«Hay casos en los que la mujer se siente víctima y verdugo a la vez»

Marina Aparicio es abogada, cuenta con una larga y dilatada trayectoria en el mundo del derecho, y desde hace varios años se ha especializado en casos de violencia de género. En toda su carrera «no he representado a un hombre que haya denunciado violencia doméstica». «Una cosa es la violencia de género, que es siempre del hombre hacia la mujer, y otra es la violencia doméstica, donde entran los casos de una mujer con respecto al hombre».

En todos los casos de denuncia por parte de mujeres, reconoce que hay patrones comunes, que «quizás es la culpabilidad de denunciar» ya que «pese a que saben que tienen que hacerlo, en el fondo, es como si se culpabilizaran por estar haciendo daño a una persona que quieres». Por otro lado, las mujeres no suelen denunciar ante el primer caso de violencia. «Normalmente es algo que es continuado en el tiempo, le han dado oportunidades a la otra persona, y cuando llegan a un límite es cuando denuncian».

Uno de los temores mas comunes en las mujeres que denuncien es que sus hijos crezcan sin una figura paterna. «Ahora mismo, en el momento en el que se abre un procedimiento por violencia de género, se inician también unas medidas que son entrecomillas cautelares para los menores, de tal forma que si no se han establecido unas medidas civiles antes, con el procedimiento penal se establecen unas medidas cautelares que duran unos 30 días», y en ese momento «la propia víctima puede solicitar la suspensión del régimen de visitas con respecto al otro progenitor. Hay casos en los que se pide una orden de alejamiento con respecto a ellas, pero no con los menores y no solicitan que se suspendan el régimen de visitas».

Señala que hay muchos casos en el que las mujeres deciden no continuar con el procedimiento de denuncia, es decir, se echan para atrás. «Al final hay supuestos en los que en el fondo no están tan amparadas por su familia y quieren darle una segunda oportunidad a esa persona». Afirma que «hay casos en el que la mujer se siente víctima y verdugo a la vez, y piensan que la otra persona no se merece la pena que le puede caer, y antepone a la otra persona antes que a ella misma».

Año a año las denuncias por violencia de género aumentan en la provincia de Cádiz. «Creo que está sucediendo porque se está generalizando que las relaciones de pareja no pueden estar basadas en el control o la violencia, y todo episodio que conlleve control o violencia es detectado antes, y como es detectado antes, se dejan de permitir antes esas situaciones». «Es algo que va ligado a las nuevas generaciones que no soportan tanto esas situaciones sin denunciarla», apunta.

El momento más complicado es el juicio. «Es un situación muy dura, estás hablando mal de una persona a la que le puede caer un castigo penal importante, es una persona a la que ha querido, con la que ha tenido una situación de dependencia y que probablemente sea el progenitor de sus hijos, no es nada fácil», y asegura que «hay cierto chantaje emocional» en los juicios. «También hay situaciones en las que la mujer no está totalmente segura y el entorno le anima a dar una segunda oportunidad a su pareja, y al final se quiere retractar», y es por ello que «la ley ha intentado que eso no ocurra con una disposición, que si la perjudicada en sede judicial declara en la instrucción, en el juicio no puede no declarar, la ley le obliga a declarar. Se intenta evitar que un tiempo pasado de la instrucción con la celebración del juicio, con diferentes situaciones la víctima no declare y no haya juicio penal y se archiva el procedimiento sin condena».

Por último, hay hincapié en que «la prevención y la educación es la base». No puede haber relaciones «basadas en la violencia». Muchas veces «esas personas no tienen herramientas psicológicas para manejar algunas situaciones y lo hacen con violencia».