chiclana
El golf se consolida como ancla del turismo en la provincia en temporada baja
turismo deportivo en temporada baja
Anualmente este deporte tiene un impacto en Cádiz de 764,2 millones de euros y suma un gasto medio de 122 euros por turista, con una alta fidelidad del 65% de repeticiones viajeras
Chiclana cuenta con 5 campos de golf que permiten mantener abiertos en otoño e invierno dos de los 14 hoteles que hay en La Barrosa y en el Novo Sancti Petri, combatiendo así la estacionalización turística
El sirimiri o lluvia fina que lleva cayendo durante toda la mañana del miércoles sobre la Bahía de Cádiz no disuade a Hans de su práctica diaria de golf: «Tengo que aprovechar cada jornada aquí», comenta. Este turista alemán, procedente de Luisburgo, una ciudad dormitorio de Stuttgart, cuenta entre inglés y un castellano chapurreado que lleva «unos 10 años practicando este deporte».
Dice que se aficionó en su país de origen, y que cuando hace unos años vino a Chiclana a veranear con la familia y lo practicó aquí, «en este maravilloso entorno», se enamoró definitivamente del golf. Desde entonces, ya jubilado, se baja él sólo anualmente un par de semanas de otoño a hacerse unos hoyos en el Iberostar Real Novo Sancti Petri Golf. Esta vez vino con su hijo, pero cuenta entre risas que «él está cansado de que lo machaque y se quedó en el spa del hotel, entrenando quizás».
«Aunque pueda pensarse que la pelota corre más cuando llueve porque el césped está mojado y resbala, es al contrario», explica Pedro, un cadi local que transporta en carrito los palos de un matrimonio noruego. «La bola va a tener menos vuelo y vas a realizar menos metros, dado que la humedad ambiental y la propia lluvia no permiten que esta atraviese el aire con la misma facilidad», comenta haciendo pedagogía para 'dummies'.
«Debes usar en palo menos del que usarías habitualmente para esa misma distancia», remata. Y señala este cadi, abarcando su alrededor con el gesto, el casi desierto campo de La Estancia Golf, en Campano: «Suele haber bastante gente practicando estos días, pero el mal tiempo ha echado para atrás a muchos».
Y es que, a pesar de ser temporada baja turística, no es así para el turismo de golf, que tiene sus propias fechas. Al menos en la provincia de Cádiz y en el sur de España. Rafael Hernández, que es director del Iberostar Real Novo Sancti Petri Club de Golf, comenta que hay dos temporadas altas: «una para el turismo nacional y otra para el internacional». Así, «el verano es principalmente para los españoles y el resto del año, para los extranjeros».
La provincia cuenta con 20 campos de golf, la mayoría de ellos repartidos entre Chiclana y el Campo de Gibraltar. Los principales países emisores de este tipo de turistas para la provincia gaditana son Reino Unido, Alemania y los países nórdicos (Dinamarca, Noruega, Suecia, Finlandia e Islandia). El gasto medio de cada uno de estos turistas de golf en Cádiz roza los 122 euros al día –exactamente, los 121,7 euros-. Si se incluyen a las personas acompañantes de quien viene para jugar al golf, dicho gasto se eleva hasta los 255 euros por día.
Junio y septiembre, que son los meses de transición entre ambos grupos turísticos, «son las fechas más bajas para este deporte», asegura Hernández. Estas palabras las corrobora un estudio del Patronato de Turismo de 2022, encargado a Adeitur, en el que se concluye que «muchos visitantes extranjeros eligen otoño e invierno para la práctica del golf, favoreciendo así las desestacionalización turística».
Esto se debe, en buena medida, según nos explica el presidente del Iberostar Club, «a que estos golfistas extranjeros no pueden practicar este deporte en su país de origen durante estos 4 o 5 meses por las bajas temperaturas». Y añade: «La mayoría proceden de países nórdicos y Alemania ‒el 80%‒, y vienen en busca del sol».
Chiclana, referente del golf europeo
El municipio chiclanero cuenta con cuatro clubes y hasta cinco campos de golf, todos de primera calidad: a los ya citados Iberostar ‒que tiene dos‒ y La Estancia, hay que sumarles Campano y Sancti Petri Hills. No hay que pasar por alto las dos escuelas golfísticas de las que Chiclana dispone: Chiclana Family Golf Park y Golf Academy Novo Sancti Petri.
Tanto la concejala de Turismo del Ayuntamiento de Chiclana, Pepa Vela, como el director del Iberostar Club, Rafael Hernández, coinciden en confirmar la hipótesis de la que partimos: «El golf es el ancla que sostiene el turismo ‒de calidad‒ en Chiclana y la provincia de Cádiz durante la temporada baja».
«Sin duda ninguna», confirma el responsable del Club de Golf, que aprovecha para añadir que «Chiclana es un referente en el golf europeo»; mientras que la edil se refiere a los datos «que lo avalan» y habla de «un motor fundamental para el turismo y la economía chicanera».
De hecho, de los 14 hoteles con los que cuenta Chiclana entre La Barrosa y el Novo Sancti Petri sólo dos se mantienen abiertos durante los meses de vacas flacas: el Iberostar Royal Andalus ‒vinculado al Club de golf‒ y el Hotel Barrosa Park, muy cercano a los campos.
Hernández es tajante y afirma que «De no ser por el golf, estos hoteles ahora estarían cerrados y no habría un alma por la zona». Vela, aunque no lo desmiente, prefiere referir que también hay «un acuerdo de determinados apartamentos turísticos, que no cierran, con el turismo de golf».
¿De qué hablamos cuando hablamos de turismo de calidad?
Partimos de que anualmente esta actividad deja en la provincia gaditana unos 764,2 millones de euros a efectos directos, indirectos e inducidos, y genera en torno a 10.500 empleos anuales.
