Champán y todo de Versace, la fiesta de un narco de Jerez tras salir de prisión

«En el barrio donde vivo, me vinieron a buscar, mamá, habla con el juez, que me dé la libertad… En el patio de la cárcel, hay un charco y no ha llovío, son las lágrimas de un preso, que ha entrado y no ha salío...». Las estrofas de este tema entre el flamenco y el reguetón que firman Farruko y Omar Montes retumban en la entrada delantera de un chalé. Con un jardín que parece generoso y que preside una fuente de mármol y piedra donde se lee claramente Versace. En dorado metalizado.

Los niños (muchos y de edades variadas) corean la canción. «Cuatro de la madrugada entran, le rompen la puerta. A la vieja con una orden de arresto, agentes enmascarados con rifles y chalecos puestos: Señora, entregue a su hijo, ¿o prefiere verlo muerto?», sigue sonando a todo volumen.

En esto aparece el motivo de tanta alegría. Se ve como llega un coche. Un buen coche. Un Mercedes 'tuneado'. Con llantas negras. Y de él se baja él. P. M. F., alias 'El Maño'. Unos treinta y poco años y recién salido de prisión tras cumplir una condena que tenía pendiente y por la que fue detenido tras activarle una orden de búsqueda y captura. Sin embargo, fue arrestado por esa ejecutoria y también porque nuevamente se le buscaba ya que está procesado por liderar presuntamente una red dedicada al tráfico de cocaína y marihuana en Cádiz. Desde la pedanía de Estella del Marqués para buena parte de Jerez, la Bahía y también la Sierra. Eso está pendiente.

Llega y se desboca la emoción. Empiezan a volar las serpentinas y, por supuesto, el champán. Él enloquece con su gente. Peinado moderno, mechas rubias, pantalones pitillos con rotos, plumífero Versace, jersey Versace y cadena gorda dorada con medallón. Abre una botella, la tira y alza las manos al cielo. Ya está en casa. 'Libre por siempre, te queremos', se titula precisamente el vídeo que le hacen en homenaje, en el que se reproducen todas estas imágenes y han colgado en redes sociales.

El Maño fue detenido en diciembre de 2020. Poco antes la Policía Nacional había ido a buscarle a la pedanía jerezana de Estella del Marqués en un importante operativo donde cayeron otros de sus supuestos colaboradores (casi una decena). Pero él no estaba. Sin embargo se le encontró poco después. Estaba en un piso turístico en la Plaza del Arroyo de Jerez en una fiesta clandestina llena de excesos al parecer.

La Sección Octava de la Audiencia Provincial de Cádiz había dictaminado contra él una orden de búsqueda e ingreso en prisión tras ser condenado por un delito de tráfico de drogas en virtud del una ejecutoria de 2016 y que enjuició uno hechos investigados en 2012 . Por tanto se le buscaba por esa orden de ingreso pendiente (ahora ya cumplida) pero también por una nueva cuenta pendiente que tendrá que resolverse próximamente.

Según los investigadores de la Unidad de Droga y Crimen Organizado (Udyco) de El Puerto que llevaron este último asunto, la red que supuestamente capitaneaba este hombre era una de las más activas en la distribución de estas drogas en buena parte de la provincia. De hecho, y según sus pesquisas, llegaron a 'diversificar' el negocio. Además de surtirse de grandes cantidades de cocaína, que «repartían casi semanalmente», y prepararla con corte en un laboratorio que tenían para tal fin (y que se localizó en el registro), habían plantado hasta cinco cultivos de marihuana ubicados en diferentes localidades. Esos hechos tendrán que resolverse aún ante un tribunal.