OPINIÓN CARNAVAL

Date la vuelta

Solo los imbéciles confunden viralidad con relevancia

Enrique Goberna

El Carnaval de Cádiz, especialmente el de la calle, ese monumento al ingenio popular, parece decidido a pegarse un tiro en el pie y seguir bailando. El pasado año fuimos testigos del triste espectáculo de agrupaciones que decidieron utilizar el recurso de echar un pulso al espectador para ver cuánta provocación es capaz de tolerar, y lo hacen probablemente solo por viralizarse en redes. Me encantaría equivocarme, pero me temo que este año habrá más de lo mismo. Con tragedias recientes como la ocurrida en Valencia, no faltará el mediocre que intente ponernos a prueba.

El humor sigue siendo el alma del carnaval callejero y la mayoría de las letras mantienen esa chispa que arranca risas de manera sana. Sin embargo, algunas agrupaciones han confundido irreverencia con zafiedad, sacrificando la calidad en favor del impacto inmediato.

¿El gran culpable? Las redes sociales: un vertedero disfrazado de plaza pública. En este mundo de inmediatez, el ingenio –ese arte que exige tiempo y talento– ha sido sustituido por la provocación facilona, disfrazada en ocasiones de «humor negro». Ya no se canta solamente para el aficionado que te escucha en la calle. Ahora se canta para el móvil, para desconocidos que no distinguen entre una letra trabajada y una ocurrencia de morazo. Solo los imbéciles confunden viralidad con relevancia.

Estos provocadores se amparan en la idea de 'libertad de expresión' impulsados únicamente por el afán de destacar a cualquier precio. No hay más que oportunismo disfrazado de rebeldía y un interés desmedido por ocupar un espacio en esta fiesta a través de atajos.

Cada aplauso cómplice, incluso conseguir un runrún entre el público, es combustible para ellos en esta hoguera de vanidades. La solución, querido público, es tan sencilla como devastadora: date la vuelta. Cuando detectes que una agrupación empieza con el numerito de la provocación, abandónalos, o al menos dales la espalda si quieres permanecer allí porque otras agrupaciones tienen turno para actuar. Si la premias, más de lo mismo será lo que vamos a tener los próximos años. Aún está en nuestra mano ser noticia en medios nacionales por nuestro humor y crítica, y no por la barbaridad y el mal gusto.

El Carnaval de Cádiz no es eso. Nunca lo ha sido. Es un canto a la libertad, pero una libertad que se gana a base de ingenio, no de basura travestida de osadía. Claro que la inmensa mayoría de coplas cumplen con esa misión, pero si no tienes ese talento, amigo mío, vuelve a tu rol de espectador. El carnaval no necesita tu provocación.

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