Tanto el director del Club como la concejala de Turismo vuelven a coincidir haciendo uso de un sustantivo preciso para referirse al turismo de golf: «Fidelidad».
«Un turista que queda encantado no sólo con las instalaciones golfísticas, sino con la gastronomía y la cultura local, y que repite», expone Pepa Vela. De hecho, siguiendo los datos del informe de Adeitur para el Patronato de Turismo, se producen más de un 65% de repeticiones del viaje.
Otro concepto importante para apellidar a este turismo con la calidad es la duración de la estancia o las pernoctaciones. Rafael Hernández asegura que, respecto a otros, «el turismo de golf aumenta la estancia media y en consecuencia el gasto medio». «La estancia mínima está en 15 días, pero los hay incluso que vienen 2 y 3 meses», apunta la edil chiclanera.
Un gasto medio diario que el antecitado estudio cifra en 122 euros. Algo que, «en la mayoría de casos, se debe multiplicar por dos, ya que es un turismo que suele hacerse en compañía», abunda Vela.
Oferta diferencial
A pesar de la lluvia, hay un buen número de coches de alta gama aparcados en torno a la sede del Iberostar Real Novo Sancti Petri Golf. Al entrar, el recibidor se muestra lujoso, como el de un hotel de cinco estrellas. Una fotografía firmada y enmarcada del Conde de Barcelona, Juan de Borbón, luce expuesta en la vitrina del hall junto a un buen número de trofeos y medallas.
Hay vidilla en el interior, entre los golfistas que charlan en lengua germánica tomando un café en el bar del Club, los que consultan cualquier asunto en recepción y los que salen y entran de una lujosa tienda de productos golfísticos. La temperatura es perfecta, tanto que da pereza abandonar el recinto, y está acompañada de un hilo musical de fondo tan armónico y sutil que solo se aprecia cuando se sale de la estancia, por su ausencia.
Al salir del edificio, el verdor de la hierba del campo, diseñado por Severiano Ballesteros, se pierde en la lontananza, como si fuera un océano vegetal con sus hoyos, búnkeres y calles. Estas magníficas instalaciones son uno de los motivos por los que, a juicio de la concejala de Turismo, hacen de Chiclana uno de los destinos preferidos para muchos golfistas continentales.
Los otros criterios por los que se guía Pepa Vela son «el entorno natural excepcional, el clima maravilloso, la atención de las personas ‒el carácter‒ y la seguridad». La edil habla de una estrategia «de unidad», ya no sólo para los 5 campos chiclaneros, sino para los de toda la provincia: «Hay que dejar el localismo y trabajar conjuntamente para atraer al turismo de Centroeuropa», además de «pelear porque el Aeropuerto de Jerez no sólo mantenga los vuelos que ya tiene, sino que los aumente».
El responsable del Real Novo Sancti Petri Club de Golf apunta como atracción diferencial a que «Chiclana, como buena parte de la provincia, tiene un desarrollo inmobiliario sostenible, algo que se ha aprendido de los destrozos urbanísticos que se han hecho en el Mediterráneo». Este «paraje con la parte de sostenibilidad» hace de La Barrosa «algo que no existe en toda España».
El hándicap de los prejuicios
José Andrés es un gaditano residente en El Puerto, pero que trabaja en Chiclana. Ahora se encarga de unos alquileres particulares, mientras cumple un año de excedencia como responsable de Relaciones Públicas de la cadena hotelera Barceló en Andalucía.
«Yo soy un tío normal que juega al golf» comenta pisando la hierba del campo de Campano mientras mira su reloj con cuatro esferas, como de buceador ‒«Bah, esto mucho rollo, pero sólo lo utilizo para contarme los pasos»‒.
Con su acento de Cádiz-Cádiz y su gracia propia del lugar, José Andrés suelta que «Los tiesos también tenemos derecho a echarnos unos hoyos» y, jugando al despiste, «Yo sólo madrugo, de hecho, para jugar al golf».
El deporte de Tiger Woods, al parecer de Rafael Hernández, se enfrenta a dos tópicos: «la barrera social y el supuesto excesivo gasto de agua». Respecto a este último comenta que «trabajamos únicamente con agua reciclada, con lo cual no derrochamos en absoluto».
En referencia a esa barrera social, el director del Club expone que «el desarrollo de los campos comerciales frente a los clubes de golf privados ha hecho que el acceso a este deporte sea mucho menos elitista». Y abunda: «Ahí están las escuelas o los campos familiares; hoy por hoy el golf lo puede practicar cualquier nivel social y de juego».
La edil responsable de turismo, por su parte, añade que, frente al «sello popular» de ser un deporte para gente con rentas altas, «hay instalaciones de todo tipo» y que «existen paquetes de promociones para iniciarse en este deporte que, por supuesto, tratamos de fomentar desde nuestro Ayuntamiento».
Respecto a la subida de precios general, acompañada de la sequía y las altas temperaturas, Rafael Hernández afirma que «claro que nos afecta», pero «hasta la temporada próxima no veremos a ver hasta qué punto altera el coste de practicar el golf», ya que, «en 2022, a causa del año perdido por el Covid, el turismo internacional se acoge a paquetes de 2019, promovidos por los turoperadores, en los que aún no había repercutido la inflación que padecemos».
Hans, nuestro golfista alemán, ya está en el 'green' del hoyo 10, 'Mar y pinos', el que dicen que es el más bello del recorrido. Toma el 'putter' a escasos dos metros del agujero y emboca. Lo celebra con una expresión en alemán que traducida libremente podría resultar: «Y ahora para festejarlo una cervecita y un bañito, pisha». Ha dejado de llover.
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