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Chiclana camina hacia una ciudad «más amable»: La mejora de la movilidad, en el eje de las políticas

El Ayuntamiento de Chiclana pondrá en funcionamiento de manera paulatina la zona de bajas emisiones a principios de 2025

«Es importante potenciar el transporte público y generar aparcamientos disuasorios de vehículos para poder ir andando a muchos sitios, así como carriles bici», defiende José María Román

El transporte urbano de Chiclana, indispensable para lograr una movilidad más sostenible

José María Román, alcalde de Chiclana antonio vázquez
Pepe Ortega

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Chiclana

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Chiclana se encuentra en plena transformación para convertirse en una ciudad «más amable». Para lograrlo, la movilidad está en el eje de las políticas llevadas a cabo por el Ayuntamiento de Chiclana. Actuaciones que priorizan al peatón como la nueva Alameda del Río, los más de 50 kilómetros de carriles bici, la nueva estación de autobuses o la futura zona de bajas emisiones son algunas de las acciones que ha realizado el gobierno local para hacer de Chiclana una ciudad más sostenible, donde los ciudadanos puedan aparcar el coche y opten por otros medios de transportes menos contaminantes.

Acerca del presente y futuro de la movilidad en Chiclana han hablado el alcalde de la localidad, José María Román; el concejal de Movilidad, José Manuel Vera; Pablo Blanco, jefe de servicios de la Delegación de Mantenimiento Urbano; el gerente de la empresa concesionaria de autobuses urbanos, Nicolás Rodríguez; y la presidenta de comerciante 'Vive Chiclana', Ana Belén Mota, en un coloquio organizado por LA VOZ DE CÁDIZ en colaboración con el Ayuntamiento de Chiclana.

El Gobierno de España aprobó en diciembre de 2022 el Real Decreto que regula las Zonas de Bajas Emisiones (ZBE), áreas en las que se aplican restricciones de acceso, circulación y estacionamiento de vehículos, según su nivel de emisiones de acuerdo con lo establecido en el Reglamento General de Vehículos vigente, «para mejorar la calidad del aire y mitigar las emisiones de gases de efecto invernadero». Estas zonas deberán implementarse en las ciudades de más de 50.000 habitantes. Uno de esos municipios es Chiclana. «Cuando hablamos de zonas de bajas emisiones, hablamos de futuro. Nosotros tenemos la obligación de intentar dejar el planeta tal y como lo recibimos, o un poquito mejor«, afirma José María Román.

La zona de bajas emisiones será muy pronto una realidad. «Está previsto que entre en funcionamiento a principios de 2025. El último trámite que quedar por aprobar son las ordenanzas por el Pleno Municipal», ha explicado el alcalde de Chiclana, quien aseguró que «cuando se habla de bajas emisiones, no solo nos referimos a la contaminación y a los vehículos». Para mejorar la movilidad sostenible en la ciudad también entran en juego otros factores. «Es importante potenciar el transporte público y generar aparcamientos disuasorios de vehículos para poder ir andando a muchos sitios, así como carriles bici«. Por su parte, el concejal de Movilidad, José Manuel Vera, plantea 2025 como «un proyecto piloto porque los cambios en materia de movilidad alteran nuestro día a día». «Cualquier cambio de movilidad, trastoca mucho los planes de la ciudadanía, por eso es importante hacerlo de manera paulatina», declara.

Si se va a limitar el acceso al centro de la localidad, es importante «reforzar» el transporte público. «Es lógico que haya que aumentar las líneas de autobuses que van desde el extrarradio hasta el centro», asegura Nicolás Rodríguez, gerente de la empresa concesionaria de autobuses urbanos, quien afirma que «desde ya se minimiza el número de pasos por la zona de bajas emisiones para contribuir a que el tráfico sea más calmado y haya menos ruido».

El plan de movilidad que lleva a cabo el Ayuntamiento de Chiclana desde hace años consiste en conectar las distintas zonas de la ciudad con el casco urbano por medio de vías accesibles para el peatón y la bicicleta. «El cambio fundamental en Chiclana es que antes había dos núcleos, La Barrosa y el centro, y dos carreteras; ahora hay dos avenidas urbanas con sus aceras correspondientes, su alumbrado… Por lo tanto, tú estás viviendo en una ciudad. Nosotros estamos generando la malla de movilidad en todos los sentidos para hacer la ciudad más amable«, afirma José María Román, que propone »alejarse de la costumbre de coger el coche para todo«.

Desde el Ayuntamiento se realiza un «esfuerzo importante» para conectar la playa con el centro. «Los descuentos que se vienen aplicando, tanto por parte del Gobierno de la nación como del Ayuntamiento, que bonificamos algunos tickets hasta el 80%, nos ha llevado a los mejores datos del transporte publico de nuestra historia», defiende José Manuel Vera. El pasado año, más de un millón de usuarios utilizaron el transporte público en Chiclana. «Es un dato récord que viene del descuento aplicado».

Esa conexión también beneficia a los turistas que se hospedan en los hoteles de La Barrosa. Y no solo en verano. «Cada vez el turismo lo tenemos más extendido: no solo en julio y en agosto, sino también en otros meses que son también de interés», afirma el alcalde. Durante el invierno, un hotel de Chiclana va a acoger el viaje del Imserso. «Vamos a reforzar las líneas de autobuses para que las más de 500 personas que vienen puedan ir al centro».

Las obras en la ciudad

«Estamos cambiando la ciudad de una manera exponencial en los últimos 5 años», afirma Pablo Blanco, jefe de servicios de la delegación de Mantenimiento Urbano. Chiclana está en obras para alcanzar ese reto de movilidad sostenible. Con la nueva Alameda del Río en pleno funcionamiento desde hace unos meses, queda relativamente poco para que la calle Iro y Arroyuelo estén terminadas. «A final de año, dos meses antes del plazo previsto, las obras de la calle Arroyuelo habrán terminado; la previsión de la calle Iro, donde se ha regenerado las instalaciones en la calle, es que está en plazo y se espera que esté terminada entre los meses de enero y febrero del próximo año«, explica.

Estos meses de obras, afectan a los comercios situados en las calles, al igual que sucedió con la nueva Alameda del Río. «Cuando se realizan estos cambios, a la larga son positivos. Durante la obra estamos limitados, pero si hay cualquier problema, se levanta el teléfono y se intenta dar una solución al comerciante o al vecino», defiende Ana Belén Mota, presidenta de comerciante 'Vive Chiclana', quien asegura que «el ruido de las obras nos hace ver por lo que se está apostando». En esta misma línea apunta José Manuel Vera. «Durante el periodo dramático de las obras estamos diariamente en contacto telefónico con los vecinos. Hay que estar atento a las molestias de cada uno y dar la cara en esos momentos».

El futuro, una ciudad «amable»

Uno de los elementos que han marcado la movilidad en los últimos tiempos en Chiclana ha sido, sin lugar a dudas, el Trambahía. «Chiclana nunca tuvo tren; hoy las vías llegan a Chiclana. El tranvía es una puerta para que Chiclana tenga tren, para que las vías puedan avanzar hasta la playa o La Janda. Con él, se ha sembrado futuro«, afirma el regidor chiclanero.

Chiclana es la ciudad que más crece en la bahía y durante los próximos años quiere mantener esa tendencia. «Quiere seguir creciendo, pero incrementando los estándares de calidad de vida. Vamos avanzando hacia una ciudad más amable», concluye José María Román.

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