre antes de entrar y aún así, tener mucho cuidado. La tecnología no es mala en absoluto, es necesaria, nos ayuda, pero hay que tener cuidado, simplemente».

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