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Miguel Ríos deleita a sus «mecenas» tras una gran 'Bienvenida' en Chiclana

El artista de Granada dio dos horas de auténtico espectáculo en el Concert Music Festival en su gira Un largo tiempo

jesús mejías

Miguel Ríos deleitó al público del Concert Music Festival con una actuación para el recuerdo. No podría decirse que pasó Un largo tiempo desde la última vez que el artista pisó Chiclana de la Frontera ya que era la primera vez que el andaluz actuaba en la localidad gaditana. El granadino, junto a su nueva banda The Black Betty Trío presentaba su nuevo disco, aunque también se entregó al respetable con algunos temas clásicos.

«Señoras y señores muy buenas noches, con ustedes Miguel Ríos y la banda The Black Betty Trío», anunciaba la megafonía y el público recibía al artista con vítores y aplausos y los móviles entraban en escena para inmortalizar el momento.

Sonaban los primeros acordes de Hola Ríos, Hello y comenzaba el show. «Pero este oficio escribe mi historia, ahora me he vuelto a enganchar, probé el veneno y no me quiero curar, así que, aquí está Ríos, again», posteriormente, uno de sus temas más populares: Bienvenidos. «Buenas noches, bienvenidos, hijos del rock and roll, os saludan los aliados de la noche. Bienvenidos al concierto, gracias por estar aquí, vuestro impulso nos hará seres eléctricos».

«¡Buenas noches Chiclana! Qué bien suena 'Bienvenidos'. Es la primera vez que tocamos en el Concert Music Festival, que bien me lo he pasado, que tortillitas de camarones me he comido», afirmaba Ríos, y agregaba que «os considero mis mecenas. A los que lleváis muchos años ayudándome a seguir con este oficio os debo mucho, no lo que soy, pero sí lo que quiero ser. Os he contado las razones por las que he vuelto tras retirarme más veces que Antoñete, y ha sido para oíros cantar».

Hubo tiempo para un homenaje a Elvis Presley con Memphis-Granada. «Oyendo al rey del rock, desde Memphis a Granada, libertad y rock and Roll, una ola planetaria, salgo a mi generación».

Sesenta años después de sus inicios en el mundo de la música, el artista natural de Granada sigue dándolo todo en el escenario, pero también dialogando con el público, pidiendo incluso a sus técnicos que usaran una luz más tenue con sus seguidores para que no les molestasen. Sin pelos en la lengua, el artista tocó algunos temas tabúes, o quizás de los que pocos hablan, la prostitución con Raquel es un burdel.

«Él ha empezado a sudar, por el esfuerzo de dar gusto al cuerpo, moviéndose en el lecho. Está en un viejo burdel, transformado en la boutique del sexo. Discreto y a buen precio, la noche y la soledad, una calentura de perro, una carencia afectiva, lo llevó sin remedio, al Salón Raquel. Ella no suda jamás, está mascando chicle amargo y piensa, llenar esa despensa. Se mueve sin emoción, mientras susurra vicios del oficio, tumbada como él quiso, se hizo profesional. En una cuesta de enero, aquella cola del paro, la llevó sin remedio, al Salón Raquel».

Sonaron algunas canciones como Por San Juan, Maruzzella, Memorias de la carretera y Los Viejos Rockeros, temas que el público respondía con palmas y con algunos bailes en la zona trasera de la pista del recinto.

Luna de Alabama, A Contra Ley, Todo a pulmón y Para que yo me llame Ángel González mandaban la actuación a su ecuador. Aún había mucho rock and Roll por delante.

Casi dos horas de concierto en el Concert Music Festival, y el público quería más y más. Tras interpretar una veintena de temas , algunos de ellos como El Volante, Año 2000 u Oración, Ríos terminó con su Santa Lucía y su himno, el himno de la alegría.

«Escucha hermano la canción de la alegría, el canto alegre del que espera, un nuevo día». No habría un nuevo día, siempre habrá una nueva noche para Miguel Ríos. El artista se marchó como llegó, en vítores y aplausos, y mostrando una vez más, y como uno de sus himnos más conocidos, Los viejos rockeros nunca mueren.

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