CHICLANA

Aparecen carabelas portuguesas en La Barrosa

Una decena de carabelas portuguesas han sido retiradas de la playa chiclanera entre el domingo y el lunes

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El domingo, una persona fue trasladada al Centro de Especialidades La Longuera tras sufrir una picadura

El protocolo de prohibición del baño no se activó al no detectarse un enjambre de carabelas portuguesas y haberse registrado tan solo una incidencia

Imagen de archivo de una carabela portuguesa la voz

Pepe Ortega

Chiclana

Los servicios de limpieza del Ayuntamiento de Chiclana, junto con la colaboración de la Cruz Roja, recogieron el domingo «seis carabelas portuguesas« varadas en la orilla de la playa de La Barrosa y una persona fue trasladada al Centro de Especialidades de La Longuera para observar su evolución tras ser picado por una de ellas, según fuentes de Cruz Roja. Al día siguiente, el lunes, se llevó a cabo la retirada de cuatro de estos organismos sin registrarse ninguna incidencia.

La aparición de esta especie en La Barrosa «suele darse más entre los meses de abril y mayo». «La carabela portuguesa se desplaza por el viento. Estos días hemos tenido viento del mar hacia la tierra, lo que las ha acercado a la orilla, pero en cuanto cambie el viento dejaremos de verlas«, informan desde Cruz Roja, que aseguran que, por esta razón, el martes no se ha encontrado ninguna de ellas.

A pesar de la presencia de las carabelas portuguesas, no se detectaron enjambres que provocasen la prohibición del baño ni aumentó el número de asistencias sanitarias. «El protocolo se activa según los casos que haya, y solo hemos tenido una incidencia, y si se detectan bancos, que no es el caso. Ha sido algo puntual«. A raíz de estas apariciones en la orilla, Cruz Roja extremó las vigilancias y colaboró con el servicio de limpieza para retirarlas antes de »que un niño o alguien por error las tocara«. «En el caso de estos días con respecto a la carabela portuguesa la incidencia solo indicaba reforzar la vigilancia en orilla y en el mar. Los parámetros no indicaban la necesidad de aplicar ninguna otra medida«, afirma.

Su característico color morado y azul han llamado la atención de los bañistas y veraneantes. «Cuando llegan a la orilla es cuestión de tiempo que mueran. Las que han aparecido son pequeñas, no son de un tamaño muy grande«. Los incidentes que suelen suceder en La Barrosa están más enfocados a picaduras del pez araña, de avispas a personas alérgicas o de la medusa común. «Esta no es una playa de muchos problemas con la carabela portuguesa. Sin embargo, cuando tenemos la medusa común, tenemos muchísimo más trabajo. Al final también llega muy descompuesta, los pequeños se ponen a jugar en la orilla y te vienen las madres que tienen ronchas y no saben de qué es», afirma.

Los síntomas de una picadura varían según la zona afectada y la persona. «Son, prácticamente, los mismos síntomas que el agua viva o que una medusa normal, lo que pasa es que la toxina está mucho más potenciada en la carabela. Depende mucho de la zona donde te afecte y depende mucho de cada persona«, explica. Los síntomas más frecuentes son la irritación de la zona afectada, sudoración, debilidad generalizada o espasmos musculares, entre otros. Uno de los problemas es que los más pequeños jueguen con sus tentáculos y acaben intoxicados por ellas.

En caso de sufrir una picadura de una carabela portuguesa o de una medusa común es importante no retirar los tentáculos, que suelen medir diez metros, y nunca limpiar la zona afectada con agua dulce, siempre con agua salada. Además, para no traspasar la toxina a las manos, es importante no retirar los restos con ellas y si la reacción ha sido grave, acudir a los servicios sanitarios cuanto antes.

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