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El 'juego de Chiclana': un paseo por la ciudad que reúne a pequeños y mayores
Miguel Virués, chiclanero y madrileño de adopción, es el creador de 'Chiclana en juego'
En 2014, decide embarcarse en la aventura de idear un juego de mesa donde la localidad es la protagonista
Es Navidad y una familia se reúne alrededor de una mesa camilla. La estufa hace desaparecer al frío de principios de enero y el salón, que se vuelve el lugar más acogedor y seguro de nuestro planeta, es el escenario de una tarde de juegos de mesa. En las casas de Chiclana, un juego diferente le hace competencia al bingo o el parchís. «'Chiclana en juego' es un juego en el que he querido plasmar un paseo por nuestra ciudad», explica Miguel Virués, creador del juego de mesa con el que mayores y pequeños «redescubren» y «aprenden» el presente y pasado de las calles por las que caminan.
Son las terceras navidades en las que el juego está en circulación, pero la respuesta del público chiclanero le recuerda más a las del lanzamiento. «La gente está muy volcada. En cuanto ha terminado fin de año, me llevo todo el día contestando mensajes, sobre todo, para saber si hay existencias», afirma el autor del juego, quien es técnico comercial en Madrid desde hace 24 años. La «morriña» del que solo puede disfrutar de su tierra en fechas marcadas, su pasión por «la escritura» y «la edad» llevaron a Miguel Virués a embarcarse en la aventura de transformar la historia, las costumbres, los personajes y la tradición de Chiclana en un juego de mesa para todos los públicos. «Opté por hacer un pseudo-trivial. Quería hacer un tablero que tuviera nuestra imagen, nuestros iconos y nuestras esencia».
En el recorrido por Chiclana están representadas cuatro zonas: El Lugar, La Banda, la costa y el campo. El objetivo es coleccionar los suvenires correspondientes a cada zona, que se consiguen al responder correctamente dos preguntas. Es decir, el primero que se haga con la muñeca Marín, el catavinos, la orejita y el racimo de uva, gana. Un juego en el que los mayores del salón tienen más probabilidad de ganar. «A los padres o a los abuelos les gusta mucho y, además, me hace ilusión porque hay mucho feedback. Ayer me encontré a una familia que me dijo que sus padres siempre les ganan. Y eso está bien, porque siempre juegas al trivial y, a lo mejor, son preguntas de actualidad y, en este caso, pues los padres se sienten en ventaja. Eso está guay y, además, los jóvenes aprenden cosas«.
La idea nace en 2014, pero la semilla de crear un juego de mesa se sembró mucho antes. «Recuerdo cuando era pequeño que vi al padre de un amigo de mi clase hacer un parchís en su casa y me encantó. Se me quedó grabado en la cabeza», explica. El proceso de creación de un juego de mesa no es sencillo. Más allá de la inversión que supone la producción, tuvo que dedicar muchas horas a documentarse. «La mayor fuente ha sido Internet, pero también he leído muchísimo y he tenido muchas conversaciones con personas mayores». Mano a mano con Jesús Bey, diseñador gráfico, lograron traducir la idea que Miguel Virués tenía en la cabeza en realidad. Un proyecto que sentía como una deuda con la ciudad al haberse tenido que ir fuera durante tantos años.
Un proceso tan largo como gratificante
«El proceso ha sido como mirar atrás a Chiclana. Las conversaciones con los mayores me han aportado mucho: los dichos, las frases, saber de los personajes, los artistas que tenemos aquí, las rutas, los senderos, la historia, la Batalla de Chiclana, las recetas... Para mí ha sido como una comunión que tenía pendiente con mi lugar de procedencia«, expresa con orgullo. Además de ese proceso de investigación y redacción de las preguntas, sacar un juego de mesa requiere realizar un estudio de jugabilidad. Con las reglas del juego pactadas y el diseño listo, inició el proceso de fabricación. «Recibí un palé de tres metros en la casa de mi hermano lleno de cajas del juego. Menos mal que me llamó Ana Belén Mota, de Bibliopola, y me dijo que contara con su establecimiento para distribuir el juego. A ella le estaré siempre eternamente agradecido», reconoce. Luego, se sumaron otras librerías de la localidad donde los chiclaneros podían adquirir una edición del juego.
Cada vez son más los vecinos que entran en algunas de las tiendas que distribuyen el juego de mesa de Miguel Virués. «El mayor piropo que he recibido sobre el juego es que la gente va a las tiendas a preguntar por el juego de Chiclana». El proceso de crear y sacar 'Chiclana en juego' le ha dado una visión diferente a la que tenía de su tierra, con la que se mantenía conectado gracias a las fotos de la ciudad en portales de Facebook y a las cortas estancias en vacaciones. «Si ya quería a mi ciudad, ahora la quiero mucho más», concluye. Después de tres años de su lanzamiento al mercado, la segunda edición está a punto de agotarse y en el horizonte ya planea la tercera tirada de un juego en el que solo gana uno, pero no pierde nadie; porque esa tarde fría de enero en familia alrededor de la estufa es el mayor premio que se puede tener en Navidad.