Chiclana
Kevin Gaucín, un «ejemplo» dentro y fuera del ring: «El muay thai me ha enseñado a luchar»
del 7 al 25 de octubre
El joven chiclanero de 19 años es una de las promesas del muay thai nacional y su historia será expuesta en un documental fotográfico en la Biblioteca Municipal Poeta García Gutiérrez
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En la pared del gimnasio hay un cartel inmenso: «Cumple tus metas». Kevin Gaucín (Chiclana, 2005) lo ve cada día y tiene entre ceja y ceja conseguirlas todas, las de dentro del ring y las de fuera. «Mis padres han pasado de tener un chiquillo de barrio hiperactivo a un hombre con sus ideas claras, con unos valores y un camino recto». Gracias a los principios del muay thai que le inculcó Román Marcial, su «segundo padre», Kevin Gaucín no para de superar obstáculos. A la vista está el sueño de viajar a Tailandia; en el horizonte, unas oposiciones para bombero.
Adolescentes y niños se colocan los guantes y se preparan para comenzar la clase. Los más pequeños de la «familia» le miran con admiración. «Percibo que soy un modelo para ellos. Yo los animo a que no solo se enfoquen en las peleas, sino en estudiar y en sacar la vida adelante, como intento hacerlo yo», explica el luchador chiclanero, quien, además de contar en su currículum con varias peleas internacionales, es campeón de España WBC sub-18 y subcampeón del mundo ISKA. Kevin Gaucín compagina los entrenamientos de muay thai con el estudio de las oposiciones de bombero y el trabajo en una cocina de un restaurante.
«Somos de poquitos recursos, entonces, tengo que entrenar tres o cuatro horas; estudiar otras tres y trabajar para tener un equilibrio económico». Lo lleva todo hacia adelante, algo que hubiera sido imposible sin los valores que le ha inculcado este deporte. «Te enseña que nada es fácil y que para conseguir algo te tienes que mover, tienes que salir de tu zona de confort y echar todo lo que tienes«, afirma con rotundidad. Sus palabras retumban con la madurez del que ha vivido mucho más que 19 años.
El sacrificio, la constancia, el compañerismo y, sobre todo, la disciplina que se respiran en el Club Thai Dragon se personifican en Román Marcial, el responsable de haberlo convertido en un guerrero. «Siempre se ha preocupado por mis notas. Aquí todos buscamos competir, y siempre dice lo mismo: que no le va a buscar combates al mejor, sino a quien se lo merezca». Y para competir es necesario tener unos buenos hábitos: mantener una dieta saludable, no fumar, descansar las horas necesarias y entrenar duro. A través de este deporte, los jóvenes como Kevin encuentran en el Muay Thai una manera de prosperar y conseguir sus metas en un entorno difícil.
«Me he criado con un montón de chavales en el barrio y, la verdad, que cada vez van a peor: empiezan a tener malas adicciones desde muy pequeñitos«, lamenta. Ha sido esta disciplina la que le ha enseñado que »todo eso era malo« y que no le llevaba »a ningún buen lugar«. »Me ha ayudado a mantener un camino recto, porque esos colegas siempre son una influencia para ti«, afirma. Y no le falta razón. »El contexto lo es todo; está presente en todas las conductas de las personas. La gran mayoría de los comportamientos que tenemos los aprendemos a través del contexto, desde el momento en que nacemos«, explica Pedro Chaves, psicólogo sanitario en Educa Chiclana.
Los primeros golpes al saco
«Su padre cada vez que nos cruzábamos me decía: 'Román, mi niño es muy nervioso y me gustaría que lo entrenaras y me lo dieras cansado», recuerda Román Marcial, que tras las insistencias del padre de Kevin terminó por acceder. Y allí estaba él, con 9 años, rodeado de competidores profesionales, en un garaje de dos metros cuadrados. «Recuerdo que había un ring hecho con mangueras y sacos de boxeo y una perita a la que ni llegaba. El primer día, mi padre se reía mucho porque fue la única noche que me dormí temprano«, rememora entre risas. Lejos de aburrirse, como sí lo hizo con el fútbol, se involucró como uno más y comenzó a adquirir el »compromiso de los mayores«.
El pequeño Kevin se hizo un hueco en el grupo de competición, en el que la exigencia era máxima, y tras horas y horas juntos, la relación entre los dos se volvió paternofilial. «Yo les echaba un cable a los padres con los estudios y le presionaba para que se los sacara, porque vivir del muay thai es complicado. Ahora, se acaba de sacar el Bachillerato, cosa que no había conseguido nadie de nosotros del club, ni ninguno de los competidores, y teníamos a veinte«, expresa orgulloso su »segundo padre«.
El modelo de Kevin no solo lo es para los adolescentes que se colocan los guantes cada tarde, sino también para su propio entrenador y para el resto de los padres. «Es un ejemplo por lo que hace en el ring y fuera de él. Y lo es para mí también. Es una motivación contarle su caso a los padres que vienen y dicen que su hijo no puede«.
Documental fotográfico
Con mucho sacrificio, aquel niño «hiperactivo» que no se aburría de golpear un saco de boxeo se ha transformado en un hombre que viaja en busca de cumplir su sueño. Y, próximamente, su relato estará reflejado en una exposición realizada por Félix Alonso, quien se ha dedicado durante gran parte de su vida a los medios de comunicación y ha seguido a Kevin Gaucín allá donde ha ido durante los dos últimos años.
El resultado ha sido 'Alea Iacta Est', un documental fotográfico formado por 40 imágenes que refleja tanto los momentos de gloria como de derrota de la trayectoria del joven luchador chiclanero, que se podrá disfrutar del 7 al 25 de octubre en el patio de la Biblioteca Poeta García Gutiérrez. «La exposición no está enfocada solo al muay thai, sino también a lo que hay detrás, porque no solo es subir a un ring, pegarse y bajarse, tenemos un camino atrás», explica el protagonista.
La exposición va a ser el vehículo por el que Kevin cumplirá el sueño de todo aquel que practique este deporte de contacto: pelear en la cuna del muay thai, Tailandia. «Tenemos muy pocos medios, y con el dinero que nos ha sobrado de ella le hemos podido pagar el billete a Kevin», explica Félix Alonso, que asegura entusiasmado que el viaje que realizarán en enero será el cierre de este proyecto, el culmen perfecto. «La segunda parte va a ser con Kevin en Tailandia. El chaval de Solagitas que consigue su sueño de entrenar allí con los mejores«.
Kevin se descalza, se coloca sus guantes y comienza a calentar con su compañero 'Cartu'. Con cada golpe directo a las manoplas está un paso más cerca de convertirse en la persona que quiere ser. «Estoy seguro de que quiero ser bombero y estoy seguro de que lo voy a conseguir; es una visión que te da este deporte«, concluye.