Tribunales

El capo Sito Miñanco, a juicio por dirigir una red de blanqueo y narcotráfico desde un párking de Algeciras

Arranca en la Audiencia Nacional la vista contra el narco gallego y sus supuestos colaboradores por la 'operación Mito'. Los agentes lo detuvieron cuando cumplía el tercer grado llevando una vida «aparentemente normal»

La Fiscalía Antidroga pide para él 31 años y medio de cárcel y 950 millones de multa. También está procesado el abogado de Puigdemont, Gonzalo Boye

Los vínculos de la droga Galicia- Cádiz se estrechan: astilleros, narcolanchas y submarinos

Narcos de Galicia y Cádiz, un vínculo cada vez más estrecho y evidente

Sito Miñanco, a su llegada a la Audiencia Nacional. efe

M. Almagro / Agencias

En febrero de 2018 un importante operativo policial se desplegaba en Algeciras para entrar en el chalé que Sito Miñanco había alquilado en la Colonia de San Miguel. Allí, José Ramón Prado Bugallo -su nombre 'real'- y, señalado como el gran 'capo' de la droga gallego, llevaba una vida aparentemente tranquila. Estaba ya en régimen de semilibertad en Botafuegos y para su tercer grado trabajaba como empleado de un párking, en su supuesto proceso de reinserción.

Sin embargo en esta casa se encontraron planos de potentes semirrígidas que se sospecha estaban encargándose a un astillero clandestino. Ese fue uno de los puntos que formaron la 'operación Mito' y que frustró la entrada de grandes cantidades de cocaína en España y por la que desde este lunes Miñanco se vuelve a sentar en el banquillo de los acusados de la Audiencia Nacional y junto a él, medio centenar de sus presuntos colaboradores.

Entre estos supuestos cooperadores, concretamente los que necesitaba para poder 'blanquear' documentos con las que poder justificar legalmente sus actividades, estaría el abogado del expresidente catalán Carles Puigdemont, Gonzalo Boye, quien ya había defendido al capo en otras causas.

Para Sito Miñanco, la Fiscalía Antidroga pide 31 años y 6 meses de cárcel y 950 millones de multa por los delitos de tráfico de droga en el seno de organización criminal, blanqueo de capitales y falsificación de documento oficial.

Todos los acusados están vinculados a la investigación desarrollada en el marco de la 'operación Mito', centrada en la red que presuntamente dirigía Sito Miñanco y que intentó introducir sin éxito en España más de 4.000 kilos de cocaína en dos operativos diferentes que fueron truncados por los investigadores que le seguían la pista desde 2016.

Esa organización, según el escrito del fiscal, recogido por Europa Press, se dedicaba principalmente a la importación y distribución de sustancias estupefacientes (especialmente cocaína) y al blanqueo de capitales, y todo ello mientras el narcotraficante gallego se encontraba en tercer grado penitenciario fruto de una condena previa a 16 años y 10 meses de prisión.

«Su única actividad profesional» era el narcotráfico

Ese tercer grado le permitía trabajar en un párking de Algeciras, pero «su única y verdadera actividad profesional continuaba siendo la introducción de sustancia estupefaciente en España» dado que mantenía la confianza de las organizaciones suministradoras y contaba con la logística suficiente.

El fiscal explica en su escrito que Sito Miñanco «contaba con (...) una pléyade de individuos que acumulaban una notable experiencia criminal en el negocio del narcotráfico, dispuestos a participar en estas iniciativas criminales, ejecutando de forma casi reverencial cualquier actividad» que les pidiera.

Por eso, el Ministerio Público asevera que en realidad Sito Miñanco «había hecho del narcotráfico su modus vivendi de manera continuada y estable» a pesar de las diversas condenas impuestas por delitos contra la salud pública. «Carecía de la más mínima voluntad de rehabilitarse y reinsertarse en la sociedad», explica.

Y resalta que tal era la «naturaleza eminentemente personalista» de la red que «todas y cada una de las decisiones eran adoptadas o supervisadas» por Sito Miñanco --que usaba el alias de Mario-- pese a las limitaciones que representaba su régimen penitenciario.

Para no llamar la atención de la Policía, explica el Ministerio Público, Sito Miñanco se apoyaba para los contactos y las operaciones tanto en Enrique G. A., su lugarteniente, como en Juan Antonio F. F. , hombre de su máxima confianza. Por debajo de ellos, una quincena de personas contribuían a demanda para transporte de droga o dinero, preparar o pilotar embarcaciones, o incluso realizar labores de contravigilancia.

El fiscal apunta que para posibilitar la ocultación de los beneficios procedentes del narcotráfico, Prado Bugallo también había creado una estructura societaria «de la que él era el único titular efectivo pese a que, aparentemente, la propiedad correspondiera a terceros».

Además, se procuró la asistencia de 'correos humanos' «que participaban en la ocultación de los beneficios procedentes de su actividad criminal, que en última instancia se transportaban a Colombia».

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