Inmigración
Chiclana acoge a decenas de inmigrantes de los llegados en cayucos a Canarias
Cientos de estas personas, varones y la mayoría jóvenes, están siendo trasladados al centro de Campano ante la saturación de la atención en El Hierro
Chiclana es desde hace semanas uno de esos lugares de España donde también se está sintiendo la necesidad de ayudar a los demás, a personas que ponen en riesgo su bien más preciado, su vida, por intentar tener otra distinta. Hasta el centro de acogida de Campano, en esta localidad, están llegando decenas de inmigrantes que están siendo atendidos en cuestiones urgentes y básicas ante la saturación que están sufriendo los servicios de recepción en Canarias desde que comenzó una nueva 'crisis' de los cayucos el pasado mes de octubre.
Según ha confirmado este periódico el número de migrantes que se acogen ha ido fluctuando ya que Campano es un sitio de paso para estas personas que quieren ir a otros destinos, tanto en España como en Europa. En la actualidad habría más de 200, una cifra que no ha podido ser confirmada por fuentes oficiales. Todos son jóvenes, de edades jóvenes y a los que se les da una atención integral. De ello se encarga la Confederación Española de Ayuda al Refugiado (CEAR) quien sigue el Programa de Atención Humanitaria puesto en marcha por el Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones con motivo de esta llegada masiva a las islas.
Desde dicha entidad no se han querido facilitar muchos datos al respecto del número de personas que allí se encuentran ni tampoco se permite el acceso a los medios de comunicación debido a que, como explican, se quiere proteger la intimidad y vulnerabilidad de estas personas. Lo mismo ocurre desde el Ministerio del Interior que no ha dado información alguna sobre a qué centros de la península se están trasladando.
Como explica una de las coordinadoras de CEAR en Andalucía, Lourdes Navarro, la labor que están desarrollando con los migrantes trasladados es un trabajo «integral». De esta manera equipos de técnicos multidisciplinares no sólo los atienden en factores de primera necesidad como la alimentación o la pernoctación y el cuidado de la higiene y la salud sino que también se va haciendo un análisis de la situación de cada uno de ellos para ayudarles en el acceso a cuestiones como el asilo y la protección internacional.
«Muchos son personas que vienen de países en situación de conflicto armado, otros por presiones políticas o sociales crecientes y también algunos que viven en lugares de inestabilidad debido al cambio climático», explica la coordinadora. Así con cada uno de los usuarios se diseña y desarrolla un itinerario individual que va orientado a lograr el mayor grado de autonomía e inclusión posible. Los programas de acción humanitaria se adaptan continuamente a una situación cambiante.
El equipo multidisciplinar que trabaja en los programas de acogida de la entidad está formado por profesionales de perfiles como: trabajadores sociales, técnicos de inclusión social, psicólogos, personal de administración, traducción e interpretación, abogados, entre otros. «Este impacto puede que ya no sea puntual y tenemos que estar siempre preparados».
Viajes cada vez más largos
Como indican desde CEAR la llegada de estas personas en los últimos años por la ruta canaria también indica la necesidad que tienen por salir de sus países de origen. «Cada vez son trayectos más largos. En 2022 salían desde el Sáhara pero ahora estamos viendo como parten de Senegal, Gambia, Mauritania... viajes de 1.500 kilómetros, seis o siete días por el mar y en unos cayucos muy débiles», advierten.
El perfil de estos migrantes se repite. Varones, la mayoría de edades jóvenes y que viajan en solitario. También se ha dado el caso de menores que tienen que ser acreditados como tal y cuyos casos se trasladan a la Fiscalía que ya se encarga de darles salida en otros centros específicos.
La estancia en Campano suele ser temporal. A veces incluso de días. Muchas de estas personas se marchan una vez que contactan con otros allegados o reciben una primera atención. La mayoría de ellos sigue su ruta hacia países de Europa. Campano «forma parte de su tránsito pero no es su meta».
La situación en el archipiélago canario es desde hace meses de un goteo constante en la llegada de cayucos. Sin ir más lejos, este pasado fin de semana más de 700 personas, entre ellas niños, arribaban a las islas en siete embarcaciones, según fuentes del dispositivo de emergencias que continúa «desbordado».