Niña Pastori despliega todo su arte en el Concert Music Festival

Niña Pastori actuó este sábado en el Concert Music Festival dentro de la gira de su último trabajo discográfico, Camino. Mucha expectación y lleno absoluto para disfrutar de la isleña. No decepcionó en absoluto y su despliegue vocal y su derroche de fuerza dejaron huella en Sancti Petri.

Una proyección con Juan Villar y Rancapino hablando de las alegrías de Cádiz fue la introducción perfecta para el concierto. Con sus músicos marcando el ritmo de este palo flamenco con un bastón sobre el suelo se dejaba entrever el arranque. Y así fue. Salió al escenario muy sonriente y emocionada y se arrancó con unas alegrías que encandilaron a los presentes.

Empezó con El Cantante y continuó con dos temas de su nuevo trabajo, Regoleta y Yo nací para vencer. En estos primeros compases ya se pudo ver la espectacular puesta en escena. Tras el tercer tema, saludo al público y palabras de agradecimiento: «Este es un festival mágico, tenemos la suerte de estar en nuestra tierra y de que los que estáis de vacaciones también hayáis podido venir». También habló de Camino «un disco del que me siento muy orgullosa». Y para los menos puestos, explicó su intro: «El flamenco es una música muy grande, muy compleja y como todo lo que es complejo no tiene siempre el reconocimiento. Hago homenaje a dos cantaores de mi tierra.

El siguiente bloque lo comenzó con una versión de Burbujas de amor de Juan Luis Guerra que continuó con temas propios. Niña Pastori disfrutó sobre el escenario e hizo disfrutar. No paró de bailar y el público la acompañó llevado por su energía.

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Francis Jiménez

Con Amor de San Juan, uno de sus grandes éxitos, cerró el primer bloque. Un respiro para ella y tiempo para el lucimiento del acompañamiento musical que estuvo brillante durante las más de dos horas de espectáculo.

Volvió ella a escena para emocionarse y emocionar con Verdes como los míos. María llenaba el escenario y se recreaba en temas clásicos como En la orilla de mi pelo o Cuando te beso. Hubiera sido imposible intuir que el día previo hubiera acudido al concierto de Harry Styles en Madrid con su hija si no lo cuenta ella, porque el cansancio o el dolor de pies no se notaron en ningún momento.

Para el siguiente descanso, Chaboli, su marido, arrancó a cantar para darle a ella otro respiro. Volvió para situarse junto a Luis Guerra al piano y cantar Cai, Cuando nadie me ve, Ya no quiero ser y Acaríciame la cara.

Tiempo también tuvo para algo más de flamenco arrancándose por bulerías para encarar la recta final con un último bloque de canciones antes de despedirse por primera vez. La locura se desató cuando volvió a salir para interpretar Caminante y Yo tengo una cosa en los bises para, ahora sí, cerrar el concierto.