chiclana
Adona San Martín, la joven emprendedora chiclanera que ha abierto un espacio creativo para «desconectar»
Con tan solo 26 años, la chiclanera inauguró en agosto Lustre Cerámica, que complementa la oferta cultural del municipio
A través de la pintura, se fomenta la creatividad, se rebaja el estrés y se consigue «desconectar de todo lo que nos rodea»
El taller está impoluto y listo para dejar de estarlo. Con tan solo dar un paso, se percibe que al olor a nuevo le acompaña un aroma irrefutable de esfuerzo e ilusión. Nada más terminar la carrera de Diseño Gráfico en la Universidad de Sevilla y ver que el trabajo de oficina no iba con ella, Adona San Martín (Chiclana, 1998) empezó a dar clases de cerámica, hasta que un día decidió emprender su propio proyecto. Ahora, las piezas de cerámica esperan en el escaparate a que alguien les dé la misma vida que ella le ha dado a su nuevo taller: Lustre Cerámica.
«Es un espacio creativo en el que la gente viene a pintar piezas de cerámica que ya están hechas para pasar, posteriormente, por un último horneado para que quede esmaltada y totalmente utilizable«, explica la joven emprendedora chiclanera, quien echó a andar su idea a mediados del mes de agosto. La esencia de la experiencia no es solo pintar una pieza de cerámica que después formará parte de tu cocina, sino pulsar el botón de pausa de tu día gracias a los pinceles y a las pinturas. «Te concentras en ti mismo y te evades del móvil, de la rutina, de las cosas que tienes que hacer... Es un momento de total desconexión de todo lo que nos rodea».
Adona San Martín impartió clases de cerámica durante cuatro años antes de dar el salto de montar su propio negocio. «Vi que si ahorraba y me lo planteaba desde un lugar bonito, podría ser una opción tener mi taller», explica Adona San Martín, quien, tras tantear abrirlo en Sevilla, se decantó por hacerlo en Chiclana porque cree que «no hay tanta oferta de este tipo de actividades». La idea de «ser su propia jefa» siempre ha estado presente en su mente, a pesar de las dudas y los miedos que acarrea.
«Tenía miedo, evidentemente, porque es una cosa difícil, y sé que estos años van a ser complicados. Pero, por otra parte, también me motiva que la gente venga y salga contenta», afirma. Sin embargo, aleja a los fantasmas convencida de su trabajo. Adona San Martín tiene bastante claro que puede «aportar» a la ciudad de Chiclana y «confía plenamente en todo el esfuerzo« que le han puesto al proyecto, tanto ella como Nacho Fernández, diseñador gráfico encargado de desarrollar la identidad de Lustre Cerámica, y su familia, quien la ha ayudado «al cien por cien».
«Mis padres me han ayudado durante toda mi trayectoria artística y me han apoyado siempre; menos mal que ha sido así, porque hay mucha gente que no tiene esa suerte y no se les anima a continuar con su carrera artística por el tema de la salida laboral», explica con una sonrisa de oreja a oreja. Su padre también le ha echado una mano a la hora de montar el local. «Es un manitas y hemos podido hacer todo lo que nos hemos imaginado. Cuando estás en ese proceso, dices: 'Esto está precioso, pero ¿y si no funciona?'«. Dos meses después de la apertura, ya son muchos los chiclaneros que han pasado por Lustre Cerámica para evadirse de su día a día, conectar con la creatividad y echar un buen rato en solitario, en pareja o con amigos.
La experiencia es completa. Vas, te sientas y, aunque nunca hayas cogido un pincel, disfrutas concentrado en tu plato, taza o reposa cuchara, por ejemplo. A la semana siguiente, vuelves al establecimiento y te llevas para casa la pieza de cerámica ya horneada. Adona San Martín comparte por redes sociales todas esas obras de arte que los usuarios han hecho para inspirar a los demás y para «poner en valor el trabajo que han realizado».
A la espera de que le concedan la licencia del uso del horno, todavía no ofrece clases de barro, una actividad por la que «pregunta muchísima gente». «Ojalá pueda impartirlas pronto porque es muy bonito ver cómo los alumnos se relacionan entre ellos en un momento de creatividad», expresa. Una vez terminado el taller y haber abierto al público, en el horizonte ya se plantea nuevos retos. «Pues mi objetivo realmente es que la gente conozca Lustre Cerámica y me conozcan por cómo doy las clases». Para ello, dedica una gran parte de su tiempo a la gestión de contenidos en las redes sociales. «Son súper importantes y es un trabajo extra; sin eso, te mueres», lamenta.
Dos señoras se detienen en el escaparate que da a la carretera de Fuente Amarga a ver cómo es el nuevo local que ha abierto en su barrio. Las piezas de cerámica reciben todas las miradas, en un espacio donde, a través de la pintura y la creatividad, se logra reconectar con nosotros mismos.